CARTAGENA. Este chalet de los ochenta ubicado en La Manga, a orillas del Mar Menor, fue primero una residencia familiar para convertirse, más tarde, en un club gastronómico llamado El Galeón, que aún muchos recordarán. Ahora, y tras años en desuso, el inmueble ha experimentado una metamorfosis que, respetando la arquitectura original, ha hecho brillar la casa dotándola de un aspecto muy diferente; empezando por el predominio de un color blanco muy mediterráneo. Detrás de esta impactante intervención se encuentra el estudio de la Región Llanes_Granados Arquitectos, que ha apostado por la puesta en valor de la arquitectura existente, la sostenibilidad, la cultura y la armonía que se respira en todos los rincones de esta casa, que ahora tiene por delante una nueva vida.
Así se lo explica a Murcia Plaza el arquitecto Pedro Llanes, quien apunta que la vivienda comprada por una familia de la Región empezaba a acusar el tiempo que llevaba deshabitada, con humedades y despefectos en los acabados. El estudio enseguida captó la personalidad de la casa, entendiendo que había que poner en valor (en vez de derribar) la arquitectura original, dotada de interesantes volúmenes (en los que las líneas curvas y rectas juegan creando un todo compacto).
"Solo había que maquillar la fachada", señala Llanes, quien destaca que el color blanco que se le ha dado (con un tratamiento de mortero monocapa de cal), además de dar más luz al inmueble, acentúa su carácter mediterráneo y realza sus atractivas formas.
Una de las mejoras que ha llevado a cabo el estudio Llanes_Granados Arquitectos es que ha habilitado una terraza superior, que hasta ahora no existía, comunicando un tramo de la escalera con este nuevo espacio que, así, suma una planta más a la vivienda (la cuarta). Desde esta terraza, la familia puede disfrutar de una panorámica increíble, de 360 grados, de las vistas al Mar Menor en el entorno privilegiado en el que se encuentra.
En el interior, se han adaptado los espacios a las necesidades de la familia, destacando la cocina y el salón que ocupan 60 metros cuadrados en la planta baja (un espacio abierto con posibilidad de compartimentar). La vivienda consta, además, de cinco dormitorios con baño propio.
Otra cuestión que el estudio de arquitectura ha tenido muy en cuenta ha sido aprovechar la propia ventilación de la casa para un bajo consumo, entre otras medidas de eficiencia energética.
En total, la vivienda cuenta con 400 metros cuadrados, disponiendo de 850 metros cuadrados de jardines y zonas exteriores. Estos también han experimentado una profunda renovación. Para empezar se ha cambiado la pavimentación verde que rodeaba a la piscina por una de imitación de madera, y vuelve a primar las tonalidades blanca en combinación con el verde de la vegetación propia de esta zona mediterránea. La familia cuenta con una zona chill out para relajarse en el entorno de la piscina, al tiempo recrean la vista detalles con mucho arte que pueblan el jardín.
Desde el estudio multidisciplinar Llanes-Granados Arquitectos señalan que buscan "dar respuesta a las nuevas necesidades dentro del ámbito de la Arquitectura e Ingeniería, siendo nuestra máxima la calidad y creatividad en la fase proyectual y ofrecer un servicio de asistencia técnica para la calidad constructiva que se adapte a las necesidades de obra y de nuestros clientes". Apuntan como valores y actitudes de sus profesionales el liderazgo, talento, adaptación y perseverancia, al tiempo que la integridad, excelencia, innovación y calidad.