MURCIA. Reivindicación, empatía y solidaridad hacia la desigualdad que sufren las mujeres, también en el mundo de la cultura, subyacen en la exposición colectiva protagonizada por ocho murcianas que han destacado como artistas y que, bajo el título Sororidad Artística II. El arte como conexión intermediadora en tiempos de Covid, se puede contemplar hasta el 13 de abril en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Ellas son Ana Hernández Morote, Mª Ángeles Lajara, Elva Fuertes, María Joaquina Sánchez Dato, María José Caride, María Luisa Martínez León, Pau Pellín y Santi García Cánovas.
"Ellas son parte importante en el espacio del arte, pero también son conscientes de que es necesario aumentar la ratio de mujeres en las exposiciones colectivas y ser partícipes de las salas de arte para exposiciones individuales", señala la comisaria de la exposición, María José Cárceles, quien recuerda el papel del arte "como vehículo de evolución social en continuo movimiento, por eso, la mirada hacia el arte, ha de ser holística". Y más en estos tiempos "de nuevas adaptaciones, de empatía y de sostener la cultura en todas sus ramificaciones", porque "es ahora más que nunca, cuando debemos mantener vivo aquello que nos diferencia y a la vez nos caracteriza como humanos: la cultura, en su más amplia definición".
La comisaria de la exposición también hace referencia en el texto que acompaña a la misma que "tenemos que pensar en la deconstrucción de la identidad femenina contemporánea, en este caso dentro del ámbito del arte, y es ahí donde entramos nosotros, los actores, que leyendo con nuestros ojos y mente sus obras de arte, dedicadas a la mujer y, extrayendo un significado que aporte más compresión hacia la situación de la mujer en el mundo, o en los múltiples submundos en los que nos movemos intentando emerger y ocupar el lugar que nos corresponde".
Se trata en definitiva de consolidar "una relación entre arte e igualdad, que va emergiendo y situándose dentro de la normalidad, pero todavía queda mucho por hacer, y bajo ningún concepto las artistas son invitadas, tienen derecho a usar los espacios expositivos de igual manera que lo hacen los artistas hombres".
En este sentido, María José Cárceles recuerda que el cambio de paradigma no fue real hasta bien entrado el último cuarto del siglo XX, cuando "el mundo comenzó a experimentar que la mujer se rebela, tras cientos de miles de años, rompiendo estereotipos que la tenían anclada a un mínimo espacio de servidumbre y patriarcado".