Imagen de archivo de un bebé durmiendo. Foto: EUROPA PRESSMURCIA. Como la rosa que florece en el desierto, la Región de Murcia ha sabido resistir el envite del coronavirus para aumentar su población en casi 10.000 personas. De esta forma, la Comunidad demuestra su capacidad de resiliencia al sobreponerse al descenso de nacimientos y al aumento en la mortalidad.
Sin embargo, no debemos cantar victoria demasiado pronto, pues el crecimiento del censo solo puede considerarse una buena noticia si tenemos en cuenta todos los obstáculos que se han tenido que sortear. Dicho de otra forma, se trata de un aumento bastante pobre si lo comparamos con lo que debería haber sido sin el virus de por medio.
Así pues, encontramos que las 8.292 personas incorpora al censo la Región no pueden equiparase a las 16.944 que añadió en 2019. En conclusión, encontramos que el incremento del 0,5% que hemos experimentado este año debe ser celebrado con moderación porque el reto demográfico sigue acechando en forma de amenaza latente.
En cualquier caso, la Región de Murcia sí puede presumir de una dinámica demográfica más esperanzadora gracias al número de hijos por mujer, que con 1,45 nos situamos como la comunidad con el índice más alto de la península, solo por detrás de las ciudades autónomas.
También la muerte ha sido piadosa con nuestra tierra, pues las personas que se ha llevado el virus solo han provocado un aumento del 5,8% en los fallecidos, muy por debajo del 17,7% nacional.
Asimismo, también se ha producido una bajada muy intensa de la natalidad, tal y como indica el profesor de sociología de la UMU Juan carlos Solano: "La gente ha pospuesto el tener hijos".
"Tendíamos a compensar nuestro bajo crecimiento con las migraciones"
No obstante, la Región lidera el crecimiento vegetativo (nacimientos menos defunciones) con 1.432 personas, unos números muy superiores a los del resto de la nación, que han sufrido grandes pérdidas. Sin embargo, Solano asegura que este número habría sido cuatro veces superior sin la influencia de la covid.
Además, se ha producido un frenazo en los saldos migratorios. "Tendíamos a compensar nuestro bajo crecimiento con las migraciones", asegura Solano: "Murcia tiene alrededor del 15% de población inmigrante. Todo eso se ha frenado". En cualquier caso, el balance migratorio nos deja otro aumento de 6.548 ciudadanos que pasarán a formar parte de la población murciana.
La Región también supone un destino atractivo dentro del país, pues el saldo migratorio interior nos deja 334 añadidos para el censo, lo que indica nuestra comunidad sí es capaz de hechizar a los habitantes de España.
El experto de la UMU no se detiene al analizar estos datos sobre la población murciana, pues insiste en que el auténtico reto demográfico es mucho más profundo de lo que se está valorando.
En concreto, asevera la necesidad de aumentar el número de nacimientos y sitúa este desafío como la pieza más importante del puzle: "Ahí está la raíz del problema. Las instituciones públicas tienen que ofrecer soluciones".
En cuanto a estas soluciones, Solano indica que las ayudas a la fecundidad no deben ser directas sino indirectas, es decir, aquellas que buscan lograr que "el hijo no sea un lastre económico". Así pues, propone guarderías gratuitas, facilidad en los horarios, bajas de maternidad pagadas y demás políticas de conciliación de la vida laboral y familiar.
La relevancia de los nacimientos se debe al ya famoso envejecimiento de la población, pues insiste en que si no se detiene la tendencia al alza llegaremos a una edad media de 50 años, un modelo muy lejos de resultar sostenible.
