CARTAGENA. La degradación del Parque Torres sigue sin solucionarse pese a que en el mes de marzo se activó el estudio y trámites necesarios para conceder la gestión del restaurante del recinto. Sin embargo, la suciedad y las pintadas en uno de los lugares icónicos de la ciudad portuaria sume en la marginalidad al recinto llamado en honor al alcalde de la ciudad Alfonso Torres (1923-1930). Los turistas, que vuelven a llenar de color la ciudad tras el fin del estado de alarma, disfrutan de un lugar excepcional al que el abandono mantiene sin brillo. La fotogalería que acompaña a este artículo da muestra de ello.
La falta de cuidado necesario de la flora existente nada más entrar al recinto resulta evidente. Jaulas donde deberían alojarse pájaros de distintas especies se encuentran abiertas y en un lamentable estado. Si uno camina desde el estanque de los patos, falto de limpieza, hacia el mirador por donde se accedería al restaurante, los murales que quedan a la derecha del visitante aparecen desgastados en la pintura y con algunos cortes en parte de los azulejos que los componen. Un parque infantil, destinado a ser punto de reunión para las familias, se encuentra descuidado desde hace años, en una especie de descampado en pleno parque.
Desde el Ayuntamiento anunciaron que estaban estudiando alternativas y valorando técnicamente la estructura y las condiciones de accesibilidad, tan necesarias para darle a todo el recinto las condiciones necesarias que faciliten el acceso al Parque a todo aquel que quiera disfrutar de él. Los accesos y la seguridad son las dos piedras que se encuentra en el camino la concejalía de Infraestructuras para dar viabilidad al proyecto de reapertura del restaurante, que daría mayor visibilidad al parque. En cuanto a la zona de aparcamiento, se están buscando opciones alternativas a la del parking, al considerar que el municipio potencia la figura del peatón y la movilidad sostenible. "Es uno aspectos que no vemos claro, por el tema de la movilidad», explicó el pasado mes de mayo María Casajús, concejala de Infraestructuras.
Sin embargo, desde marzo que comenzaron los estudios del proyecto no se ha vuelto a saber nada. Llueve sobre mojado en la ciudad portuaria a la hora de devolver el brillo a lugares que en el pasado gozaron de gran popularidad entre la población. Y es que, además del Parque Torres, llama la atención que el Cine Central siga sin estar en funcionamiento pese a ser adquirido por el gobierno regional en 2016 para ser un centro cultural de gran relevancia en la Región, según anunciaron en su momento miembros del Partido Popular.
Pocos lugares tienen las condiciones para ser un centro de referencia de la ciudadanía. La existencia de los famosos pavos reales contrasta con el estado de abandono del parque. Un lugar desde el que se pueden contemplar algunas de las mejores vistas de la ciudad es percibido como marginal por gran parte de la población. Salvo los turistas, apenas los ciudadanos cartageneros se dejan ver por este paraje. Un icono de la ciudad que el Ayuntamiento apenas se ha molestado en cuidar.