MURCIA. Las reacciones alérgicas graves por picaduras de avispas y abejas han aumentado alrededor de un 20% en los últimos diez años. La mayoría de estos casos se producen en verano, cuando estos insectos están más activos y se realizan más actividades al aire libre.
De cara a la época estival, los alergólogos recomiendan extremar la precaución cuando se está al aire libre y evitar, en la medida de lo posible, comer en el campo ya que, advierten, los insectos acuden a los alimentos.
Además, en las salidas al campo se debe usar ropa que cubra la piel, preferiblemente con manga y pantalones largos y calcetines, y evitar los colores oscuros y brillantes. Estos atraen a los mosquitos, así como los perfumes muy fuertes.
Los especialistas en alergias consideran conveniente no acercarse a panales de abejas ni a nidos de avispas y, si uno de estos insectos se posa sobre alguna parte del cuerpo, no intentar matarlo ni espantarlo y permanecer quieto o hacer solo movimientos lentos hasta que se aleje.
Desde la Consejería de Salud se aconseja observar la picadura: una reacción local de hasta 10 centímetros con dolor o molestias se puede considerar normal o no excesivamente preocupante, pero si la reacción es mayor de este tamaño o presenta síntomas tipo urticaria generalizada, mareo, náuseas, vómitos, sensación de asfixia o hipotensión, hay que consultar con un alergólogo, ya que son síntomas que se consideran de gravedad.
En caso de picadura de cualquier insecto, la primera medida es lavar abundantemente la zona con agua. En caso de picaduras concretas como la de abeja suelen dejar el aguijón, de modo que es necesario retirarlo cuidadosamente sin romperlo. Tras lavar con agua se puede aplicar frío en la zona durante unos minutos para aliviar el dolor y la inflamación.
En caso de reacciones locales, se aconseja aplicar alguna crema o líquido a base de amoniaco para disminuir las reacciones. También se puede optar por tomar un antihistamínico, siempre bajo prescripción médica.
Alrededor de 100 personas siguen tratamiento con inmunoterapia específica con veneno de avispas o abejas en la Región a causa de su alergia a la picadura de estos insectos.
Este tratamiento mediante una vacuna es el único procedimiento curativo en sentido estricto de la enfermedad alérgica. Consiste en poner en contacto de forma controlada, en este caso mediante inyección subcutánea, al paciente con el agente al que se ha sensibilizado, consiguiendo una modificación en la respuesta inmune que minimiza los síntomas en caso de exposición posterior.