MADRID (EFE). El autoconsumo fotovoltaico se ha multiplicado por más de diez en esta legislatura, pero aún queda pendiente fomentar la generación colectiva, donde la “batalla” está en las demoras en los plazos que imponen las distribuidoras, aseguran a EFE especialistas del sector.
Diversos expertos consultados por EFE coinciden en que el impulso al autoconsumo por parte del Gobierno desde 2018 -pero sobre todo a raíz del Real Decreto Ley 29/2021- ha sido, junto con la subida en el precio del gas natural y los fondos Next Generation, un acelerador de esta forma de producir energía.
El cambio en la política nacional ha sido clave, a juicio de Laura Feijóo, coordinadora de área de autoconsumo de la cooperativa de energía renovable Ecooo, para el ‘boom’ que está experimentando el autoconsumo.
Desde Ecooo llevan desde 2017 tratando de extender esta práctica a fin de cambiar el modelo energético hacia uno de electricidad renovable y de generación distribuida.
Sin embargo, entonces, "la primera pregunta que nos hacían era '¿pero esto es legal?'", recuerda Feijóo. En 2017 estaba aún vigente el llamado "impuesto al sol", que había introducido la legislatura anterior, con Mariano Rajoy al frente del ejecutivo.
Este impuesto en realidad "nunca se llegó a aplicar", sostiene la experta, pero generó un efecto disuasorio por el que muchas personas temían una penalización por poner placas solares en sus viviendas.
De los 408 MW de fotovoltaica distribuida que había en 2019 se ha pasado a los 5.211 MW actuales, sobre todo gracias al fuerte impulso de 2022, año en que se instalaron en España 2.649 MW de autoconsumo, según los datos recabados por la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables).
El Real Decreto Ley 29/2021 suma un nuevo fuerte impulso al desarrollo del autoconsumo, pues permite su conexión a red en cualquier tipo de tensión y actualiza el régimen sancionador para distribuidoras y comercializadoras que alarguen los plazos de tramitación.
Actualmente hay 298.000 instalaciones en viviendas, 217.000 de las cuales se han llevado a cabo en el último año, según calculan desde APPA Renovables. Además, hay 54.000 instalaciones industriales, y casi la mitad de éstas son nuevas.
Ismael Morales, responsable de Políticas Climáticas de la Fundación Renovables, destaca también algunas medidas que se han tomado a nivel autonómico y municipal que han contribuido a la expansión del autoconsumo fotovoltaico, como los incentivos y deducciones fiscales -las bonificaciones en el IBI, por ejemplo- o la eliminación del requisito de licencia de obra para instalar las placas sobre los tejados.
Este requisito, que se traduce en esperas de hasta ocho meses desde la solicitud hasta que se concede la licencia, sólo se exige a día de hoy en tres comunidades autónomas: Cantabria, el País Vasco y Murcia.
“En las 14 comunidades restantes, para tramitar una instalación solar de autoconsumo sólo se requiere una comunicación previa a la administración pública”, precisa el experto.
El asunto pendiente de esta legislatura, coinciden los especialistas consultados, es el autoconsumo colectivo, y ahí “la batalla”, señalan, es con las distribuidoras.
“En algunos casos, los protocolos de la distribuidora no permiten activar que varios consumidores asociados a una instalación puedan disfrutar de la energía generada, imposibilitando o retrasando definitivamente el autoconsumo colectivo a pesar de que la norma lo permite”, precisa Morales.
Feijóo, por su parte, habla directamente de “bloqueos” por parte de las distribuidoras que están generando “mucha preocupación y hartazgo” en el sector, lamenta.
"Después de poner de acuerdo a mucha gente de lanzar un proyecto de autoconsumo compartido, de conseguir la financiación y de hacer la instalación, te encuentras con un bloqueo que puede durar incluso un año”, denuncia la experta.