EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

Ucrania y nuestros ahorros

10/03/2022 - 

MURCIA. "Incluso cien metros atrás no se entiende lo que es estar en primera línea de batalla. ¿Cómo gente que incluso ha evitado el servicio militar envía a jóvenes a morir en la guerra, como si fuera la respuesta para todo?" With the Old Breed: At Peleliu and Okinawa. Eugene Sledge, veterano de la Segunda Guerra Mundial.

Es imposible que comprendamos el horror de la guerra, ciudadanos de una generación en paz en un país privilegiado y rico, minoría en el planeta. Por eso vamos a centrarnos en entender qué ocurre a nivel geopolítico, como nos afecta y como protegernos (incluso aprovecharlo) como inversores.

La idea de Mao Zedong de que la política es guerra sin derramamiento de sangre (y viceversa) es importante. Y que la política es una herramienta del poder económico es bastante claro. Así que tengamos esa idea como primera referencia: hay un interés económico claro por el que pelean dos partes, EEUU (liderando la OTAN) y Rusia. Pero ¿por qué Ucrania?

La Gran Llanura Europea empieza en el norte de Francia y llega hasta el corazón de Rusia, en los Urales, sin encontrar barreras naturales. Esta facilidad de comercio y transporte también es causante de choques constantes entre dos formas de ver el mundo que son opuestas y no tienen nada que las separe: la oriental y la occidental. Una frontera arbitraria no va a evitarlo.


Ucrania es el centro de ese sándwich, conectada con Europa, con el Mar Negro y lleno de recursos naturales. Por eso, es lógico que Europa (la OTAN, o sea, EE UU) por un lado y a Rusia por otro hayan estado disputándose un territorio ya dividido étnicamente, históricamente y lingüísticamente. Por eso la división en la bandera de Ucrania no sólo nos ha de recordar al trigo y al cielo, también a su propia división interna: es un país con fronteras arbitrarias, condenado a la violencia y con dos potencias disputándoselo.

A punto estuvo de entrar en la órbita Europea con el corrupto Yanukóvich, que terminó renunciando al acuerdo, huyendo en helicóptero y dejando las calles en armas (el Euromaidán). Putin aprovechó el ambiente de transición para impulsar un referéndum y que le dio el control de Crimea, abiertamente prorrusa, y con ella el puerto de Sebastopol en el Mar Negro.

Bombardeando sin descanso

Igualmente prorrusa es la región del Donbás, la más oriental, por eso desde 2014 Ucrania la ha estado bombardeando sin descanso para aplastar los movimientos independentistas que no reconocían el gobierno del país. El poco éxito de los más de 13.000 muertos y 10.000 desaparecidos que llevan se ve en la autoproclamada independencia de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Rusia, pero no por la ONU, y que tan pocos titulares nos han enseñado a este lado del telón (que ya no es de acero, pero existe igualmente).

La Rusia de Putin intentó entrar en la OTAN en el año 2000, sin éxito. La OTAN, sin embargo, no dejó de incorporar países a su club, acercándose cada vez más a Rusia. EE UU era plenamente consciente de la provocación que suponía, pero también de la ventaja geopolítica que adquiría. Ambas potencias no dejan de cortar lonchas al salami, muy difíciles de reintegrar. Por desgracia, seres humanos como nosotros mueren en ambos bandos para que los líderes puedan ejecutar sus planes.

Esto es inimaginable como personas, como padres, como hijos, y nos recuerda que vivimos en una paz muy frágil. Pero si queremos vivir con los ojos abiertos, hemos de aceptar que EE UU utiliza a la OTAN (y a Europa) para asentar sus ambiciones imperialistas, y que Rusia y China utilizan a los países de su órbita para el mismo propósito. Como país somos una pieza del tablero, y como personas somos un recurso.

¿Cómo nos afecta como inversores?

Venimos de un contexto de inflación amenazante, y la guerra ha conseguido que se nos vaya completamente de las manos. Las inyecciones masivas de dinero han disparado los precios a niveles de hace 30 años, y esto ha sido antes de la guerra.

La guerra nos sitúa en territorio desconocido: los salarios no van a poder seguir el ritmo de alzas, dejando a muchos atrás. Tampoco lo harán los alquileres, difíciles de actualizar, así que la clase media se ahuecará en favor de una mayor clase de ciudadanos que vive al mes, y eso con suerte.

La inflación beneficia a los tenedores de activos reales (como el inmobiliario o las infraestructuras), así como a los endeudados. Esta es la verdadera razón de la política tan agresiva de las autoridades monetarias: erosionar el tremendo endeudamiento de las economías desarrolladas para competir mejor con China, y hacerlo a cualquier coste. Dicho de otra forma, es más fácil inflacionar al 5% que crecer al 5%.

¿Qué podemos hacer?

Para protegernos, hay que entender que estamos delante de dos situaciones:

La primera situación es la guerra: situación coyuntural pero imprevisible. Creemos que de corta duración, ya que los recursos de Rusia son muy limitados y la OTAN sabe que tiene perdidas las zonas de Ucrania que ya eran prorrusas y están ocupadas.

Una vez estabilizada la situación, los precios volverán a reflejar la realidad poco a poco. Todos los implicados en esta situación tienen motivaciones económicas por encima de cualquier otra, así que los precios volverán a reflejar la realidad.

Las oportunidades derivadas de la guerra son capaces de hacer y deshacer fortunas. Tenemos compañías sistémicas como Gazprom que han caído más de un 80%, y recordemos que Europa sigue comprando el gas a Rusia (le compra el 40%). No hablamos de empresas que van y vienen: hablamos del brazo empresarial del gobierno ruso. Aun así, existen ETFs como RSX que permiten participar de la evolución de los mercados rusos mientras se diversifica, sin tener que fiar nuestro resultado a una sola compañía (aunque sea Gazprom). Este tipo de oportunidades alteran todas las dinámicas de precios, pero requieren mano firme.

La segunda situación se refiere a la economía global: mucho más previsible. El ritmo de subidas de tipos posiblemente frene, como el crecimiento económico, y Europa acabará llevándose la peor parte. Las oportunidades que nos ofrece la economía global son para todos los públicos, y tienen que ver con un nuevo escenario de menor crecimiento e inflación fuera de control:

  • La renta fija: Posiblemente se enfríen las ansias de subidas de tipos, y no por la inflación sino por no dañar más al crecimiento. Esto generará oportunidades bastante conservadoras en varios tipos de RF, desde investment grade a high yield (que aún paga un 4%).
  • El oro: Es nuestra principal apuesta para navegar con facilidad una inflación al alza, tanto comprando el activo directo como invirtiendo en mineras de oro (a precios de ganga, mientras hablamos).
  • Inversión sectorial: No le vemos un fin al atractivo de la tecnología, que se ha convertido en una utility, como tampoco al consumo básico. Por ahora son apuestas bastante sencillas y prudentes, que encajan con nuestra metodología de adaptación y no predicción.
  • La normalización de los precios de la energía: Permanecemos invertidos en Latinoamérica como forma de beneficiarnos de unos precios de la energía disparados. Pero no creemos que la fiesta vaya a mantenerse mucho más (barril de petróleo a 100$), y la normalización será la apuesta más segura.

Un mundo menos globalizado, China y EE UU como ganadores, Europa siempre detrás. Inflación que no desciende aumentando la grieta social. Activos reales como mejor refugio, materias primas y renta fija para sortear un entorno poco claro. Metodología por encima de todo. Y oportunidades singulares en Rusia para los que acepten riesgos calculados. Esta es nuestra apuesta tras el conflicto.

Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office

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