MURCIA. ¿Estás dispuesto a pagar por cosas que no puedes tocar? Tu no, pero tus hijos supuestamente sí. Así comienza el charlatán de turno con su video-matraca en las redes para intentar convencerte de que gastar tu dinero en sus sugerencias es el futuro. Que quede claro desde el minuto cero, la nueva fiebre de los NFT es como cualquier otra donde hay que tener claro donde es necesaria esta tecnología y donde no. Son como un cuchillo, hay quien lo usa para cortar carne de pollo y quien lo usa como arma intimidatoria.
Un simple detalle de algo que tiene que indignarnos. Como ejemplo, cambiemos la premisa del NFT por el descubrimiento de las bebidas destiladas. ¿Estás dispuesto a emborracharte cada día? Tú no, pero tus hijos sí. Así es como se puede explicar a mucha gente como salvar su dinero de esta gente que vive de vendernos motos rotas. Un vaso de vino al día es sano y recomendable; o eso dicen, y es que nos vale tanto cualquier propiedad que tenga biológica como humanística, mientras sirva para socializar… Pero es que esto ya da nauseas, ver a tanto hípster viejuno que, como no sabe hacer otra cosa, hace humo con la novedad intentando ganar seguidores para que su podcast o su canal de YouTube le suelten un dinerito por decirte a ti lo que tienes que hacer (porque ellos ten claro que nunca van a hacerlo con su dinero).
La economía de los intangibles desde luego que no es nada nuevo. Estos trileros utilizan el ejemplo de cuando alquilábamos una película (posesión temporal del bien) mezclado con el modelo actual de suscripciones a servicios, sazonando con componente tecnológico e ignorancia y juntando peras manzanas y longaniza para conseguir que compres cualquier cosa con la misma premisa que le vendieron un traje al rey pasmado: "Es que esto solo lo ven los inteligentes".
"De igual manera que un cuadro puede tener mil copias y solo hay un 'Guernica'; el Picasso de este siglo puede estar creando una obra mucho más impresionante, pero hacerlo solo online"
Más argumentos hipsterianos que nos quieren hacer tragar es que hemos pagado ya en el pasado por patentes, derechos de autor o el software y que nada de esto se puede tocar. Mal argumentario amigos, ya que el software no se toca, pero nos permite transformar datos o realizar procesos complejos; las patentes bien gestionadas nos permiten bloquear a nuestra competencia y los derechos de autor cuando son sanos dejan claro la autoría de una obra. Mezclar las monedas virtuales de los videojuegos con un NFT es como decir que el sol es como las farolas de Murcia, dan luz durante determinadas horas del día. Acertado en su
justa medida. Pero entonces ¿Cuándo es acertado aplicar o invertir esta nueva tendencia?
De igual manera que un cuadro puede tener mil copias y solo hay un Guernica; el Picasso de este siglo puede estar creando una obra mucho más impresionante, pero hacerlo solo online. Ya era hora de pasar la barrera donde el bit puede equipararse al pincel, pero no nos pasemos de frenada. Existen hermosos cuadros en 3D, pinturas realizadas con gafas de realidad virtual por grandes artistas tristemente poco conocidos. Este es el mejor ejemplo de los muchos espacios donde podemos aplicar NFTs de forma SANA.
Tomemos como pieza de arte (porque lo es) la obra de Yoshitaka Amano 'Big Bang' fácilmente visible en YouTube. Efectivamente al ser una obra digital podríamos hacer 300 copias de ella y todos tenerla en casa, pero ¿Quién es su dueño? ¿Cuál es su trayectoria? ¿Por cuantas manos ha pasado? Si el autor se niega a hacer copias ¿Cómo podemos saber si tenemos la original o un duplicado? Para empezar ya hablamos de un trabajo serio y no de un moco pegado en un cuadro.
Es aquí donde entra en acción el Blockchain detrás de los NFT ya que en este razonable uso de la tecnología nos sería perfectamente posible identificar al propietario original, los propietarios anteriores y el componente de innovación estaría muy claro en aspectos como poder plantear que ya no sería posible ser robada esta obra… ¡Lupin ha muerto! Ya que los ladrones ya no serán de guante blanco pero pronto moverán ficha.
Como este ejemplo hay muchos, tal vez mañana la música se venda individualizada con este sistema, pronto se generarán nuevos modelos de negocio donde tal vez en vez de catálogos se vendan colecciones puntuales. Nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es que a la hora de comprar la titularidad de una imagen que al menos su proceso de creación tenga algo único o especial porque coleccionistas siempre los hubo y siempre los habrá. Solo tu decides si gastas tu dinero en cartón viejo, oro, barro o tierra.
El tulipán es una planta preciosa muy digna de su burbuja antaño. Compra siempre los de oro que son para siempre, porque los muertos pintados de amarillo salen más baratos, pero no valen un pimiento.
Ismael Novo
(Consultor tecnológico)