MURCIA. Si compra dorada, lubina o corvina próximamente en alguna pescadería o en alguno de los supermercados regionales hay muchas posibilidades de que el animal no solo no haya sido criado en España, sino que es más fácil que el pescado provenga de países como Grecia o Turquía. La razón a este cambio de origen se debe a un temporal que, pandemia mediante, hace tiempo que nos dejó: 'Gloria', que asoló la costa mediterránea en enero de 2020, incluyendo las instalaciones de acuicultura que la jalonan. Los daños materiales de la borrasca no solo provocaron pérdidas de ejemplares adultos que crecían en ese momento, al arrancar algunas jaulas, sino que impidieron sembrar nuevos alevines para el siguiente ciclo, que son los que se van a pescar a partir de julio, un año y medio después.
Aunque los daños y la merma de producción varían en función de la instalación, la asociación nacional de acuicultura, Apromar, calcula que la caída de la producción rondará el 30% en total en dorada donde la Comunidad Valenciana es líder con la mitad del total nacional, y por encima del 20% en total en lubina, donde la Región lidera el ránking. Una carencia que habrá que cubrir aumentando las compras a Grecia, líder europeo en la cría de pescado en cautividad, y probablemente también a Turquía. El primero apenas ha visto reducirse su producción, y el segundo la ha mantenido.
Los consumidores apenas notarán diferencia en el precio, ya que "especialmente el pescado de Turquía es incluso un poco más barato que el español" una vez aplicado el incremento de costes por el transporte. "Otra cosa es la calidad; si el consumidor puede elegir, lo recomendable sería optar por pescado griego si no hay español", indican fuentes del sector. Parte de la diferencia de precio reside en la calidad del producto, las condiciones de cría y su alimentación, al margen de que las exigencias sanitarias de la UE son mucho más estrictas que las turcas.
“Con el temporal Gloria sufrieron daños importantes todas las piscifactorías del Levante. El problema de estos daños es que los ciclos de producción sobre de aproximadamente 20 meses, por lo que, si sufres daños de este tipo durante el proceso, no puedes modificarlo”, señalan desde Asociación de Empresas de Acuicultura de la Región de Murcia (FARM). “Digamos que tú siembras en marzo de 2020 y recoges en 2022. En este proceso se corren muchos riesgos”, añaden. ¿Y qué se puede hacer si suceden hechos tan inesperados como un temporal? “Aguantar como se pueda”, responden. “Ya en 2019, un tornado se cargó la producción de atún”, explican para ilustrar que no es la primera vez. “Para esto, es bueno estudiar series temporales de las características ambientales de la zona en la que quieres instalar la piscifactoría en cuestión, pero si viene un temporal, un tornado o algo así no puedes controlarlo”, señalan. Un año y medio después, el temporal Gloria se ceba con la lubina regional.