MURCIA. El servicio de vigilancia de la Isla Grosa interpuso en julio 13 denuncias en la ZCP del espacio natural protegido: seis por navegación en zonas prohibidas, cinco por pesca ilegal y dos por fondeos, según ha informado este lunes el consejero de Medio Ambiente, Antonio Luengo, durante su visita a la isla para conocer sobre el terreno el funcionamiento del servicio de vigilancia.
Este servicio ha sido contratado para la protección y el cuidado del espacio natural protegido de Isla Grosa y el Farallón, en funcionamiento entre el 1 de julio y el 15 de septiembre, en el que el Gobierno regional ha invertido algo más de 35.000 euros.
Luengo destacó que "el Plan de Gestión Integral de los Espacios Protegidos del Mar Menor y la Franja Litoral Mediterránea establece una serie de normas o limitaciones a ciertos usos o actividades, que todos debemos respetar, para conservar la biodiversidad de estos espacios, muy frágiles y vulnerables, y que se encuentran amenazados por la intervención humana, debiendo todos cumplir con los usos y regulaciones establecidos en el Plan de Gestión, para lo que se hace necesario contar con un sistema de vigilancia que garantice la conservación y gestión sostenible de este espacio natural".
El objetivo de estos agentes auxiliares es "salvaguardar los importantes valores naturales y culturales de un espacio único y exclusivo del litoral murciano, que en época estival sufre una mayor presión turística, para lo cual se precisa un determinado perfil profesional", explicó.
El servicio está formado por una persona con la titulación de guardapescas marítimo, un patrón profesional y una persona que realiza labores de marinero auxiliar al patrón. Para ello, cuentan con una embarcación destinada a las labores de vigilancia y todo el material auxiliar necesario para la adecuada realización del servicio (cámaras de video/foto, prismáticos, telescopio, gps, actas, etc).
Luengo se interesó durante su visita por las labores de investigación que se están desarrollando actualmente en este paisaje protegido, como estudios sobre la biocenosis marina e ictiofauna (peces), sobre la nacra común (Pinna nobilis) catalogada en situación crítica, y sobre la avifauna (aves), así como por las labores de gestión del espacio, y señaló que “el uso público, entendido como el conjunto de actividades recreativas, sociales, educativas o culturales de este entorno, no está reñido con las labores de conservación si se realiza de una forma ordenada y sostenible, siendo garante de su preservación”.
El Plan de Gestión Integral de los Espacios Protegidos del Mar Menor y la Franja Litoral Mediterránea de la Región de Murcia establece un conjunto de normas o limitaciones establecidas en función de los objetivos de conservación. En concreto, marca una Zona de Conservación Prioritaria (ZCP) que se corresponde con los 300 metros de la franja sumergida alrededor de ambas islas, y una Zona de reserva Faunística (ZRF) que son las partes emergidas o de tierra.
En cuanto a la navegación, está permitida en el período del 1 de septiembre al 31 de diciembre y la velocidad de navegación debe ser inferior a 5 nudos. No está permitida la pesca profesional desde tierra, ni la pesca submarina, pero se permite esta actividad desde embarcaciones amarradas a las boyas de recreo.
Por otro lado, el fondeo no está permitido, salvo el amarre a boyas de fondeo instaladas y fuera de la Zona de Conservación Prioritaria (a más de 300 metros de las islas).
Por su parte, el buceo autónomo de recreo está permitido previa autorización de la Consejería, mientras que se prohíbe la alimentación a especies silvestres o el uso de cualquier sustancia atrayente. El desembarco en tierra está prohibido durante todo el año, salvo actividades autorizadas.