MÉRIDA (EP/VP). La candidata del PP a la Presidencia de la Junta de Extremadura, María Guardiola, ha ganado las elecciones autonómicas de este 21 de diciembre, al conseguir el 43,18 por ciento de los votos, que suponen 4,3 puntos más que 2023, y que le otorgan un diputado más, hasta los 29 escaños, con un 99,7 por ciento de los votos escrutados.
Sin embargo, con estos 29 escaños, Guardiola se sitúa a cuatro diputados de la mayoría absoluta, que está en 33 diputados, por lo que necesitará a Vox para gobernar, un partido que sale reforzado de estas elecciones autonómicas, en las que ha ganado 8,7 puntos, hasta el 16,9 por ciento de los votos, y pasa de cinco a 11 diputados en la Asamblea de Extremadura.
Unos comicios que han supuesto el hundimiento del PSOE, que se ha dejado 14,16 puntos con respecto a 2023, hasta el 25,7 por ciento de los votos y ha perdido diez diputados, pasando de los 28 con los que contaba en la Asamblea de Extremadura, hasta los 18 escaños.
Unos escaños que en parte han ido a Unidas por Extremadura, que gana tres diputados con respecto a 2023, hasta alcanzar los siete escaños, y suma 4,2 puntos, hasta los 10,24 por ciento de los votos.
El candidato socialista, Miguel Ángel Gallardo, ha comparecido para asumir la derrota si bien no ha anunciado su dimisión. No obstante, ha emplazado a una reunión de la ejecutiva del partido este lunes para analizar los resultados y la situación.

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- Foto: EP
Negociación difícil
Estos resultados electorales generan varias incertidumbres en la región, sobre aspectos como el posible pacto al que puedan llegar el PP y Vox para el Gobierno regional. El propio Santiago Abascal ha avisado de que exigirá "respeto para sus votantes". "Los votos de Vox deben contar y puedo asegurarles que no van a ser invisibilizados ni traicionados", ha sentenciado.
Así, la negociación entre Guardiola y Vox se prevé difícil, tras los mensajes que se han cruzado durante la campaña electoral, como el de Abascal asegurando que la presidenta extremeña tendría que "pasar por el aro" si necesitaba a Vox para gobernar, a lo que ella respondió que no le iban "a frenar".
Durante la noche electoral, tras conocer los resultados, María Guardiola ha avanzado que este mismo lunes prevé iniciar una ronda de contactos con los partidos políticos, mientras que Vox ha advertido de que va a defender "con uñas y dientes" cada uno de los votos que ha conseguido en estos comicios.
"Una derrota de Sánchez, no de Gallardo"
Fuentes del equipo de Alberto Núñez Feijóo han sacado pecho del resultado, subrayando que la derecha consigue el 60% de los votos en un feudo que ha sido gobernando históricamente por el PSOE. Aparte de estos dos años y medio de Guardiola, el PP solo gobernó esta región entre 2011-2015, cuando el 'popular' José Antonio Monago logró ser investido gracias a la abstención de IU.
En 'Génova' responsabilizan en Pedro Sánchez el descalabro de los socialistas en Extremadura y, de hecho, creen que es el presidente del Gobierno y no su candidato, Miguel Ángel Gallardo, el que debería comparecer esta misma noche para asumir su "fracaso".
"La derrota no es de Gallardo, es de Pedro Sánchez", abundan las mismas fuentes, que añaden que "todos los partidos suben salvo uno, el de Pedro Sánchez". Además, destacan que el PP sube casi cuatro puntos mientras que el PSOE pierde poco más de 14 puntos.
Victoria agridulce para el PP
No obstante, se trata de una victoria agridulce para el partido de Feijóo, que deberá afrontar el nuevo ciclo electoral que se abre en 2026 (Aragón, Castilla y León y Andalucía) con el auge de la formación de Abascal, una subida que, pese al nefasto resultado para el PSOE, da munición electoral a los socialistas ante esas nuevas citas con las urnas.
Los dos grandes beneficiados de la noche electoral son Vox (sube seis escaños y obtiene el 16,9% de los votos) y Unidas por Extremadura, que consigue siete diputados, tres más que hace dos años y medio, y el 10,25% de los sufragios.
Ambas formaciones son las que más han rentabilizado el hundimiento del PSOE en Extremadura, en una campaña marcada por la corrupción que han afectado al partido y los casos de acoso sexual, como el de Francisco Salazar, que ocuparon el foco mediático en plena campaña extremeña.