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análisis | una lectura murciana de las elecciones de andalucía

Miras se viene arriba, pesimismo para Vélez y una advertencia para Antelo

21/06/2022 - 

MURCIA. ¿Son extrapolables las elecciones de Andalucía a la Región de Murcia? No. Pero la política es un campo de juego complejo y todo tiene su impacto, aunque sea por detalles. El aplastante triunfo del PP de Juanma Moreno Bonilla y las secuelas de las urnas andaluzas dejan también una lectura en clave murciana. El PP regional se crece por la buena tendencia de su partido; el PSOE se sume en la zozobra, impotente ante la secuencia de derrotas autonómicas; Vox no termina de dar el golpe; Podemos ve cómo la izquierda queda disminuida y en Ciudadanos ya suena el réquiem.

El PP coge fuerza

A López Miras le beneficia llegar a las urnas de 2023 con un PP fortalecido y en plena forma. Sin duda, va a encontrar mejor contexto que en 2019, cuando los populares todavía no se habían rehecho de la moción de censura contra Rajoy y Vox irrumpía con toda su fuerza, endureciendo la competencia por el voto del centro derecha. Todos los compañeros barones de López Miras han celebrado ya elecciones y todos han salido victoriosos, si bien con ciertos matices (no es lo mismo el triunfo de Moreno, rotundo e incontestable, que el de Fernández Mañueco, obligado a compartir Gobierno con Vox). ¿Es comparable Andalucía con la Región? No exactamente, pues Bonilla en cierta manera representa una gestión alternativa a 37 años de socialismo. En la Región, el PP es el partido del poder, no el partido del cambio. Le costará además conseguir la mayoría absoluta, dada la dura contienda que afronta con Vox. Ahora bien, el PP observa cómo su gran adversario allende la derecha está encontrando un techo, al situarse como tercera fuerza, pero sin despegar. Otro punto más para el PP. La carrera electoral se le empieza a poner de cara a los populares murcianos, que hasta ahora ocupan la primera posición de las encuestas (todos los sondeos de esta legislatura le dan ganador). Dadas las circunstancias se puede decir que López Miras, que afronta un congreso regional apaciblemente cómodo (no parece que Manuel Durán le depare un enfrentamiento complicado), se viene arriba.

Otra piedra más para el PSOE

Pedro Sánchez y José Vélez, en 2021. Foto: OMEGA

No hay manera. El PSRM vuelve a toparse con otra piedra el camino. No aparecen los alicientes para los socialistas murcianos, que ven cómo el tiempo se agota para ellos. En junio de 2018 se produjo un giro radical de los acontecimientos; tanto fue así que aquella jugada de Pedro Sánchez para entrar en La Moncloa les permitió remontar y alcanzar la victoria en territorios tradicionalmente del PP como la Región de Murcia. Pero ese punto de inflexión no irrumpe en este 2022. Al contrario: desde las elecciones catalanas, que se celebraron en febrero de 2021, todo son sinsabores para el PSOE. El remate es Andalucía, otrora fortín intocable para el socialismo. Su líder regional, José Vélez, se negaba este lunes a aceptar la comparación de la Región con Andalucía: "Ni los andaluces vienen a votar a la Región, ni los ciudadanos de la Región hemos votado en las andaluzas", afirmó, expresivo. Cierto es. Pero la coyuntura no ayuda. Y sólo un optimista irredento puede estar tranquilo con la tendencia del PSOE. Princesa (e incluso Ferraz) debe estudiar muy seriamente su estrategia si quiere llegar con opciones a 2023. De momento ninguna encuesta les da posibilidades.

Panorama sombrío para Podemos

Javier Sánchez Serna, María Marín, Ione Bellara y Ángel L. Hernández, en abril. Foto: EDU BOTELA (EP)

Si el ánimo del PSOE es pesimista, qué se puede decir del resto de formaciones de izquierdas, que han obtenido unos resultados pésimos en Andalucía. No son tiempos felices para Podemos. La coyuntura nacional no ayuda a una formación que, sin embargo, sí se está haciendo valer en la Región con su trabajo parlamentario. Las dinámicas nacionales pesan a la hora de decidir el voto. La división de la izquierda tampoco suma, como se ha demostrado con la presencia de Por Andalucía (Izquierda Unida, Podemos y Más País) y Adelante Andalucía (los anticapitalistas de Teresa Rodríguez). Si ya de por sí el pastel del electorado progresista es reducido en la Región, si encima concurre con más competidores en su misma casilla (Más Región) y si se le añade el agravante de un votante desanimado ante el auge liberal-conservador, el panorama pinta sombrío para Podemos. Las encuestas, al menos, auguran una subida parlamentaria que les otorgaría un grupo propio en la Asamblea. Sin embargo, el dato principal de los sondeos sigue siendo el mismo: la izquierda está muy lejos de la mayoría absoluta. El consuelo andaluz se queda en que al menos Vox no gobierna. Un alivio. Pero ese discurso conformista no (les) vale en Murcia: la derecha lleva gobernando ya 27 años en la Región.

Vox ante el problema de un PP fuerte

José Ángel Antelo, Joaquín Robles, Lourdes Méndez, Iván Espinosa de los Monteros y Luis Gestoso, entre otros, en 2021. Foto: EDU BOTELLA (EP)

Hay dos maneras de ver el resultado de Vox. La humilde y prudente diría que el partido que hace cuatro años era insignificante sigue dando pasos, ganando representación parlamentaria y consolidando su presencia en las instituciones. En algunos casos entra al Gobierno (Castilla y León); en otros no (Andalucía). Pero suma y crece, al fin y al cabo. Esa es una manera de verlo, pero es una perspectiva que nadie adopta. Y no lo hace nadie porque las expectativas son enormes en Vox: ellos mismos se ponen el listo muy alto, al sentirse y proclamarse candidatos ganar, a gobernar y a ser decisivos. Desde este otro punto de vista, el resultado andaluz no es tan bueno. El PP les ha aplastado y no les necesita para nada; Vox poco puede decidir en Andalucía. Y esto es una advertencia para José Ángel Antelo, su líder en la Región: seguro que crecerá en 2023, pero... ¿le bastará para gobernar? Hasta ahora no han dado la campanada en ninguna de las citas autonómicas. Vox está comprobando que su antídoto se llama PP. Es decir, lo que les frena en las urnas no es un PSOE de Pedro Sánchez poderoso (a quien siempre le interesó la división en la derecha) ni tampoco las proclamas antifascistas de la izquierda (un gesto más de cara a la galería que con efectos reales), sino un PP fuerte. Y el PP, a diferencia de 2019, está creciendo. Está volviendo a sus antañas mayorías. Eso no es bueno para Vox. Y Abascal lo sabe.

Ciudadanos necesita un milagro

Delegación murciana de Ciudadanos en Málaga. Foto: CS

La marcha fúnebre ya asoma por Ciudadanos. No se puede ocultar la realidad: Andalucía es un mazazo, pero también lo fueron Castilla y León y Madrid. Es ya un partido en vías de extinción, por más que sus dirigentes se nieguen a aceptarlo. Porque si en algún momento hubo esperanzas, esas se esfumaron de la forma más cruel en Andalucía, la tierra donde cosecharon sus primeros éxitos y donde formaron gobierno con dos socios distintos (con el PSOE primero y con el PP después). Todos elogiaban su buen hacer en la pasada legislatura andaluza; todos elogiaban al candidato, todos se aferraban a un último milagro... y las urnas sentenciaron. Sin piedad. "No es justo", se lamentaban este lunes en la ejecutiva murciana. Posiblemente el castigo sea desmedido y la formación naranja merezca por lo menos no perder su voz en las instituciones. Pero así lo decide el pueblo soberano. En la Región algunas voces autorizadas como Ana Martínez Vidal ya piden tomar decisiones drásticas antes de encarar el abismo: la exlíder naranja, hoy diputada regional, reclama una refundación. Una autocrítica. Una reflexión profunda. Vaya usted a saber cuál es la receta, tan difícil de elaborar cuando un partido tiene el estigma de derrotado. Pero lo cierto es que Ciudadanos tiene que hacer algo, tomar algún golpe de efecto, pensar una última fórmula diferente. Porque el tiempo se le acaba.

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