MURCIA (EUROPA PRESS). Los precios de las entradas de los grandes conciertos son motivo de queja para gran parte del público por alcanzar cifras elevadas cuando se trata de artistas como Bruce Springsteen, Beyoncé, Coldplay o Madonna, algunos de los que han pasado o pasarán este año con sus giras por España. La inflación, la existencia de distintos tipos de entradas, los precios dinámicos o la demanda son algunos de los motivos por el que estos precios pueden ser más caros.
La inflación que ha afectado a todos los sectores es uno de los motivos por los que se han encarecido los precios de las entradas de los conciertos en general, según apunta el CEO y fundador de Get In, Iñigo Argomaniz, en declaraciones a Europa Press, en las que avisa de que hay un "oferta grandísima con precios muy altos" tanto en conciertos como en festivales.
El presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), Albert Salmerón, señala así al aumento de los costes de producción de los conciertos como factor para un encarecimiento de las entradas, pero asevera que no ve unos precios "excesivos o muy altos en general". "Hay miles y miles de conciertos en nuestro país y la mayoría de ellos mantienen unos precios ajustados y democráticos", defiende, al tiempo que garantiza que desde las promotoras "se intenta que los precios sean lo más asequibles posibles en función de la rentabilidad del espectáculo".
Así, rechaza la polémica porque los precios un poco más elevados se dan solo en los conciertos de "grandes estrellas con una fuerte demanda": "Es lo que ocurre ya con eventos muy especiales, no solo de música, sino de deportes y aquellos que suponen grandes producciones".
Respecto a los distintos tipos de entrada, diferenciadas por zona y cercanía al escenario, que también hacen que unas entradas sean más caras que otras, Salmerón asevera que se trata de una "demanda por parte del público para tener unos servicios específicos".
También marcan la diferencia las entradas con precios dinámicos. Se trata de aquellas que varían de precio por una decisión de "promotores y artistas" para "ajustar la demanda" en eventos que tendrán una muy elevada, ahonda la directora general de Ticketmaster, Ana Valdovinos.
"Son los eventos que más ruido hacen, pero en un año suele haber entre siete y ocho", subraya sobre la situación de España, para incidir en que se seleccionan algunas entradas que "suelen ser las mejores o las que ya tienen un precio mayor (por la zona) y sobre ellas se pone el precio dinámico" de manera que "se evita que esas entradas puedan ir a un mercado secundario con precios mucho más altos".
"Estimamos que a veces es entre un 5 y un 7% del aforo lo que va destinado a estas entradas con un precio dinámico", resalta, para aclarar que en España este tipo de entradas tienen un máximo estipulado por un equipo de personas expertas en el sector. "España es un mercado bastante limitado para esto y los precios son contenidos", defiende, para añadir que en Ticketmaster "durante todo el proceso de compra hay una transparencia total".
Precisamente, esta tiquetera es una de las principales señaladas por el público en las quejas por precios elevados. En este sentido, Valdovinos insiste en que como empresa de 'ticketing' "nunca fija" el precio de una entrada, lo hacen el promotor y artista del evento y la empresa solo recauda los gastos de gestión o distribución por el servicio de venta.
También explica que los gastos de gestión "se reparten con el promotor y en ocasiones con el recinto", y suponen un porcentaje fijo de la entrada. Por ello, ante denuncias de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) por el cobro de estos gastos por ser el comprador el que realiza la compra por Internet, defiende que estos gastos están "justificados" porque cubren a una organización "con mucha gente y que invierte muchísimo en tecnología" para garantizar compras seguras.
"Son muchos millones de euros los que invertimos para luchar contra los 'bots', que son los sistemas que atacan las webs precisamente para hacerse con un montón de entradas. Y los gastos de gestión son la única recaudación que obtienen las empresas para poner en marcha toda esta tecnología", sentencia.
En relación con las polémicas que han rodeado a Ticketmaster en Estados Unidos por el escándalo que provocó la salida a la venta de las entradas de la gira de Taylor Swift, lo que le ha llevado a ser centro de una investigación federal junto a Live Nation -ambas firmas están fusionadas desde 2018-, o donde Robert Smith, de The Cure, ha tildado de "estafa" los precios dinámicos que se pusieron en su propio concierto, Valdovinos puntualiza que el mercado americano y el español "son totalmente distintos".
Mientras en Estados Unidos artistas como Neil Young han acusado a esta empresa de "matar" los conciertos, en España, cuestionados por Europa Press respecto al debate de los precios, varios coinciden en la necesidad de hacer los directos accesibles.
La cantante Ana Mena comprende que hay artistas que suben los precios por el coste de la producción que llevan, pero considera que "ir a un concierto no debe ser un artículo de lujo", mientras Lola Índigo señala que el espectáculo que lleva en su actual gira, 'El dragón', es un espectáculo "visualmente muy potente" y tiene "una entrada asequible".
El grupo Miss Caffeina, por su parte, defina la situación como "una puja horrible" y avisa de que estos precios "casi ninguna vez tienen que ver con los artistas y sí con las tiqueteras o con los productores". "Se está haciendo un negocio jugando con la música, el fanatismo y todo esto", concluye, mientras la banda Arde Bogotá anima a un diálogo" para tratar de "buscar los límites donde quepan todos y ganen todos".
Por su parte, el director artístico de Noches del Botánico, Julio Martí, llama a una reflexión sobre precios elevados de las entradas en conciertos masivos, los cuales considera que precisamente por su aforo deberían tener entradas "accesibles, no que cuesten más".
Asimismo, el periodista musical Nando Cruz advierte de que "las grandes empresas del sector, principalmente las internacionales, están entendiendo que hay dos maneras de ganar dinero: meter mucha gente en los conciertos y cobrar mucho dinero a la gente que entra en los conciertos". "Entonces hay gente con mucho dinero dispuesta a pagar todas las comodidades y tonterías que van incorporadas en una entrada VIP", critica.
De este modo, señala a promotoras y tiqueteras que "monopolizan el mercado", pero también a la responsabilidad de los artistas que en algunos casos, como el de Springsteen o Metallica, están "desentendiéndose o incluso fomentando estas prácticas": "Es una indecencia absoluta".