MURCIA (EFE).- El músico británico Sting entusiasmó a las 15.000 personas que abarrotaron la noche del miércoles la Plaza de Toros de Murcia en el inicio de una minigira española en la que hace repaso de su carrera en solitario y con The Police y cuyo repertorio concluye con el tema Fragile que dedica a Ucrania.
Comenzó el concierto con una versión entusiasta de Message in a bottle de The Police, a pesar de que no llegó a mencionar siquiera al grupo, y a lo largo de la noche irían cayendo Every little thing she does is magic, Walking on the moon, So Lonely, King of pain, Every breath you take y Roxanne, las cuales hicieron enfervorecer a los asistentes.
"Estoy encantado de estar aquí con vosotros", dijo en perfecto castellano al inicio del concierto, cuyo telonero fue su hijo Joe Sumner, que únicamente a la guitarra supo calentar el ambiente antes de que saliese su padre.
Apareció con su instrumento preferido, un Fender Precision, Bass de 1957, acompañado por cinco músicos, un par de cantantes y bailarines de respaldo para un Sting septuagenario increíblemente en forma y con una voz que no ha envejecido ni un milisegundo.
Una pantalla sobre el escenario mostraba vídeos y gráficos pertinente a las atmósferas de las canciones y así aparecían teclas de máquina de escribir, olas rompiéndose para Message o dados, fichas y cartas para Shape of My Heart.
Sting, que lucía camiseta naranja brillante, ha adaptado los temas de The Police a una presencia escénica más reposada y adaptada a un público cuya media de edad ronda los 50 años, veinte menos de los que él tiene.
El tema So Lonely del primer disco de The Police hizo recordar a los más entusiastas amantes del legendario grupo lo lejano que queda aquella música de finales de los 70 y lo actual que suena ahora, especialmente cuando Sting le añadió unos versos de No Woman No Cry de Bob Marley, que al unísono cantó casi todo el público.
Las nuevas canciones If it´s love y Rushing Water son piezas de rock adulto agradables, pero desconocidas por el público.
Ese último disco lo escribió durante el covid, una epidemia que ha retrasado esta gira europea, tras la que hará una larga estancia en Las Vegas, para la que ha ensayado concienzudamente una veintena de canciones, desgranando su tesoro de temas bailables que le hicieron famoso en las últimas cuatro décadas.
La leyenda del rock parece estar en excelente forma física acompañado de su inseparable guitarrista Dominique Miller, que viene junto a su hijo Rufus Miller como segundo guitarra.
Desde sus días de falso punk con The Police ha sabido tocar todos los palos como así demostró esta noche en el coso murciano, desde el reggae, al jazz, pasando incluso por el country o el pop más comercial.
El tema del bis Roxanne ha sido el que más ha hecho vibrar a un público que incluso en las gradas se puso de pie para bailar y repetir las voces más pegadizas de los coros.
Este jueves Sting actuará en Cádiz, el viernes en Vigo y el lunes en cap Roig (Gerona), donde finaliza esta minigira española.
Como curiosidad, en diciembre de 1985 el concierto del mejor Sting en Madrid costó 2.000 pesetas (12 euros), en esta minigira se han llegado a pagar 800 euros por una entrada, no bajando de cien la más barata.