BRUSELAS. La Unió Llauradora i Ramadera de pequeños agricultores valencianos ha reclamado ante el Gobierno español que luche por sus intereses ante Bruselas, tras quedar fuera de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) respecto a la adquisición de fertilizantes. La invasión de Ucrania por parte de Rusia, hace exactamente un año, ha tenido importantes efectos negativos en los que ya eran mercados mundiales de fertilizantes muy restringidos y ha puesto de manifiesto sus debilidades, debidas a la dependencia mundial de unos pocos proveedores internacionales. Por ello, la Comisión pretende facilitar las condiciones de acceso a estos productos a través de un nuevo programa de apoyo, que se debatirá la próxima semana en el Parlamento Europeo.
En este sentido, la organización estatal de Unión de Uniones agrícolas ha presentado también unas enmiendas al proyecto de Ley que contempla la ayuda a los fertilizantes recientemente aprobada, solicitando más fondos y la inclusión como beneficiarios de agricultores y ganaderos que se han quedado fuera por no percibir la PAC.
Para La Unió es ilógico que agricultores y ganaderos profesionales de algunos sectores que tradicionalmente no han estado en el ámbito de la PAC, y que sufren también el encarecimiento de los abonos, además, se queden fuera también de esta ayuda coyuntural. "Hay medidas que se pueden y se deberían tomar para aliviar la crisis y que funcione mejor la cadena alimentaria, pero es más cómodo sentarse a esperar que las cosas mejoren por sí solas", concluyen en su comunicado.
En noviembre del año pasado, la Comisión Europea emitió un comunicación para consulta de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y del Parlamento Europeo, con el objeto de "Garantizar la disponibilidad y asequibilidad de los fertilizantes", según su nombre. También se someterá a consulta del Comité de las Regiones, del que forma parte la Generalitat Valenciana, y del Comité Económico y Social.
El motivo principal es que actualmente se está produciendo una crisis mundial de fertilizantes minerales, de una gravedad desconocida desde la década de 1970. La pandemia de covid-19 y sus interrupciones en la cadena de suministro, seguida de la crisis energética, han dado lugar a una subida récord de los precios de los fertilizantes, que desempeñan un papel importante en la seguridad alimentaria a nivel global.
Según la Comunicación de la Comisión, Rusia, que en 2020 representaba alrededor del 15% de las exportaciones mundiales de fertilizantes, ha impuesto restricciones a sus exportaciones de alimentos y fertilizantes, reduciendo la oferta mundial e impulsando al alza los precios. La escasez de fertilizantes y su elevado precio agravan la crisis de seguridad alimentaria en el mundo y es preciso un esfuerzo concertado para hacer frente a la crisis mundial de los fertilizantes.
La UE ha intensificado sus esfuerzos para hacer frente a la inseguridad alimentaria mundial y mitigar los efectos de la crisis alimentaria en los países vulnerables, a través de una respuesta rápida y global. Los países más afectados son Somalia, Afganistán, Etiopía, Nigeria, Sudán del Sur y Yemen, pero también la región de América del Sur.
Si bien la producción viable de alimentos depende de otros factores además de los fertilizantes, lo que hace que la situación actual sea especialmente crítica es el efecto a corto plazo que la escasez de fertilizantes puede tener en el rendimiento de los cultivos. Un menor rendimiento implica menos alimentos. Las Naciones Unidas han advertido de una crisis mundial de los fertilizantes, indicando que podría poner en peligro la producción de alimentos en los próximos años, lo que afectaría a los países que no disponen de margen presupuestario para llevar a cabo programas de apoyo para mantener la asequibilidad de estos productos.
Para apoyar a los agricultores, esta Comunicación describe varias prácticas y formas de avanzar para ayudar a los agricultores a optimizar su uso de fertilizantes y reducir sus dependencias al tiempo que se aseguran los rendimientos. En primer lugar, se dirige a los países de la UE que pueden dar prioridad al acceso continuo e ininterrumpido de gas natural para los productores de fertilizantes en sus planes nacionales de emergencia en caso de racionamiento de gas.
Seguidamente, favorece un apoyo financiero específico a través de las ayudas de los Estados. El marco de crisis temporal modificado para la ayuda estatal permite a los países de la UE proporcionar apoyo específico a los agricultores y productores de fertilizantes. Los fondos generados por medidas como el límite de ingresos de mercado de ciertos generadores de electricidad y la contribución solidaria también pueden utilizarse.
La Comisión lanzará un observatorio del mercado de fertilizantes en 2023 para compartir datos sobre producción, uso, precios y comercio, con el objeto de mejorar la transparencia del mercado. Además, promoverá prácticas agrícolas sostenibles y de capacitación colaborando con los países miembros para garantizar que los agricultores adopten planes de gestión de nutrientes, la mejora de la salud del suelo, la agricultura de precisión, la agricultura orgánica o el uso de cultivos de leguminosos en los esquemas de rotación de cultivos.
La UE promoverá el uso de más fertilizantes orgánicos en sustitución de los fertilizantes minerales, siempre que sea posible, para reducir su dependencia del gas, así como la huella de carbono del sector. Ello implicará la transición a fertilizantes más ecológicos, por lo que animará a los países a utilizar el hidrógeno y el biometano para la producción de amoníaco.
Por último, la Comisión apuesta por la diversificación del comercio. Para ello, se ha puesto en contacto con proveedores alternativos de fertilizantes para compensar los suministros anteriores de Bielorrusia y Rusia. La Comisión también propuso en julio de 2022 suspender los aranceles comerciales para el amoníaco y la urea, utilizados para producir fertilizantes nitrogenados.
Hay que recordar que los corredores de solidaridad de la UE y la Iniciativa de Cereales del Mar Negro han sido eficaces en la mitigación de la crisis alimentaria al permitir a Ucrania seguir exportando sus cereales y contribuir a estabilizar los mercados y a reducir los precios de los alimentos. Además, se han convertido en un importante vínculo comercial entre Ucrania, la UE y el resto del mundo facilitando la exportación de más de 14 millones de toneladas de productos agrícolas ucranianos (cereales, plantas oleaginosas y productos afines, incluidos fertilizantes) y contribuyendo así a aliviar la crisis alimentaria mundial.
La UE ha apoyado el papel facilitador de las Naciones Unidas y Turquía, solicitando la renovación de la Iniciativa sobre Cereales del Mar Negro después del 19 de noviembre. La interrupción del programa tendría graves consecuencias para la seguridad alimentaria mundial. La Comisión recuerda que son los países de renta baja y media los que sufren las peores consecuencias del restringido mercado de fertilizantes. En 2022, un número récord de 222 millones de personas en 53 países se vieron gravemente afectadas por la inseguridad alimentaria.