MURCIA. Llega el buen tiempo y con él, las tapas al sol disfrutando en la terraza de una buena cerveza. Y qué mejor para comer bien que estos cinco bares más típicos de la Región en los que podemos encontrar todo tipo de comida murciana desde zarangollo, michirones y callos hasta marineras elaboradas sobre corteza de cerdo.
Este bar se fundó en 1935 por el abuelo de José Pérez Peñalver, el actual propietario. Su abuelo trabajaba en una bodega y decidió montar un local donde se sirvieran estos vinos junto a una tapa.
José, tras el fallecimiento de su abuelo, quiso seguir con la tradición familiar y aún sirve esas tapas, aunque también tiene entrantes como calamares a la romana, hueva de mújol, bonito con tomate y platos más elaborados como magra con tomate, michirones o zarangollo, entre otros.
Sin embargo, lo que más destaca de este bar son los 'blayers' que consisten en panecillos que puede estar rellenos de todo tipo de ingredientes como sobrasada, morcón, morcilla, atún y mayonesa, queso y anchoa, lomo ibérico, salchichón ibérico o chorizo ibérico.
Pepe y Santiago Navarro son dos hermanos que decidieron montar un negocio en 1978 con las recetas más tradicionales de la Región. Cuando Pepe se jubiló a los 96 años, su hija Mariajo tomó el control del negocio continuando con las mismas recetas de su padre.
Este bar es un lugar acogedor en el que se respira un ambiente agradable donde podemos encontrar una gran calidad en sus platos murcianos. Algunos de ellos como marineras, michirones, zarangollo, salchicha seca y montaditos de cualquier variedad.
Sus clientes más fieles llevan acudiendo toda la vida, e incluso sus hijos y nietos se acercan para disfrutar del revuelto de setas y las verduras a la plancha, los platos estrella de Los Toneles.
Es tan típico este local que hasta Mikel Erentxun, el cantante vasco, lo visitó y gozó de sus platos murcianos.
Disponen de menú del día de lunes a viernes y comidas para llevar.
Además, Mariajo, junto con sus hermanas Laura y Fuensanta, llevan el local de 'al lado' llamado 'Por Herencia' fundado en 2011, en el que trabajan varios familiares terceras generaciones como el sobrino de Mariajo.
Todo empezó cuando se abrió por primera vez en 1926 como 'La sucursal de la cosechera'. Era de un bodeguero que trabajaba con el bisabuelo de las hermanas Victoria y Carmen Bastida. Éste se convirtió en el dueño del local y tras él, sus dos hijos, uno de ellos el padre de las hermanas.
Más tarde, el negocio cambió al nombre 'Los Zagales' porque "al ser tan jóvenes la gente cuando iba decía 'vamos al bar de los zagales' y se quedó con ese nombre", comenta para Murcia Plaza, Victoria, actual dueña de la empresa.
Lo sorprendente es que el local lleva funcionando cuatro generaciones, ya que cuando estos dos 'zagales' alcanzaron la tercera edad, el negocio llegó a las manos del padre de Victoria y Carmen que siguió manteniendo el bar con las comidas tradicionales hasta que se jubiló y cedió el testigo a ellas.
En este establecimiento podemos encontrar fotos de sus familiares de hace años que se siguen conservando. En cuanto a la comida destacan sus típicos 'zagalicos' que son panecillos similares a los montaditos pero en miniatura. También, encontramos sus famosas tapas como empanadillas fritas o las gabardinas, bacaladilla rebozada que se toman junto a un chato de vino.
La mayoría de clientes suelen pedirse esta combinación de tapa y vino, uno de ellos se llamaba Paco Zapata. Paco no fallaba ningún día, se sentaba en la silla que hay al final de la barra del bar y se pedía por la mañana un chato de vino con bocadillo de tortilla de patatas y pimiento, y por la noche un chato con patata asada. Lamentablemente, Paco falleció hace unos años y en su honor decidieron hacer un bocadillo con su apellido Zapata.
Tienen menú del día y comidas para llevar donde la gente suele pedir bocadillos para recoger.
Este negocio, que cuenta ya con 29 años de historia, empezó siendo una pequeña taberna andaluza. José María Rubiales, actual propietario, nos explica que su padre Pepe, malagueño de sangre, decidió crear un local para que los murcianos pudieran disfrutar de un ambiente andaluz en pleno centro de Murcia.
Además, Pepe estuvo durante treinta años por la ciudad de Barcelona donde probó el 'pan tumaca' (pan con tomate y aceite, de origen murciano) numerosas veces. Por ello, todos los bocadillos contienen tomate y aceite que les da un toque único y particular.
Dos de los bocadillos estrella que más se pide la gente es el parlamentario, como el nombre del bar, que lleva tocino de jabugo, jamón y chorizo con un punto picante, y el tránsfuga que contiene caballa del sur, queso fresco y pimiento piquillo.
Las personas, sobre todo, de otros países acuden al lugar por su exquisito jamón ibérico de bellota junto a un mítico vino andaluz mientras escuchan de fondo copla andaluza.
De la pequeña taberna andaluza fundada por Pepe, El Parlamento Andaluz se ha extendido por cuatro sitios más ubicados en el Teatro Romea, en la Plaza de Las Flores, en Cartagena y en La Manga.
Uno de los locales que ha querido experimentar con la comida tradicional murciana se encuentra en la Plaza de las flores y se llama El Huésped Bar. Se creó hace unos años, concretamente en 2019, por Juan Antonio y Javier que trabajaban en otro bar muy cerca y decidieron unirse para fundar este interesante negocio.
Este local se diferencia del resto porque, a pesar de que se inició hace muy poco, tiene las recetas más típicas de la Región con un toque moderno e innovador. Algunos de los ejemplos son las marineras sobre cortezas de cerdo y todo tipo de tortillas de patatas mezcladas con trufa, morcilla o queso de cabra, entre otras. "El plato estrella sin duda es la tortilla de patatas con trufa", comenta Carmen, trabajadora de la empresa desde hace diez años.
Además, tienen un plato bastante peculiar llamado fantasmas, muy típico de Calasparra, que se basa en una corteza de cerdo con mayonesa, pimiento y anchoa. Pero todas estas innovaciones no impiden que la empresa tenga platos comunes de la Región como la salchicha seca con almendras.
También cuenta varios clientes habituales que se acercan todos los días para charlar y tomar algo, dos de ellos son Alfonso y Joaquín que disfrutan de su cerveza en la barra exterior de El Huésped. El local suele llenarse cualquier día porque con el buen tiempo siempre apetece una cervecita al sol en la terraza.
Con una clientela fiel, un trato cercano a la gente y unas ganas de seguir fomentando la gastronomía murciana hace que los bares de toda la vida tengan mucho futuro por delante.