Hoy es 22 de diciembre

el restaurante está situado en el barrio de san andrés

Perro Limón: alta gastronomía en un ambiente 'casual'

22/10/2020 - 

MURCIA. Levantaron la persiana hace poco más de un año en el barrio de San Andrés de Murcia, una ubicación, a priori, poco gastronómica. Sin embargo, eso no ha sido óbice para que Perro Limón se haya convertido en uno de los nuevos referentes gastronómicos de la capital regional de la mano de sus chefs, María Crespo y Miguel Ángel Albadalejo, curtidos en lugares como La Cabaña y La Palera, en Murcia; Ricard Camarena, en Valencia, o Coque, en Madrid. Menos La Palera, los otros tres lucen dos estrellas Michelin, así que han tenido buena escuela.

"Nuestro concepto es tener un restaurante muy familiar, con la cocina abierta, donde podemos observar toda la sala y tener un contacto cercano", explica Crespo, que especifica que este lugar que han creado es "un poco como el barrio, una mezcla de culturas y orígenes” donde hacen una comida que les gusta definir como "confortable".

El pequeño restaurante que sorprende, original, en la esquina de una calle anodina, es de pequeño tamaño y ambiente familiar, con una reducida carta que no llega a las 20 referencias pero que varía a menudo, de media cada tres meses. 

Y es que la de Perro Limón es una apuesta por la alta gastronomía en un ambiente ‘casual’ y relajado en el que se pueden degustar platos internacionales versionados al gusto de los chefs. "Trabajamos productos de la Región pero con un toque de creatividad y con mezclas internacionales", indica. Tailandia, Marruecos y Francia están entre los países que inspiran sus elaboraciones.

Entre los platos que se pueden encontrar en la carta de este otoño destacan el Sufflé de queso y trufa con crema de setas, tipo coulant; el Chilly crab, un guiso con mezcla de cangrejo coreano con cangrejo azul y rollitos de primavera con cangrejo de río; o el Cinnamon roll, un rollito de canela con baño de moscatel y brandy y helado de mascarpone.

Con la pandemia han tenido que adaptarse pero mantienen una clientela fiel a sus alternativas y suculentas propuestas.  "Fuimos uno de los primeros restaurante en tener servicio a domicilio y durante el confinamiento nos fue muy bien, y nos hemos adaptado a todas las normativas”. Ahora, con las restricciones que afectan al barrio donde se ubican, han vuelto a ver reducido su aforo al 40%, con un máximo de 15 personas por servicio. Un contratiempo temporal que se convierte en un lujo para el comensal. No pierda la oportunidad.


Noticias relacionadas

next