ANÁLISIS

Los viejos fantasmas del Efesé siguen ahí

6/03/2020 - 

CARTAGENA. No tiene paz este Cartagena de Borja Jiménez, que ni con todo a favor logra sacudirse los fantasmas que le aquejan desde febrero. El penalti fallado en el minuto 87 ante el Marbella en casa volvió a revivir los viejos fantasmas que aquejan a la institución, siempre a punto de tocar la gloria, siempre viendo como se le escapa entre los dedos sin explicarse por qué. En el momento caliente de la temporada, el Efesé de Jiménez sigue en el diván. El duelo ante el Córdoba en la ciudad andaluza (domingo 18.00h, La7), volverá a medir la temperatura de un equipo que ha perdido el empaque mostrado en la primera vuelta.

El encuentro ante el Marbella tenía todos los ingredientes para impulsar al equipo en un momento clave para coger inercia hasta el final de la temporada. Sin embargo, en el minuto 87 volvieron todos los miedos de un club que ansía el ascenso como pocos pero que no termina en los últimos años de encarar la parte final del curso al mismo nivel con el que comienza la temporada. No gana para disgustos el club que preside Belmonte, que a la salida de Munúa en invierno tiene que suplir ahora al segundo técnico de Jiménez, Joaquín Gómez, con Sivori, miembro del organigrama técnico.

A menudo el fútbol tiene razones lógicas y en otras ocasiones es cuestión de energías, sin un mecanismo evidente que lo explique. El Cartagena mejoró ante el Marbella las prestaciones de anteriores encuentros, aunque estuvo al borde del abismo en varias fases del partido. Pese a la mejoría, las sensaciones siguen sin ser las óptimas para encarar un playoff con garantías. El equipo albinegro no logra imponerse en el juego, ya sea el Marbella o el Algeciras el rival. Ha perdido alegría en la misma medida que el miedo a perder provoca que abuse del pase de seguridad, no sea firme en las marcas y la puntería se extravíe, por más que la llegada de Vinicius Tanque haya dotado de vigor a la delantera albinegra. Apunta maneras el brasileño, que con dos goles en tres partidos se ha ganado a la afición.

Se espera del Cartagena mayor vigor en los encuentros, sin miedo a perder, alocado en ataque y pétreo en defensa, después de lograr ser uno de los equipos menos goleados de la categoría a lo largo de la primera vuelta. Pese a que el armazón de la zaga es prácticamente el mismo, salvando el cambio de Johannesson por Fucile, las prestaciones han bajado. El cambio de dibujo ha dejado al equipo más expuesto en los repliegues debido a la distancia entre líneas. No ha ayudado el continuo baile de nombres en la alineación, de igual forma que la apuesta por algunos futbolistas, caso de Lucas de Vega, no ha tenido los resultados esperados.

Nadie como el ‘Coco’ Carrasquilla para dibujar el bajón de energía del equipo. Al jugador dinámico y valiente de la primera mitad de la temporada se ha impuesto un futbolista más académico, sin el fulgor de sus primeros encuentros con la camiseta albinegra. Ya no marca diferencias como solía, más pendiente de las marcas y de no perder la posición que de desmelenarse en ataque. Sin el atrevimiento del panameño, el mediocampo del Efesé se ha vuelto plano y conservador.

El baile de esquema, del 4-2-3-1 al 4-3-3 para volver al dibujo inicial, y el cambio de posiciones en determinados futbolistas, caso de Elady o Araujo, han desnortado a una plantilla que había logrado una identidad propia y ahora se pregunta quién es. Ya no hay balón al espacio, se pide la pelota al pie y la falta de alternativas hace que los errores infantiles en defensa se multipliquen. No logra cerrar con regularidad la portería propia y le cuesta un mundo imponerse en el área rival. El Cartagena no tiene tiempo de divagar, sino que necesita recuperar la ilusión por ganar antes que seguir alimentando el miedo a perder. Nada como una victoria en Córdoba para renovar los ánimos de un equipo al que le cuesta salir del bache en el que entró en febrero. 

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