¿Dónde están las imágenes de la guerra?

Llevo tiempo preguntándome dónde están las más cruentas imágenes de la guerra en Ucrania, causadas por la invasión rusa desde hace año y medio. Pero es que esta pregunta es recurrente desde hace casi un mes, cuando explotó el conflicto palestino-israelí en Gaza tras la matanza de Hamas en un festival de música y en los kibutz de la frontera el pasado 7 de octubre.

Las terribles y sangrientas imágenes de la guerra entre Rusia y Ucrania siguen sin aparecer en los medios de comunicación y en las redes sociales, que relatan en un goteo de uno en uno las bajas en ambos bandos, mientras en Gaza se cuentan por miles en solo un mes. Tal vez en ambos bandos nos oculten las cifras reales. También puede que nos oculten las imágenes, en un tiempo histórico de revolución tecnológica, donde cada individuo se convierte en 'periodista' y difusor en tiempo real de la actualidad. Increíble.

Como se ha demostrado en la guerra de Gaza, el color rojo de la sangre y el blanco de los sudarios inunda las portadas y las pantallas de los medios de comunicación, y las redes sociales. También la destrucción total de una ciudad o la hégira de los gazatíes hacia el mar está siendo publicado en directo. Los secuestros, las matanzas y los intercambios de prisioneros son retransmitidas desde ambos bandos. Los hospitales abandonados y las escuelas bombardeadas dan fe de la crueldad de una guerra convencional, pese a los drones y los misiles que han entrado en juego.

¿Cómo puede ser que una cuasi guerra civil entre los habitantes de un mismo territorio, con un ejército por un lado y un grupo terrorista por el otro, sea más cruenta que el ataque e invasión de Rusia a su país vecino Ucrania, ambos con dos ejércitos al uso?

Dejo aquí mi duda razonable en un momento en el que, como ya se viene diciendo en voz alta, Estados Unidos recula en su ayuda militar y financiera a Ucrania, y en un momento en el que la Unión Europea se encuentra al borde de la recesión. Recordemos que la Unión ha estado alimentando la guerra en Ucrania con apoyo militar y civil, y con financiación de todo lo imaginable al Gobierno de Kiev. Su presidente, Volodimir Zelenski, se encuentra en horas bajas y ya hay voces discordantes entre los suyos. El próximo mes de marzo hay elecciones presidenciales. Si la guerra no impide el relevo.

También en Bruselas habrá un cambio de gobierno tras las elecciones de junio de 2024, con la incertidumbre de un Consejo Europeo dividido por los países del Este y por los nuevos gobiernos de extrema derecha. En las urnas de reflejarán las políticas proteccionistas para las importaciones de Ucrania del IVA cero, que han encendido los ánimos de sus vecinos.

Un panorama desolador para Kiev, que afronta la apertura de negociaciones para su adhesión a la Unión Europea en un proceso acelerado sin precedentes por las presiones de la guerra. No obstante, se trata de un arma de doble filo, ya que la urgencia de Zelenski para entrar en la Unión puede obligarle a negociar una solución apresurada y pactada con Moscú, sobre el Donbas y Crimea, de forma definitiva. Con guerra no hay entrada a la Unión.

Y mientras, la guerra se acerca al Mediterráneo, como venimos alertando desde esta plaza. Un destructor de Estados Unidos y dos buques de carga israelíes han sido atacados con misiles y drones en el mar Rojo por los rebeldes hutíes de Yemen. Recordemos, en las últimas semanas los destructores estadounidenses que navegaban frente a Chipre y Libia se dirigieron con presteza hacia la costa de Gaza, cerca del mar Rojo. Recordemos, un destructor chino de última generación, que estaba haciendo maniobras en el Golfo de Omán, también se dirigió raudo hasta el mar Rojo. Ojo, China. Sin imágenes…