La Región de Murcia decide: la continuidad de López Miras o el cambio

MURCIA. Usted decide. En su mano está la elección de la persona que gobernará la Región de Murcia durante los próximos cuatro años. Los comicios autonómicos (y municipales) de este 28 de mayo ponen en juego dos grandes modelos: la continuidad de un proyecto en manos del PP desde 1995, encabezado por Fernando López Miras desde 2017; o el cambio hacia las dos alternativas con más posibilidades: el PSOE de Pepe Vélez, ganador de las elecciones de 2019, y Vox de José Ángel Antelo, que aspira a ser decisivo en la Región.

El escenario electoral ha variado mucho con respecto a la última contienda. Aquella cita de 2019 se resolvió por apenas un millar de votos de diferencia. El PSOE rompió con una sequía de 26 años y logró el triunfo con 17 diputados. El PP sufrió una dolorosa derrota, con 16 escaños, su peor resultado desde 1987. Y Ciudadanos se erigió en dueño de las llaves del Ejecutivo, con seis parlamentarios. La mayoría absoluta de la Asamblea Regional, recordemos, se sitúa en 23 escaños. Sin embargo, los pactos electorales dieron la vuelta a la tortilla y el PP retuvo el Gobierno gracias una coalición con los naranjas y el apoyo parlamentario de los cuatro representantes de Vox.

Si entonces existía una igualdad máxima, esta vez el panorama es distinto, a tenor de las encuestas. El PP parte como gran favorito para ganar este 28M. Los sondeos apuntan que el PSOE retrocedería y que Vox crecería, con lo que el partido de Antelo puede ser determinante para resolver la gobernabilidad. Pero los sondeos no votan. La encuesta real es hoy. Ya no es el turno de las mediciones demoscópicas, sino de los verdaderos protagonistas: quienes deciden son los 1,1 millones de ciudadanos de la Región (1.096.765, para ser exactos) llamados este domingo a acudir a las urnas bajo un cielo nublado y amenazante de lluvia, con una alerta amarilla activada en toda la Comunidad.

El PP y su búsqueda de una mayoría suficiente

El Partido Popular es el gran rival a batir. Los populares gobiernan la Comunidad de forma ininterrumpida desde 1995, cuando Ramón Luis Valcárcel consiguió su primera mayoría absoluta. El PP encadenó éxitos durante veinte años hasta que en 2015 perdió la mayoría absoluta, si bien mantuvo el poder. Eran otros tiempos. El bipartidismo se tambaleaba en toda España y el PP tuvo que aprender a convivir sin la mayoría: primero en solitario (2015-2019) y después en alianza con Ciudadanos, la primera coalición de la historia (2019-2021). 

La experiencia de Gobierno en coalición, sin embargo, resultó nefasta, a ojos de todos. Uno de los socios, Ciudadanos, se rebeló a mitad de legislatura y presentó una moción de censura con el principal partido de la oposición, el PSOE. Pero la operación salió como el rosario de la aurora: cuatro diputados se desmarcaron de las instrucciones de su partido, en medio de un clima de transfuguismo y traiciones. La moción adquirió resonancia en toda España (Madrid convocó elecciones) y su fracaso fue muy sonoro. Ninguno de los dos líderes del PSOE y Cs, Diego Conesa y Ana Martínez Vidal, figuran hoy en las listas de este 28M. Aquella maniobra empujó al PP a buscar nuevos aliados en la que ha sido la legislatura más tormentosa e imprevisible de la historia.

López Miras nunca ha ganado unas elecciones pese a que gobierna desde 2017. Hoy, sin embargo, afronta una gran oportunidad para desquitarse del disgusto de la derrota de 2019. Especialmente tiene ante sí una ocasión de oro para despojarse de la debilidad parlamentaria que tanto le ha lastrado esta legislatura, obligado permanentemente a hacer números. Ahora aspira a lo que él denomina la 'mayoría suficiente'. Nadie da por hecho una mayoría absoluta, que los populares calculan en un 48% de los votos (en 2019 cosecharon el 32,3%), por lo que el objetivo pasa por sumar más que toda la izquierda y alcanzar el máximo peso posible para impedir que Vox imponga su ritmo. Dicho de otra manera: López Miras no quiere ser Fernández Mañueco, sueña con ganar a lo Juanma Moreno pero estaría muy satisfecho si vence como Isabel Díaz Ayuso. 

El todo o nada del PSOE

La gloria o la caída para José Vélez. No hay otra para el líder del PSOE, que encara el mayor y más difícil desafío de su vida. El socialismo lleva 28 años suspirando por el Palacio de San Esteban. Dos veces acarició el cambio en esta legislatura, con la victoria de Conesa y la moción de censura contra López Miras, pero ambas oportunidades fracasaron. El PSOE lucha contra los augurios de las encuestas, pero no pierde la esperanza. Necesitaría una profunda división de la derecha, su mejor resultado electoral en décadas (en 2019 ganó con el 32,4%) y el empujón de su socio en el Gobierno central, Podemos Izquierda Unida, para que le aporte una suma válida. Otra posibilidad, mucho más remota, es que Ciudadanos sobreviva y le dé su apoyo. Vox ya ha dicho que no lo hará. Si pierde, quedaría condenado de nuevo de la oposición, la bancada que ocupa desde 1995. Una zozobra que Vélez ni el PSOE se pueden permitir.

Vox quiere ser decisivo

José Ángelo Antelo busca consolidar las elevadas expectativas de su partido, fundadas en la preeminencia agrícola y el tradicional voto conservador de la Región. Durante gran parte de la legislatura, especialmente en la pandemia, el partido hablaba de victoria en las urnas. Ningún sondeo, sin embargo, predice un triunfo de Vox. Tampoco nadie lo vaticinó en noviembre de 2019, cuando 200.000 murcianos se volcaron con la formación de Santiago Abascal y le otorgaron la victoria, la única hasta el momento en España. No obstante, en la última cita autonómica (celebrada meses antes de las generales) recibieron 61.000 apoyos, el 9%. Unas generales no son unas autonómicas.

El reto es complicado para Vox: sus opciones pasan por que el grueso mayoritario de los votantes del PP le dé la espalda a su partido de siempre. También tendrían que 'pescar' en el caladero de Ciudadanos. Con todo, a nadie se le escapa que Vox mejorará su actual representación (cuatro escaños). La clave es cuánto crecerá. Una importante subida les convertiría en dueños de las llaves de la gobernabilidad. Vox también quiere ser determinante, algo que no lo fue en esta legislatura. Cabe recordar que si bien apretaron las tuercas a López Miras en la investidura y el primer Presupuesto (2020), finalmente su influencia fue escasa, ya que el PP encontró otros apoyos (tres de ellos, por cierto, eran miembros repudiados por el propio Vox).

El milagro de Ciudadanos

Ciudadanos quiere obrar el milagro. Nadie da por viva a esta formación, salvo sus cuadros, que se han entregado en cuerpo y alma en esta campaña para mantener en alto la llama naranja. Hace cuatros años fue un partido clave en la Región: decidió el Gobierno regional y los principales ayuntamientos. Ahora pugna por la supervivencia. Todo ha ido de mal en peor desde 2019: la caída de Albert Rivera, la fracasada moción de censura en la Región, la huida de cargos y militantes al PP y los malos resultados electorales en el resto del territorio nacional. En otoño de 2021, María José Ros aceptó el reto y tomó las riendas en el peor momento de la historia naranja. Muchos analistas han valorado su campaña, la más atrevida y original de todos. Si consigue un escaño, se abriría un escenario interesante, pues podría condicionar el Ejecutivo. A diferencia de 2019, esta vez no hay socio preferente: "Pactaremos en función del programa", sostienen. No han dicho con quién. 

Podemos IU suspira con el modelo de Moncloa

Podemos e Izquierda Unida concurren de la mano por primera vez en la Región. Esa desunión les penalizó en 2015 y, sobre todo, en 2019. Ambos quieren sumar sus votos: los morados obtuvieron dos diputados mientras que IU se quedó en el 2,02% (el umbral mínimo para entrar en el Parlamento es el 3%). Podemos, que en 2019 padeció todo un batacazo, quiere ratificar en las urnas su exigente y firme labor de oposición, con su candidata María Marín a la cabeza. Por su parte, Izquierda Unida quiere volver al Parlamento, cuyo escaño perdió en 2015. La confluencia, que también incluye a Alianza Verde, suspira por reeditar la coalición de La Moncloa. Esa es la gran meta. El segundo objetivo, más realista, es sellar un grupo parlamentario, que le evite volver a las penurias del Grupo Mixto.

El sueño de los minoritarios

En total, quince partidos políticos aparecen en las papeletas. Un ramillete de candidaturas pelea por alcanzar un escaño por primera vez en su historia. Helena Vidal, actual diputada autonómica de Equo, brega para que la alianza Más Región - Verdes Equo suene en la Asamblea Regional. Su gran inconveniente será la dura competencia con Podemos Izquierda Unida. MC Cartagena, la formación cartagenerista que ganó los comicios locales hace cuatro años, intentará llegar al Parlamento con Ester Guzmán. Algunas encuestas les otorgan un representante. 

También pugnan por un asiento en la Asamblea Regional Pilar García Santos, la candidata del partido regionalista Por mi Región; así como Alfonso Galdón, ex de Vox, y que encabeza la papeleta de Valores. Domingo Díaz lidera la candidatura de Tercera Edad en Acción y Francisco Miguel Muñoz hace lo propio en Murcia Libre. Y también se presentan el partido animalista PACMA, Falange Española, el PCPE (Partido Comunista de los Pueblos de España) y el Partido Cantonal de Cartagena.