MURCIA. El icositiágono es un polígono con apariencia de circunferencia que, en realidad, tiene 23 lados y, por tanto, 23 aristas. Es también nombre de la exposición del artista Fernando Arribillaga que actualmente acoge la galería Babel de Murcia, donde se podrá visitar hasta el 31 de diciembre. El nombre no es casual, ya que lo muestra el artista alicantino, muy ligado con la Región, son precisamente 23 pinturas en las que muestra a una percepción global y singular de la urbe; su mirada a las ciudades a través de sus aristas.
Resulta que entre todas las ciudades que ha pintado Arribillaga -entre ellas París, Madrid, Barcelona, Roma, Berna, Berlín, Varsovia, Atenas, Bruselas, Ámsterdam, Londres o Lisboa- sus favoritas son Nueva York, Kyoto y Murcia. Es por ello, que en esta muestra podemos encontrar sus visiones de Murcia, como "un escenario que oculta y camufla un sinfín de aspectos arquitectónicos", según explica el director de la galería, Javier Cerezo.
La Catedral y su Torre, la Gran Vía o la Plaza de Santo Domingo son algunos de esos escenarios que el alicantino transforma con su mirada y dota de un aire enigmático. Comparten protagonismo con los rascacielos de Manhattan, que en sus obras pintadas desde arriba se transforman en aunténticos precipicios.
"Estos espacios pintados nos permiten ver que Arribillaga es un creador vertical y sus colosales torres, vistas desde arriba, se convierten en abismos y nos descubren el peso con el que el artista percibe a la Humanidad: porque sus descripciones muestran patrones antropológicos repetibles; porque todos los sucesos humanos tienen una memoria que comparten", apunta Javier Cerezo.
Añade el galerista que en estas obras, con tan original perspectiva, "el artista ha conseguido mostrar la ciudad como un conjunto de croquis enigmáticos que llegan a convertirse en laberintos. ¿Es esta maraña de calles la representación más precisa de la esencia de la ciudad? Intentar desentrañar este aparente caos nos lleva siempre al mismo punto de partida: a nosotros mismos; los creadores de la urbe, donde conviven edificios de varios siglos de antigüedad con otros de pocos años, pintados en su versatilidad y dinamismo".
Y recuerda unas palabras de Le Corbusier: "La geometría solucionará todos los problemas de la arquitectura". Y todas las metrópolis son procesos vivos que nunca se terminan de manera definitiva.
Fernando Arribillaga reflexiona sobre la ciudad como relato a través de sus construcciones. Las plasma como un proceso vivo que nunca se termina de manera definitiva. En este sentido, sus estudios de arquitectura le han ayudado a tener una visión global de la ciudad y a verla a través de sus acontecimientos.
