MADRID (EP). El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) ha constatado que la temporada de incendios forestales en el hemisferio norte ha comenzado más temprano que otros años, lo que ha provocado un aumento de las emisiones, y destaca el caso de España, que experimentó los niveles más altos de emisiones de los que se tiene constancia en un mes de marzo, al nivel de los derivados de los incendios forestales producidos en 2012.
En este sentido, desde el pasado 23 de marzo, los científicos del CAMS han registrado una significativa actividad de incendios en diferentes regiones españolas, principalmente en la Comunitat Valenciana como el de Villanueva de Viver (Castellón), así como en Asturias y Cantabria aunque estos fueron de menor magnitud.
Los científicos --que también destacan los casos de Canadá y Rusia-- han estado haciendo un seguimiento de la intensidad de los incendios forestales y sus emisiones a la atmósfera, datos que han dado a conocer en un informe que reúne las condiciones actuales, antes del inicio del verano boreal.
Los datos de Copernicus concluyen que el hecho de que se produzcan incendios de estas proporciones, en un momento tan temprano del año, no es habitual y ponen de relieve hasta qué punto se ha visto agravado el riesgo de incendios por las altas temperaturas y las condiciones de sequía que afectaron al continente europeo durante el invierno pasado.
Además, señalan que, a lo largo de marzo, abril y mayo, América Central registró incendios estacionales ligeramente superiores a la media, que provocaron el desplazamiento de algunos penachos de humo hacia Norteamérica y el Atlántico norte.
El informe detalla que, durante el pasado mes de mayo, se produjeron importantes incendios forestales en dos regiones distintas del hemisferio norte: Eurasia y el oeste de Canadá.
En el caso de los incendios en Eurasia afectaron a Kazajistán, Mongolia y algunas zonas fronterizas de Rusia, como Kurgán, Tiumén, Omsk y Novosibirsk. En algunas zonas de esta región los incendios fueron de alta intensidad, mayor que la media de 2003-2022, y sus emisiones totales estimadas para el mes fueron comparables a las de mayo de los últimos años.
Por otro lado, indican que los grandes incendios forestales en el oeste de Canadá han causado estragos durante todo mayo de 2023. Los datos diarios del CAMS sobre el total diario del poder radiativo del fuego (FRP) muestran desde principios de ese mes una importante actividad de incendios forestales en la Columbia Británica, Alberta, Saskatchewan y los Territorios del Noroeste, con un aumento de la actividad más al este, en Ontario y Nueva Escocia, a finales de mes.
Además, el CAMS ha rastreado importantes emisiones procedentes de estos incendios forestales, con un desplazamiento de largo radio persistente a través de Norteamérica y el océano Atlántico, que llega hasta Escandinavia y el océano Ártico.
Asimismo, Canadá ha tenido uno de los niveles más altos de emisiones registradas en el mes de mayo y se han batido los récords totales en la Columbia Británica, Saskatchewan, los Territorios del Noroeste y Nueva Escocia.
En este punto, precisan que la situación en Saskatchewan ha sido especialmente extrema para el mes, dado que el anterior récord de emisiones para esta región solo en un mes de mayo era de dos megatoneladas, mientras que en mayo de 2023 se superaron las 23 megatoneladas.
"A medida que el verano se aproxima al hemisferio norte, se espera que se exacerben las variables relacionadas con el aumento del riesgo de incendios forestales, como las altas temperaturas y las condiciones especialmente más secas. El seguimiento de estas variables, y de la evolución de los incendios forestales, es crucial para comprender las causas subyacentes y el impacto en la atmósfera, a fin de tomar las medidas pertinentes", explica el científico sénior del CAMS, Mark Parrington.
El CAMS --que se implementa a través del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM) en representación de la Comisión Europea-- monitoriza los incendios forestales y sus emisiones a lo largo del año, aportando datos sobre este tema a través de su Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS).
Este sistema se basa en las observaciones por satélite de los incendios activos y del poder radiativo del fuego (FRP), una medida de la intensidad para estimar las emisiones de contaminantes presentes en el humo, para estimar las emisiones de carbono y de una amplia gama de contaminantes atmosféricos que constituyen el humo, y proporciona un conjunto de datos de 20 años.