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EL GATO EN LA TALEGA / OPINIÓN

Siete de octubre de 2021: #SOSMarMenor

5/10/2021 - 

MURCIA. En uno de mis paseos nocturnos por la orilla del Mar Menor, absorta en la belleza de los reflejos sobre el agua, alcé la mirada sabiendo lo que encontraría. En ese momento fui consciente de algo considerado como normal por los marmenorenses en cualquier estación del año: las luces parpadeantes en el horizonte de la ribera vecina. Son como luciérnagas que nos traen calidez e identidad en una imagen que adelanta nuestro imborrable recuerdo. La conciencia vuela entonces hacia familiares, amigos, comercios, restaurantes, cines, hogares o momentos impresos con tinta indeleble al tiempo, que brillan en ellas trazando una elipse, formando conglomerados, mostrándose algunas aisladas, siendo frías o cálidas. Luces que reconozco y me envuelven como guirnaldas de intimidad y alegría, generando esa protección cálida que solo un Mar como este es capaz de dar.

El brazo de tierra que lo cerró y las pequeñas golas que lo comunican, con permiso de los canales artificiales, le dan su singularidad y razón de ser para hacer posible ese paisaje único que, al ser tan cotidiano, se nos escapa como tesoro. Desde esa intimidad a esta realidad, la sociedad se manifiesta por él, pero también por ella misma.

"la memoria que nos acompaña a cada paso porta los momentos compartidos con un mar de vida, que son un abismo con su realidad de hoy"

En la convocatoria pacífica de día siete de octubre se unen diversas voces con un solo objetivo. ¿Acaso podemos hacer otra cosa ante el espectáculo de inacción de las administraciones competentes? ¿Pretenden que nos quedemos en silencio mientras muere a nuestros pies ese mar que nos vincula? Afortunadamente, somos una sociedad democrática con derecho a expresarnos y ser escuchados. Por eso volvemos a las calles, como la sociedad responsable que marcó un hito en este país: el de unir al mayor número de personas en la defensa del medio natural en el trágico octubre de 2019. ¿Quién nos iba a decir que deberíamos ejercer de nuevo nuestro derecho de expresión ante el desastre?

Soy de las que cree que manifestar algo, con respeto y coherencia, nos brinda la oportunidad de poner las cosas en su sitio y solucionarlas. Por ello, la manifestación del siete de octubre del 2021 es a todas luces un modo de cambiar el enfoque con el que se mira la agonía del Mar Menor, enfoque que es distinto desde el prisma de la sociedad y desde el político o el económico. Es posible que los poderes públicos, los sectores económicos, movidos por una inercia gigantesca de egos y mercados, sientan temor al cambio. Tanto, que no ven las posibilidades de hacer historia y ser un referente que tienen delante. Tanto, que no dejan entrar en su corazón las luciérnagas de la orilla vecina. ¿Por qué piensan que no pueden? ¿por qué tropezar con la piedra por no retirarla e incluso la apuntalan? Una crisis sistémica como la que vivimos provocada por nuestra insaciable entropía solo puede resolverse desde la evolución, implicando una transformación valiente de lo que no funciona.

Necesitamos vencer el miedo a tomar decisiones valientes y diferentes de las que ya se han mostrado ineficaces. Ante al cambio climático y la escasez de recursos que se avecina. Ante la guerra del agua que provocará migraciones en el escenario de un crecimiento demográfico paralelo al agotamiento de los recursos por malas prácticas. Es absurdo pensar que las cosas van a seguir igual, la transformación colectiva es requisito imprescindible de la evolución. La naturaleza, una vez casi arrasada, impondrá sus límites: no frenamos un volcán porque ella está por encima de nosotros mismos.

Esta manifestación no debería ser una reacción, sino una respuesta porque queremos ser cocreadores de nuestra realidad, porque hemos asumido nuestra responsabilidad como sociedad y ya es en seis años, la tercera manifestación que se convoca por el Mar Menor agonizante. En todas ellas, la memoria que nos acompaña a cada paso porta los momentos compartidos con un mar de vida, que son un abismo con su realidad de hoy. Asumir nuestra responsabilidad como sociedad activa y abandonar definitivamente el victimismo instalado en las esferas de poder que se resisten al cambio, atemorizadas y atrapadas en un modelo de desarrollo que no abraza la evolución ni asume las consecuencias de sus actos, es un gran paso como ciudadanía. Me uno una vez más y llamo a una manifestación pacífica, profundamente lúcida, que deje de lado la ira, la politización o los intereses económicos. Que sea un referente y tenga un único objetivo: proteger el Mar Menor.

La brisa de otoño me hace volver al presente, y mientras miro el reflejo de luces y recuerdos, siento cómo sobre ti se escriben en ondas de plata, las palabras de Sartre adaptadas a tu historia: Mi libertad termina allí donde comienza la tuya. Si no hubiese un mañana, te bendigo, Mar Menor, por todo lo que nos has dado.

#yovoymarmenor7octubre

#SOSMarMenor

#MarMenor7Octubre

Celia Martínez Mora

Investigadora

 

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