MURCIA. Enero terminó como el mes más cruento para la Región de Murcia en su larga lucha contra la pandemia. El virus llegó un 8 de marzo a tierras murcianas, más tarde que en el resto del país, pero nunca había causado tantos estragos como ahora: hasta 344 personas han perdido la vida desde el 1 de enero hasta el pasado día 31, según los datos de la Consejería de Salud.
Esta cifra mensual, la más alta de la pandemia, supone más del doble de la registrada en la primera ola, cuando la Región registró 151 defunciones entre marzo y julio. La llamada segunda ola, que se originó en agosto pero tuvo su pico de contagios a finales de octubre, dejó en noviembre su dato mensual más trágico, con 271 víctimas mortales.
La espiral de contagios que se desató en las fiestas navideñas provocó un giro brusco de la curva y de depararon terribles consecuencias. Especialmente dura ha sido la última semana de enero, con 158 fallecimientos registrados. Por el camino se han batido tristes récord de muertes diarias, como este sábado, cuando se contabilizaron hasta 30 fallecidos en solamente 24 horas.
Sin duda, ha sido la peor semana, pues dejó jornadas negras: el viernes y el domingo se saldaron con 24 muertes; el lunes y la del miércoles depararon 22 fallecimientos diarios. El jueves se contabilizaron 22 decesos y el martes hubo 19. La Región rebasó la barrera de las mil víctimas mortales y el contador alcanza ya los 1.095. "Son cifras inasumibles", admitía el portavoz del Comité de Seguimiento, Jaime Pérez.
La mayoría de los finados son personas mayores, pero también se han dado casos de gente joven. La letalidad del virus no entiende de edades. En enero, una joven de 30 años con patologías previas perdía la vida, según informó el Gobierno regional. El coronavirus también segó la vida de una persona de 39 años. Desde la Consejería de Salud remarcan que no quieren que nadie se confíe: "El virus ataca y mata a gente joven", señalan a Murcia Plaza. Y recuerdan que la población joven no está a salvo: "Ha habido ya casos de fallecimientos de edades tempranas sin enfermedades de base", advierten.
Si en la segunda los positivos crecieron paulatinamente, en esta la curva giró bruscamente y creció casi en vertical. ¿Qué consecuencias tiene el aumento de los positivos? La secuencia macabra del virus: más nuevos casos, más ingresos en los hospitales; más ingresos, más pacientes en UCI; y más pacientes en UCI, más muertes.