Así han transformado esta casa junto al mar unos arquitectos murcianos: un verano en calma y en familia

MURCIA. Tradición, diseño, calma, detalles de buen gusto... y las mejores vista al Mediterráneo. Todo esto es lo que reúne la llamada 'Casa junto al mar' diseñada por el estudio de arquitectura murciano Srta. Rottenmeier en Mojácar.  

Cuentan los arquitectos que se trata de "la residencia de una familia cuya pasión es pasar largas temporadas estivales cerca del agua, además de que adoran pasar fríos inviernos contemplando el mar desde casa junto a la chimenea". El estudio murciano afrontó el diseño de esta vivienda asumiendo las premisas de que había que "resolver una casa con siete dormitorios en una parcela triangular compleja, además de que cada planta tenía que ser independiente. Era fundamental, a su vez, posibilitar la contemplación del mar desde todos los rincones posibles".

Pero buscar la inspiración les resultó fácil. "Tan sólo había que mirar alrededor. La arquitectura tradicional de fachadas blancas, cúpulas, calles estrechas en pendiente y las buganvillas asomando por las tapias, han hecho que Mojácar esté repleto de rincones encantadores para fotografiar", recuerdan.

Respecto al proyecto, explican que "como consecuencia de la forma de la parcela, la huella de la casa se adapta y forma un trapecio: en la zona más amplia se sitúa la vivienda y la zona estrecha se aprovecha para almacenamiento y garaje. La planta baja está destinada a las reuniones familiares y zonas privadas de los abuelos. La planta primera se reserva para los hijos y los nietos con acceso y uso independiente".

Todas las estancias miran al mar, orientado al norte, por lo que se ha aprovechado la zona sur, en la que existe una gran pinada. Aquí se abrieron grandes ventanales y se aprovechó la iluminación directa del sol. En la planta superior, dos terrazas permitieron coger altura y contemplar el mar.

"Probablemente la planta baja sea la que más rincones esconde", apuntan los arquitectos murcianos. "Un paso trasero que recuerda a las calles estrechas de Mojácar, un porche con techo en bovedilla cerámica para pasar las tardes de verano, y un rincón de lectura en el que sumergirte en libros interminables". Todo lo necesario para disfrutar en calma de este verano.