VALENCIA. 'La CNMV apremia a las 1.803 sicavs que quieren disolverse que lo hagan cuanto antes'. Así titulaba este diario el pasado 4 de octubre ante la presión del organismo supervisor, pese a que el régimen transitorio para realizar los actos necesarios para liquidarlas concluye el próximo 30 de junio de 2023. Cierto es que tienen de plazo hasta el 31 de diciembre del año en curso para acordar su disolución en junta.
Conviene recordar que el pasado 1 de enero entró en vigor un cambio legal que afecta a la manera en que tributan estas sociedades de inversión de capital variable. En concreto, esta modificación establece un régimen transitorio durante 2022 por el que se puede acordar la disolución y liquidación de estas sociedades sin costes fiscales y diferir la tributación de las ganancias derivadas de la liquidación; pero eso sí, siempre que los accionistas reinviertan la totalidad de su cuota de liquidación en otras instituciones de inversión colectiva (IICs) españolas.
Mientras tanto se intensifica el reguero de cierres/transformaciones/liquidaciones, tal y como lo recoge el último informe de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) correspondiente a los nueve primeros meses del año. Concretamente han sido 636 sicavs las que han pasado a mejor vida (27,57%), descendiendo hasta las 1.671 frente a las 2.307 del último día de 2021. Hablamos ya de números que no se veían desde hace 22 años... y lo que queda por venir.
Lógicamente a menor número menor patrimonio, pero a esto hay que sumarle el llamado 'efecto mercado'. O lo que es lo mismo: el mal tono en lo que va de ejercicio, tanto en renta variable como en renta fija. Sumando ambos factores el patrimonio total de las sicavs se ha desplomado un 30,64% entre enero y septiembre, lo que equivale a 8.960 millones de euros para caer hasta los 20.287 millones. Se trata de la cifra más reducida desde diciembre de 2013, según lo ha constatado este diario de la base de datos pública de la CNMV.
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Números a la baja, todavía con más razón, en lo que accionistas se refiere -'mariachis' incluidos-, dado que se han esfumado 167.641, es decir, un 46,19%, desplomándose hasta los 195.268. En este sentido, no hay que olvidar que uno de los requisitos que endurecieron estos vehículos financieros -tan lícitos como cualquier otro de inversión colectiva- fue el de imponer una inversión mínima de 2.500 euros -o 12.500 euros en el caso de una sicav por compartimentos-. Todo ello para contabilizarlas dentro del mínimo de cien participantes necesario para tributar al 1% en el Impuesto sobre Sociedades.
Lo que sigue sin variar es la hegemonía del Banco Santander en el que hasta hace bien poco ha sido el principal 'caladero' de las bancas privadas. La entidad presidida por Ana Botín volvió a mandar en los tres epígrafes, tal y como ha venido siendo la tónica habitual en los últimos años, superando los números conjuntos de sus dos más inmediatos perseguidores. Así, el llamado 'banco rojo' copaba a 30 de septiembre pasado el 20,74% del patrimonio total con 4.207 millones de euros. El segundo puesto del cajón lo ocupaba Banca March (1.795 millones) y el tercero Bankinter (1.699 millones).
En lo que al número de estos vehículos financieros, que siguen cotizando -eso sí cada vez menos- como cualquier otra acción en el segmento correspondiente de BME Growth, el porcentaje alcanzaba el 20,88% con 349. Por detrás, y completando el cajón, se situaban Bankinter (187) y BBVA (130).
Por último, Banco Santander dominaba con más autoridad en el conjunto de accionistas, con el 32,67% del total o en números absolutos 63.795. A continuación se dejaban ver Bankinter (23.227) y Banca March (12.265).