MURCIA. La histórica Villa de Vistabella en Librilla, una casa señorial de principios de siglo XX que forma parte del patrimonio arquitectónico del municipio, busca dueño. Y es que la singular construcción, que en su momento fue exponente del esplendor de la arquitectura destinada a la burguesía terrateniente y la aristocracia de la época, se encuentra a la venta en el portal Fotocasa, donde se especifica que una de las actividades potenciales más evidentes para invertir en la finca en venta sería su conversión en alojamiento turístico.
Y es que esta edificación señorial, cargada de historia y cuya fachada está protegida, cuenta con numerosos atractivos para "encajar a la perfección con cualquier singular proyecto turístico, tanto si se enfoca hacia el alojamiento rural como para la organización de eventos (ambas opciones son, en cualquier caso, compatibles)", señalan en la información sobre esta vivienda, cuya edificación está inspirada en las antiguas villas romanas.
La vivienda dispone de 655 metros cuadrados construidos aproximadamente y unos amplios jardines de 8.339 metros cuadrados, en los que se incluyen piscina, cuadras, cocheras, estanques y zonas de arbolado. El edificio principal está distribuido en cinco bloques, en los extremos adelantados, y una torre mirador (de forma cuadrada con alzados simétricos) marcando la línea vertical en el centro de la edificación, con techumbres a cuatro aguas. Dispone de un gran patio interior en su centro desde donde se reparten las estancias tanto principales, como de servicio a la hacienda.
Se trata, añaden, de una edificación de estilo eclético-clasicista combinado con el modernista, en cuyo interior destacan los suelos de cerámica hidráulica decorados al estilo de los mosaicos romanos; las vidrieras de sus amplios ventanales; el hierro colado y el acero de la escalera, los soportes y, sobre todo, de los radiadores y la cocina (la escalinata y cocina de acero son obra de la fundición E. Orbegozo de Zumárraga de principio del siglo XX).
Señalan, igualmente, que el amplio patio y sus zonas ajardinadas permiten la celebración de grandes acontecimientos y eventos al aire libre. Asimismo, la variedad de sus dependencias y estancias es idónea para celebrar reuniones de negocios o encuentros académicos con todas las comodidades. "La puesta en marcha de un singular proyecto turístico aprovechará también la situación de las instalaciones, así como su acceso a carreteras y autovías", aseguran desde el portal inmobiliario.
La Villa de Vistabella ha sido objeto de estudio por parte del cronista oficial de Librilla Fernando José Barquero Caballero, quien destaca en su estudio que en su orígenes la finca, una de las más productivas del municipio en el cultivo de cereales, formó parte de las posesiones del Marqués de los Vélez. Ya en la segunda mitad del siglo XIX perteneció a Rafael Lorente López; construyendo la mansión, ahora en venta, su descendiente María María Lorente Lapazarán entorno a 1912. Como curiosidad, en la Guerra Civil los dueños fueron expulsados de la finca, devolviéndoles las llaves tras la contienda. Otra de sus dueñas, de la misma familia, fue Natividad Sanz, que aunque residente en Madrid, relata el cronista que amó mucho Librilla, a donde iba todos los veranos y donde era conocida como "la niña de los millones" (por ser de familia adinerada). Señala Fernando José Barquero que el último propietario fue Rafael Hurtado Sanz, quien finalmente vendió la finca a la familia Garrigós.
Apunta también el cronista que durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX tuvo lugar un nuevo periodo de esplendor de la historia de esta tipología arquitectónica en Murcia con la construcción de numerosas villas para la aristocracia y burguesía terrateniente, como ocurrió también en Librilla. En estas residencias se incorporaba, además, "jardines pintorescos, con paseos adornados por arbustos, bancos, estanques y fuentes que ponían la nota de frescor y de aire puro en los estíos áridos del levante". Al conjunto, se sumaban otras construcciones ligadas a la vida y la actividad agrícolas, como cuadras, establos, graneros y almacenes de aperos.
Destaca Rafael Lorente López que esta villa de Librilla es una "construcción sencilla y con gran serenidad en su composición", que sigue "los cánones de la gente adinerada de principio del siglo XX: vivienda a las afueras de la población y buscando la tranquilidad de la naturaleza.