MURCIA. Desde finales de mayo estamos asistiendo a un incremento notable de los casos de la covid, motivado por la aparición de las nuevas variantes de la cepa Ómicron, que muestran una capacidad de difusión cinco veces superior a las anteriores y tienen una mayor susceptibilidad por parte de la población más vulnerable.
Clínicamente se caracteriza por una sintomatología similar a una infección de vías respiratorias superiores, especialmente con dolor de garganta intenso, cierta afonía y notable cansancio, junto con fiebre de bajo grado. A diferencia de anteriores olas, tiene una duración más larga, entre 9-12 días y una menor gravedad (menores ingresos hospitalarios y mortalidad inferior).
Su pronóstico en los pacientes mayores o inmunodeprimidos va a estar relacionado fundamentalmente con la mayor o menor gravedad de su enfermedad de base y de su situación general previa. Por otra parte, el test de antígenos para su diagnóstico puede ser negativo en un pequeño porcentaje que teniendo clínica positiva el test repetido se mantiene negativo, pudiendo posiblemente estar asociado a la presencia de las modernas variantes sin incluir a la que falta de llegar de la India.
Finalmente cabe señalar que estas nuevas variantes de la era Ómicron, en un estudio grande en Alemania, han encontrado un mayor número de reinfecciones: 31, 8 por ciento frente al 25 por ciento en la era anterior de la cepa Delta, asociado posiblemente al mayor numero de mutantes en la actualidad.
Causas multisectoriales influyen en su presentación.
A.) Supresión de las medidas restrictivas: fundamentalmente la no utilización de mascarillas en interiores así como en aglomeraciones.
B.) El 50 por ciento de los españoles no tienen puesta la tercera dosis de refuerzo de la vacuna. Esto se traduce en una menor inmunoprotección frente a Coronavirus SAR- CoV, especialmente de las nuevas variantes de la cepa Ómicron.
C.) Presencia de diversas mutaciones del virus dentro de la nueva cepa Ómicron. Se describen cinco variantes: BA 2, BA 2-12, BA 3, BA 4 y BA 5. En España, según el último mes del estudio epidemiológico publicado por el Ministerio de Sanidad, existe un predominio de BA 5.
En mi opinión, en primer lugar, tenemos que recobrar la costumbre de utilizar la mascarilla en interiores, reuniones de grupos no convivientes, lugares al aire libre con mucha gente si no es posible mantener la distancia de seguridad y, por supuesto, lavado de manos frecuente con agua y jabón o uso de derivados hidroalcohólicos, que parecen haber desaparecido de muchos sitios.
En segundo lugar, hay que completar la dosis de refuerzo de las personas que no se han puesto la tercera dosis, ya que de esta forma su protección frente a las nuevas variantes se ve incrementada.
En tercer lugar, hay que utilizar dosis de vitamina D que logre una tasa superior a 30-50ug/L para de esta forma aumentar la inmunidad celular y disminuir el riesgo de infección por la covid de una forma general no específica. En todo el mundo, el 80 por ciento de la población tiene déficit de vitamina D. Considero que es el momento de mejorar nuestra capacidad defensiva frente a determinadas infecciones y así obtener una mayor calidad de vida.
Joaquín Gómez Gómez
Catedrático emérito de Infecciosas del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia
Exjefe del Servicio de Medicina Interna-Infecciosas del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca