los pasacalles y el gran desfile ponen la guinda a las fiestas de primavera

La magia del Entierro de la Sardina hechiza a miles de personas en Murcia

6/04/2024 - 

MURCIA. Murcia es una fiesta este sábado. Y no una fiesta cualquiera. Es el día grande del Entierro de la Sardina, la diversión sin fin, que se disfruta desde el comienzo de la mañana (con los pasacalles y la música en la calle) hasta la noche (con el deseado desfile de la carrozas). 

Apenas son las once de la mañana y ya atruena la música. Las calles del centro son un hervidero de gente. Los sardineros, ataviados con su indumentaria más inflamante, transitan con los primeros pasacalles a ritmo de charangas y pitos. Derrochan alegría y diversión. Contagian a todos los viandantes. Es mediodía y la fiesta ya se entiende por toda la ciudad. 

Por la tarde, tras la comida, los jóvenes disfrutan al son de la música que sale desde los bares. En la Plaza Mayor hay también grupos familiares y los niños corretean. De tanto en tanto aparecen grupos de hachoneros, que cruzan la plaza con su marcha festiva. La gente sonríe: es su día grande, lo pasan bien, a la espera de la hora del desfile. 

Foto: CAVAL (EFE)
Foto: CAVAL (EFE)

Los grupos sardineros se han dejado el alma para esta cita, una fiesta declarada de interés turístico internacional y que, simbólicamente, celebra la victoria de Don Carnal sobre Doña Cuaresma. Ese es el espíritu festivo del Entierro, que tras el adiós de las procesiones de la Semana Santa invita a murcianos y asistentes a disfrutar de la primavera. 

Por la noche, las principales vías del centro, engalanadas para la ocasión, acogen el cortejo del desfile. A lomos de 23 carrozas, los casi 400 sardineros despliegan su magia y reparten una lluvia de juguetes y regalos (más de 2,5 millones se calcula). Más de 500.000 balones y pelotas vuelan a su paso. Este año participan tres grupos internacionales y tampoco faltan los espectáculos y las acrobacias, que hacen las delicias del pública. 

La comitiva parte a las ocho y media desde la avenida San Juan de la Cruz rumbo a la plaza Díez de Revenga. Recoge calles céntricas como Princesa, la Alameda de Colón, el Puente Viejo, la Gran Vía e incluso la Circular.


La noche se adentra en la madrugada y la hoguera bulle, con la sardina lista para ser prendida. Las llamas devoran el catafalco, obra este año del ceheginero Nicolás de Maya, que, como contó este diario, es uno de uno de los artistas con más proyección nacional e internacional de la Región, siempre dispuesto a explorar nuevos mundos y sorprender, que en esta ocasión ha decidido romper la tradición de la estética de la Sardina.

Es el fin de las fiestas, el broche de oro a la semana grande de Murcia, pero al mismo tiempo es el inicio de la cuenta atrás para la edición del 2025. Suena el himno sardinero y Murcia queda rendida a sus pies. 

Noticias relacionadas

next