MURCIA. Con un acento vegabajense que esconde un ligero deje británico, Michael John Treanor (Liverpool, 1983) mantiene la risa activada durante la entrevista con Ediciones Plaza y, a través del teléfono, demuestra ser una persona de carcajada fácil y contagiosa. Nacido en Liverpool y criado en Torrevieja, el intérprete está internacionalizando el acento de la Vega Baja en los audiovisuales por los que pasa.
"En Inglaterra me sale mucho papel de malo, en España más comedia". A los hechos se remite: sus últimos estrenos han sido Pobre Diablo, una serie de animación de HBO, y Nacho, de ATRESplayer, sobre la vida del actor porno Nacho Vidal. Ambas comedias. "Para mí es un regalo que me den papeles para hacer reír. Los mejores recuerdos son cuando estamos partiéndonos el culo con la familia y los amigos", comenta jocoso.
- Se han estrenado varios proyectos en los que participas. Uno de ellos es la serie animada 'Pobre diablo', en HBO. El otro día iba escuchando Spotify y me saltó un anuncio de la serie. Viene fuerte...
- Viene fuerte. Tanto que se ha estrenado en 17 países. Me he visto un capítulo en inglés y me han puesto un acento americano raro (ríe).
- ¿No te doblas tú?
- No. La serie original es en español y el doblaje no depende de nosotros.
- Pones voz a Charlie Mango. ¿Qué tal tu relación con este personaje? ¿Os habéis hecho amigos?
- ¡Sí! Al fin y al cabo te tienes que acercar todo lo que puedas a los personajes.
- Siendo los creadores Miguel Esteban, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla ya se sabe que la serie no va a ser lo que se dice seria… ¿Qué tal llevas la ironía?
- Con ellos genial. Es distinto a rodar a una película o serie, porque aquí no tienes al actor delante, sino un micro. Fluye la energía buena y muchas risas. Yo conocí a Miguel en 'Nasdrovia' y nos hicimos buenos amigos. Los mismos escritores guionizaron 'Dos años y un día' -donde también estaba Ernesto Sevilla- y escribieron un personaje sevillano para mí. Y después me metieron en 'Pobre diablo'.
- Además de 'Pobre Diablo' y 'Dos años y un día', también trabajaste con Ernesto Sevilla en la película Camera Café, ¿no?
- Sí, en Camera Café hice de ruso.
- Otra serie que has estrenado hace poco es 'Nacho' (ATresPlayer), donde interpretas al agente James Clark. ¿Qué pinta la policía en esta serie que trata sobre el actor porno Nacho Vidal?
- Desde pequeño, uno de mis sueños ha sido interpretar a un policía de Los Ángeles leyéndole sus derechos a los malos. Y aquí detenemos a gente mala, no puedo contar mucho más. Lo grabamos en los platós de la Warner, en Madrid, y parecía que estuviéramos en Hollywood.
- Un americano, un ruso, un sevillano... Estás internacionalizando la Vega Baja.
- Se me dan bien los acentos. Como actor es una herramienta que deberíamos trabajar todos. En Inglaterra he practicado con mi voice coach acentos como el de Londres, el irlandés... Y sobre el ruso, cuando vivía en Torrevieja trabajé en una discoteca en la que todos mis compañeros eran del este de Europa, por lo que tenía el acento metido en la cabeza y no me costó.
Acabo de rodar un proyecto en el que hago de un irlandés que habla español con acento irlandés. Cada acento tiene un ritmo y eso es lo que importa. El que me supuso un reto fue el andaluz, que, aunque viniendo de Torrevieja creas que se puede parecer, no es así.
- Vas de serie canalla a serie canalla. ¿Te gusta eso?
- Me encanta, es mi género favorito. El mayor regalo que puedes darle a los demás y que los demás pueden darte es reír. Las mejores memorias y recuerdos son cuando nos estamos partiendo el culo con la familia y los amigos. Para mí, es un regalo que me den papeles para hacer reír a la gente.
- ¿Qué otros proyectos llevas entre manos ahora?
- Una serie española, pero no puedo decir nada. También está 'Montecristo', la cual rodamos en Canarias y va a salir ya. Aquí es donde interpreto al personaje irlandés que comentaba, que es un tipo chunguillo que hace negocios en la dark web. Es una versión modernizada de 'El conde de Montecristo' de Alejandro Dumas.
- ¿Es comedia también?
No, esta es un drama. En Inglaterra me sale mucho papel de malo, en España más comedia. Igual es porque me he criado en el pueblo y por el acento. O que un inglés grande con la nariz rota les hace gracia. Aunque ahora me están empezando a salir más series con seriedad.
A finales de los 90, una comedia británica servía de resumen del legado que había sido esa década. Adultos "infantiliados", artistas fracasados, carreras de humanidades que valen para acabar en restaurantes y, sobre todo, un problema extremo de vivienda. Spaced trataba sobre un grupo de jóvenes que compartían habitaciones en la vivienda de una divorciada alcohólica, introducía en cada capítulo un homenaje al cine de ciencia ficción, terror, fantasía y acción, y era un verdadero desparrame