MURCIA. ¿Qué ocurre cuando un piano se encuentra con el cante jondo? ¡El Falla Flamenco! Esta es la premisa de la que parte Amores brujos, la primera película como directoras de la pianista Rosa Torres-Pardo (Premio Nacional de la Música) y la actriz Lucía Álvarez, que ha contado con la participación del cartagenero José Carlos Marínez -quien fuera primer bailarín de la Ópera de París y director de la Compañía Nacional de Danza-, junto con otros artistas como los cantantes Rocío Márquez, Carmen París e Israel Fernández, bailarines como Helena Martín y Patricia Guerrero, músicos como Cañizares, Ana María Valderrama y Adolfo Gutiérrez Arenas, o el actor Jose Luis Gómez, entre otros muchos.
Ellos protagonizan "una sucesión de escenas musicales a modo de cuadros de una exposición: la danza, el cante, la palabra y los diversos instrumentos toman el protagonismo", según explican las directoras, quienes presentaron este largometraje documental a finales de julio en el Instituto Cervantes de Madrid.
Amores brujos -que cuenta con guion de José Ramón Fernández (Premio Nacional de Literatura Dramática) y en el que ha colaborado el poeta Luis García Montero- busca que el espectador disfrute con "una música que forma parte de nuestra memoria", explican sus autoras, quienes no dudan, además, de que "esta película fuera de España será un éxito".
El objetivo de Rosa Torres-Pardo y Lucía Álvarez era realizar "un documental musical en el que la música de Falla uniese a músicos muy diversos de la danza, del cante y de la interpretación, entrelazados por una dramaturgia en la que a su vez dialogan los pensamientos de Lorca, Lejárraga o Juan Ramón Jiménez". Para ello, cuentan, han trabajado durante meses "estudiando cada aspecto técnico y creativo hasta el más mínimo detalle", ajustando además fechas debido al gran número de artistas que participan.
"Este fantástico elenco está formado por artistas de diversos ámbitos, desde una estrella de la danza de la Ópera de París (en referencia al cartagenero José Carlos Martínez), pasando por grandes guitarristas del flamenco, cantaores, hasta bailarines del Ballet Nacional de España", destacan.
"La música de Falla en la película no es solo el hilo conductor sino la razón de ser de esta película", añaden las directoras de este largometraje que además de ser un homenaje al compositor en el 75 aniversario de su muerte, también "es la celebración y el encuentro entre artistas de mundos diversos que se unen para encontrar un lenguaje común a través del Amor brujo, de El sombrero de tres picos o de las canciones populares".
