Protesta de los vecinos del barrio de Espinardo. Foto: EFEMURCIA. La ejecución del plan de movilidad urbana de Murcia, con una gran impacto sobre la accesibilidad y la actividad económica y comercial y sin la necesaria e imprescindible participación ciudadana, está provocando una de las mayores movilizaciones sociales de la historia reciente. Vecinos, comerciantes, hosteleros, transportistas y repartidores están reclamando la necesidad de paralizar las actuaciones y reorientarlas tras un diálogo participativo y constructivo.
El mayoritario rechazo a las obras del plan ha conseguido, en tan solo unas semanas, que vecinos y comerciantes de barrios y pedanías de Murcia hayan creado diferentes plataformas ciudadanas (No al Cierre del Carmen, Movilidad Sí-Caos No, SOS Vistabella-Paz-La Fama, Espinardo-Colapsado, Ronda Norte-Primo de Rivera) para reclamar información, diálogo y participación en la construcción de su ciudad.
"El Plan que se está ejecutando, improvisado y con escasa información, no garantiza la adecuada accesibilidad a comercios, servicios o vecinos"
Se pide abrir un debate público sobre el modelo de movilidad más adecuado para la ciudad, considerando los barrios y las pedanías por igual, que responda a las necesidades de los residentes, visitantes y de todos los sectores económicos. Requieren que antes de modificar la situación actual, se solucionen los problemas que genera la nueva planificación urbana.
El plan de movilidad que se está ejecutando, improvisado y con escasa información, no garantiza la adecuada accesibilidad a comercios, servicios o vecinos. Según las plataformas vecinales y las asociaciones de comerciantes, el proyecto que se está ejecutando puede dañar las ya de por si maltrechas economías y reducir de manera alarmante la capacidad atractiva de Murcia como ciudad de servicios y comercio.
Ante la gravedad de una situación que siembra inquietud por el futuro de miles de empleos, quieren que la Administración municipal les atienda y considere. Reclaman información sobre los impactos ambientales, económicos y sociales que van a tener las obras, así como el modelo de movilidad aplicado para la elaboración del plan y sobre todo diálogo participativo.
La construcción de una ciudad más habitable, transitable y segura es un objetivo común para todos. Incrementar la capacidad atractiva, la renaturalización de los espacios urbanos y la reducción de la contaminación ambiental no es incompatible con facilitar la accesibilidad a la ciudad, las viviendas y los comercios. Al contrario, reforzar y mejorar los tránsitos y accesos va a contribuir a impulsar la actividad económica.
Un plan de movilidad urbana que pretenda mejorar la habitabilidad de una ciudad tiene que dar respuesta a un conjunto de necesidades que permitan solucionar problemas en lugar de crearlos. Su objetivo no es hacer obras, sino ayudar a transformar las ciudades para convertirlas en lugares atractivos, bien comunicados, accesibles y con capacidad de generar empleo y bienestar.
Murcia es una ciudad de comercio y servicios con una gran capacidad de atracción en torno a su gastronomía, riqueza patrimonial y cultural y con una potentísima oferta comercial para un entrono de más de un millón de personas. Por ello, es necesario facilitar el acceso a un casco urbano que posee un excelente comercio de proximidad, especializado y de calidad, junto a una oferta inigualable de ocio y restauración.
Experiencias de éxito ya existen en España y Europa, es cuestión de aplicar lo mejor de ellas adaptándolas a las características de nuestro municipio, para no cerrar ni dificultar el acceso a una ciudad como Murcia, abierta, dinámica, comercial, capital del ocio y la hostelería del sureste español.
Recuperar el dialogo y la participación ciudadana para conseguir consensuar al máximo el modelo de movilidad urbana debería ser un objetivo a conseguir. Con transparencia e información, seguro que se puede lograr un proyecto que mayoritariamente responda a las demandas y necesidades de los barrios y pedanías de Murcia.
Miguel Ángel Cámara Botía
