Álvaro Baglietto (Vetusta Morla): "Paramos porque estamos bien, no por lo contrario"
Fotos: Jerónimo Álvarez.
MURCIA. "No necesito ayuda, solo quiero una hamburguesa", reivindica Madbel, la artista almeriense que se enamoró de Murcia -y aquí se quedó- en uno de los temas que componen su primer disco, Tarara. Como diciendo, "dejadme en paz, no tengo por qué seguir vuestras normas, vuestros consejos, vuestras exigencias en la vida"; porque ella solo tiene un mal día y lo que necesita es un 'momento hamburguesa', de desconectar y dejarse llevar. Dice esta pianista formada en el Conservatorio -la elección de este instrumento fue su primera rebeldía en lo artístico, ya que sus padres son ambos violinistas- que esta canción, Hamburguesa, es quizá la que más define el concepto de este primer álbum que acaba de publicar y con el que está de gira, diciendo en voz alta (o susurrándo al oído) que "nadie nos puede decir cómo tenemos que ser". "Me encanta que una canción mía pueda alegrarle a alguien un día de mierda", afirma la artista sobre un mensaje que llega directo y sin artificios, como es ella.
Cuenta la artista que, aunque le encanta el clásico, durante la carrera fue descubriendo otras músicas alternativas y otras formas de expresar sus emociones de una forma más directa a través de las canciones. Pero no fue hasta la pandemia, cuando todo se paró, que comenzó a hacer sus primeras composiciones, empezó a encontrar su voz y confirmó que quería contar historias sobre lo que sentía. "Quería crear un concepto que fuese más allá de hacer canciones bonitas o para mi ego, que estuviera enfocado en contar cosas que de verdad puedan valer y a crear una historia", explica.
Y así nació este álbum que coge su título, Tarara, de una versión personalísima que realiza de esta cancion popular con letra de Lorca. "El mensaje base que hay en este disco es esa lucha por la libertad personal, por reclamar el derecho a ser uno mismo y por que nadie te pueda señalar o juzgar por ser como seas, ames a quien quieras o hagas lo que hagas", apunta.
"Yo soy una persona muy sencilla y escogí este registro vocal porque no soy una cantante como tal, no he hecho la carrera de canto ni puedo hacer peripecias vocales. Lo que me engachaba de la música era tener ese nexo de unión con la gente, que se convirtiera en una experiencia casi de sanación, de decir vamos a soltarnos un poco y no pasa nada", comenta la artista almeriense, para añadir que "la gente está recibiendo este trabajo con la misma naturalidad con la que lo he hecho. A veces me escriben y me cuentan que se han puesto Hamburguesa y les ha alegrado un día de mierda, y eso a mí me encanta, me da la vida".
Madbel es sinónimo de transgresión, rebeldía y fusión, pero siempre desde la cercanía y humildad. Sin "sermones doctrineros, ni postureos absurdos", se ha estrenado en un disco que se nutre a partes iguales de sonidos urbanos, música electrónica y pop. Así, Tarara ofrece un fiel retrato de su generación y sociedad usando un lenguaje cercano que conecta al oyente por lo directo y descarado de su mensaje y que sumerge en atmósferas sonoras tan sensiblemente personales, como actuales y sin dependencias.
Además, este álbum muestra la propia evolución del personaje, por lo que se aconseja escucharlo en orden, de principio a fin; desde un planteamiento sonoro que parte de lo popular y lorquiano a un escenario actual con ritmos electrónicos frescos y cosmopolitas.
Podría decirte es el último y séptimo single que extrae de Tarara. En esta canción, Madbel muestra su lado más humano y vulnerable, sus dudas, la incertidumbre y la conclusión final de que todo aquello que ha vivido, tanto lo bueno como lo malo, conforman la persona que es. Y que, pese a todo, "ha merecido la pena".
Tarara contiene diez temas y un bonus-track de los que hasta el momento se habían conocido hasta seis singles (Tarara, Maribitch, Hamburguesa, KTDN, Mágico y X Quererme), que se han ido publicando a lo largo de este 2023, como preámbulo para este Tarara que muchos apuntan como uno de los discos más interesantes del año.
El resto del álbum -con la intensa, arrolladora y satírica Ná; la industrial y ácida Veneno; la trip-hopera y orquestal Podría decirte; la adictiva, estribillera y motorik Todo me resbala; y el melodic-cyborg-punk de Oh no!)- se mueve con destreza entre el electro-rock, el techno, el dream-pop, el drum & bass, el punk, el indie-trap y demás estilos rabiosamente contemporáneos, en una suerte de compendio musical y vital que responde a lo que hoy, en la calle, se respira, canta y baila.
Fotos: Jerónimo Álvarez.