MURCIA. La bailaora y coreógrafa Sara Baras se encuentra inmersa en su espectáculo Alma, una pieza dirigida y coreografiada por ella en la que "el flamento abraza al bolero y este se deja abrazar". La creación nace en modo de homenaje a su padre, figura que le ha inspirado durante toda su vida y a la que siempre baila, aunque en Alma lo hace aún con más consciencia y amor si cabe. El espectáculo -que se podrá volver a ver en la Región en el Auditorio El Batel de Cartagena el 10 de marzo de 2023- muestra el poderío de la que está considerada como la mejor bailaora de España, quien se muestra a corazón abierto en esta conversación con Plaza. Para ello basta una conexión telefónica de tan solo 10 minutos, en los que la bailaora orquesta con maestría las respuestas que le hacen celebrar los casi 25 años que cumple su compañía.
-¿Cómo estás ahora?
-La verdad es que diría que estoy en el mejor momento. Con Alma estamos viviendo unas sensaciones y emociones muy bonitas. Es lo más bonito que hemos hecho con la compañía
-Compañía que cumple dentro de poco 25 años. Si miras en retrospectiva al pasado…¿Qué mantenéis de esos comienzos?
-El trabajo, hay una entrega total que me hace sentir muy orgullosa. Te diría que también las ganas y la ilusión de seguir creciendo y compartiendo todo. Las ganas de seguir apostando por el flamenco y el teatro, ahí no se para nunca. Me parece precioso que no nos sintamos cansados a pesar de todas las funciones que llevamos a nuestras espaldas. Repito que me siento muy orgullosa de no haber bajado la guardia en ningún momento, y de haber mantenido el equipo muy fuerte.
-¿Prefieres coreografiar, bailar o ambas?
-Yo ahora mismo no concibo la una sin la otra. La compañía tiene 17 espectáculos, de los cuales 15 yo los he dirigido, coreografiado y bailado. Eso me ha hecho ver todas las partes, y a la hora de coreografiar me viene muy bien haber bailado porque hace que sienta ambas partes.
-¿Qué hacer cuando el cuerpo empiece a fallar?
-Cuando el cuerpo no pueda bailar más tomará el relevo el cerebro, para coreografiar. Seré suficientemente inteligente para echarme a un lado y poder transmitir todo lo que sepa para la gente que esté viniendo. Poder pasar todo el conocimiento para coreografiar y dirigir, todo ello a esas nuevas generaciones. Ahora no va a pasar porque me siento más fuerte que nunca.
"Cuando el cuerpo no pueda bailar más tomará el relevo el cerebro, para coreografiar"
-El espectáculo de Alma va dedicado a tu padre, gran figura de tu vida y referente. ¿Qué supone para ti este homenaje?
-Es una dedicatoria de amor absoluta a él, ha sido una de las personas más importantes de mi vida y poder bailarle para mi es un regalo. Alma provoca eso, casi todo el mundo tiene un ser querido que ha perdido, y las melodías de los boleros son muy conocidas. Todo el mundo tiene un recuerdo de eso, se crea una energía en el que cada uno se acuerda de su ser querido de una manera profunda y bonita. A mi me gusta decir que Alma tiene momentos muy profundos, pero no tristes... es como recordar algo desde la forma de sentir más bonita, sin machacarnos.
-¿Que genera la fusión de boleros y flamenco?
-La unión más allá de fusionar géneros va más allá de lo musical. Se puede ver en el escenario, en el vestuario, en la iluminación… Todo se consigue con una identidad propia con vestigios de bolero y eso hace que sea muy elegante y muy bonito. Aparte de eso la fusión se lleva por dentro, en la manera de dejarse llevar y de sentirlo.
-¿Hay algún género con el que el flamenco no podría “"abrazarse"?
-Sinceramente creo que el flamenco tiene una identidad tan importante que puede fusionarse con todo. Eso siempre sin olvidar quien eres y teniendo los pies en la tierra, claro. Lo que hace la fusión es añadir un punto de vista diferente, siempre se puede encontrar algo bonito si tienes muy metido lo del flamenco. Ahí hay que agradecerle todo a los maestros: Paco de Lucía, Enrique Lorente, Camarón… muchísimos artistas que por un lado han respetado mucho la tradicionalidad del flamenco y por otro contaban con una personalidad que hacía que pudieran fusionarlo con lo que quisieran, siempre manteniendo la identidad flamenca. Considero que gracias a ellos podemos hacer este tipo de espectáculos, y se lo agradezco.
-¿Qué se necesita para generar una buena fusión musical?
-Uno tiene que tener mucho respeto a la tradición, pero a su vez debe tener la “obligación” de mostrarse tal y como se siente. Ahí aparece la forma de hacer las cosas. Sí que considero que hay público para todo y que hay artistas de todos los estilos, lo importante y lo bonito es que tu personalidad (respetando a la tradición) pueda hacer algo diferente. Pero ojo: el artista tiene que ser libre, siempre.
-En esa libertad tú eliges fusionar bolero y flamenco para dedicar la pieza a tu padre... ¿Cómo es luchar contra el duelo sobre el escenario?
-Yo a mi padre nunca le he tenido sobre el escenario, pero a la vez siempre ha estado conmigo. Yo le he bailado muchas veces, y ahora le sigo bailando pero de otra manera, aunque no llego a tocar el dolor. Claro que cuando pierdes a un ser querido hay mucho dolor, pero a mi esta obra me ha llevado a poder sufrirlo sin derrumbarme, me ha llevado a verlo desde otro punto de vista.
"Yo a mi padre nunca le he tenido sobre el escenario, pero a la vez siempre ha estado conmigo"
-¿Qué sientes tú con cada representación?
-Hay momentos en los que sientes rabia, la necesidad de volverlo a ver o de tocarlo y escucharlo. Lo llevas de una manera súper bonita, y te sientes satisfecha de que has tenido la suerte durante toda la vida de tener una persona maravillosa a tu lado, y él ha vivido una vida bonita contigo. Comparto una gran parte del espectáculo con mi hermana, quien también trabaja en la compañía, y ambas vemos el espectáculo como un tipo de terapia, terapia para el Alma tendríamos que haberle puesto al espectáculo [ríe]. Ambas podemos compartir a nuestro padre de una manera muy bonita y con el público.
-Y ahora poniéndote del otro lado, ¿qué crees que siente el público?
-Hay una emoción distinta en comparación con otros espectáculos. Cuando se escucha Te extraño, Toda una vida, Nostalgia de pronto aparece algo mágico, llega de una manera diferente. El flamenco ya es un arte que rompe fronteras, que no tiene pasaporte, llega directo al corazón, pero aquí al conocer la melodía intuyes lo que puede venir. Son melodías que todo el mundo entiende como “suyas” y ahora tienen otra versión que se mezcla con una pasión y entrega única. Son sensaciones muy bonitas y eso se nota mucho en el público, es como si habláramos el mismo idioma.