CARTAGENA. Los jóvenes empresarios de Cartagena estrenan nueva presidencia en plena pandemia. No es sencillo estrenar un cargo en un año tan volátil y tan exigente como este 2020, que tiene al empresariado entre sudores fríos. "Ni es normal ni nos está beneficiando. Como a todos por otra parte. Dentro de todo lo malo, hemos caído de pie porque más o menos estamos aguantando", afirma Marisol García Sánchez, que se puso al frente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cartagena (AJE) el pasado mes de septiembre.
En un año tan complicado, desde que asumió la presidencia de AJE tenía claro que lo más importante era no dejar a nadie atrás. Una frase quizá demasiado usada en la clase política pero que suena creíble en boca de esta autónoma al frente de una asesoría. "Nuestro principal objetivo es que nadie, ninguno de nuestros asociados, se queden atrás. Estamos dando apoyo de asesoramiento y formación gratuito para ayudar, dentro de lo posible, a que nadie tenga que cerrar", señala García.
Como en muchas ciudades, el pequeño empresariado de Cartagena está formado en un gran porcentaje por autónomos y micropymes, con negocios con uno o dos empleados, con pequeños beneficios… Una estructura que se tambalea cuando vienen tiempos tan complicados e inesperados como una pandemia que ha obligado a cerrar durante muchos meses. "La gente está sobreviviendo como puede. Acatando las órdenes de cierre, como en el caso de la hostelería, pero la gente lo está pasando mal", señala la presidenta de AJE.
Con la actividad en mínimos, el papel de asociaciones como AJE refuerza su importancia a la hora de ofrecer cierta luz al final de un túnel del que aún no se vislumbra una salida, por más que los anuncios de vacuna parecen ofrecer cierto alivio. "Lo que más nos piden ahora es ayuda para acceder a subvenciones, bonificaciones…Los negocios solo miran poder llegar al mes que viene. Ahora, evalúan poder llegar al mes de enero y, una vez se llegue a enero, ya se verá. Muchos están tirando de los ahorros pero eso tiene un límite", apunta Marisol.
Aunque desde AJE apuntan que la coordinación con las instituciones es buena, "sus peticiones van en la línea de lo que pedimos", señala García, si apunta que quizá las ayudas no son todo lo adecuadas que deberían. "En el caso de la hostelería, si fueran muy buenas las ayudas no se manifestarían. Entiendo que hacen todo lo que se puede, pero sigue habiendo muchos ERTES, que ya no están bonificados. Con esta situación es complicado sustentar un bar o un restaurante. La gente lo está pasando mal. Y no solo los hosteleros, que son los protagonistas, sino también los proveedores. Esta gente también está sufriendo", señala la presidenta de AJE.
Como presidenta de AJE, Marisol no esconde que el cierre de muchos comercios del centro, ante la restricción de la movilidad y el cierre de la hostelería, apaga de alguna forma el 'corazón' de la ciudad. "Cierres como el próximo de ZARA empobrecen mucho la ciudad. No sólo a nivel comercial, sino también a nivel social. La existencia de comercios en zonas como el Puerto, hacen vida, ayudan que sean menos solitarias. Cuando no había nada, daba un poco de miedo andar por ahí a según que horas. Todo lo que sea cerrar va en contra de todo. Ver tiendas abiertas da mucha vida", señala.
Pese a que el empresariado esperar cerrar lo antes posible este 2020, si apunta García un aspecto que ha resultado positivo para todos: la digitalización de todo tipo de negocio. "La pandemia nos ha obligado a todos a reorientarnos. Hemos tenido que acelerar la digitalización de 20 años en 9 meses. A raíz de esto, han nacido también muchos negocios en campos como el ecommerce (comercio digital). Muchos negocios crecen ya con aplicaciones, algo que es muy positivo". En un 2020 terrorífico, los jóvenes empresarios de Cartagena resisten como pueden.