Opinión

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El uniforme de Zelenski, un arma de comunicación más allá de las trincheras

Publicado: 11/03/2025 ·06:00
Actualizado: 11/03/2025 · 06:00
  • Donald Trump y Volodímir Zelenski, el pasado 28 de febrero en la Casa Blanca.
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Dicen que hay preguntas, también respuestas, que pasan a formar parte de la historia. Quizás, para bien o para mal, la que le formuló un periodista sobre su vestimenta y porque no llevaba traje al presidente de Ucrania, Zelenski, en el tenso encuentro en la Casa Blanca con el actual presidente de EEUU, Trump, puede ser una de ellas. 

“Llevaré traje cuando acabe esta guerra”, fue lo que respondió Zelenski. Una respuesta nada baladí que nos recuerda algo fundamental: todo comunica y forma parte del relato. Y es que la comunicación no verbal no comprende exclusivamente nuestros gestos o postura, sino también nuestra vestimenta. 

En época de guerra, que un líder opte por prendas militares es una declaración de intenciones. Cuando Zelenski se viste como sus soldados o conciudadanos busca reforzar una imagen de liderazgo cercano y resistente, alejándose de la rigidez protocolaria de otros mandatarios. Por eso, desde el inicio de la invasión rusa, Zelenski ha abandonado el traje formal para adoptar un código de estilo más funcional a través de prendas made in Ucrania

Pero, el presidente ucraniano no es el primer mandatario en visitar la Casa Blanca sin lucir etiqueta. En medio de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill visitó la institución con el conocido como “traje sirena”, porque podía ponerse fácilmente cuando sonaban las sirenas de ataque aéreo. Una traje, que al igual que otros uniformes militares, el primer ministro británico vistió en varias reuniones con otros líderes políticos mientras duró el conflicto bélico. Hablando de Wiston Churchill, no es muy osado pensar que tampoco se trató de una casualidad, sino que seguramente formaba parte de su relato comunicativo. 

Porque la ropa es un código visual inmediato y universal que moldea la percepción antes de que se pronuncie si quiera una sola palabra. La extravagancia de Lady Gaga, el total black de Steve Jobs, la sobriedad impecable de Barack Obama, el streetwear de Billie Eilish o los looks excéntricos de Harry Styles son un elemento más de su marca personal… Todos ellos han utilizado la ropa como una herramienta de comunicación estratégica que refuerza su identidad y los hace inconfundibles. 

Una herramienta que también podemos extrapolar al mundo de los negocios. Por ejemplo, cuando un CEO opta por una sudadera y zapatillas quiere proyectar una imagen de innovación y cercanía, mientras que un abogado con traje oscuro pretende reforzar la idea de profesionalidad y rigor. Lo que está claro es que ninguna de estas decisiones es fruto de la casualidad; todas responden a códigos culturales que afectan a la manera en la que somos percibidos.

La elección de nuestro vestuario es un elemento más de nuestra narrativa y forma parte de nuestra identidad de marca personal. La clave de que esta comunicación sea efectiva está en la coherencia entre lo que se dice y lo que se proyecta. Si un político habla de austeridad mientras luce relojes de lujo, su discurso pierde credibilidad. La moda refuerza o contradice las palabras y, en un mundo donde la percepción lo es todo, ignorar su impacto es un error estratégico.

Zelenski ha comprendido esto a la perfección, por eso su vestimenta es ahora sinónimo de cercanía, resistencia y liderazgo en tiempos de crisis. Un poder, el de la imagen y la ropa, que todos podemos utilizar para intentar alcanzar nuestros objetivos. La pregunta es si somos conscientes de su poder y sabemos utilizarlo.

Jorge Sanchez es cofundador y director creativo general de la Agencia Kids

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