"Seré más incisiva que Esperanza Moreno en la lucha contra la Ley Celaá; somos más combativos que el PP", afirma
MURCIA. Mábel Campuzano Martínez (Madrid, 1960) admite que siente "un poco de vértigo" por su entrada en el Gobierno regional. La política ha cambiado su vida de la noche a la mañana. Hace sólo dos años formaba parte de un partido irrelevante que pugnaba por que su voz se escuchara en el Congreso; ahora ella es la máxima responsable de la Educación y la Cultura de la Región de Murcia. "Queríamos esa Consejería, no queríamos otra porque nuestra bandera es la defensa de la libertad de los padres", reconoce en una entrevista con Murcia Plaza.
Hijas de padre murciano y madre cartagenera, Mábel y Mamen Campuzano -su hermana gemela, recientemente fallecida- fueron las primogénitas de una familia de siete hermanos. Nacida en Madrid, Mábel conoció la Región cuando cumplió 15 años. Se afincó en Cartagena y desde entonces su casa se ha mudado por casi todos los rincones de la Comunidad: Murcia, la propia Cartagena, Totana, Mazarrón, Puntas de Calnegre y ahora la Sierra de Carrascoy, donde reside junto con su marido y sus dos hijos -veinteañeros ambos-. "Pertenezco a un hogar en el que prevalece el matriarcado, porque la mujer es la que mejor defiende a la familia", asegura.
"LOS SINDICATOS SIEMPRE HAN protestado CONTRA los MOVIMIENTOs DE LA DERECHA: TIENEN LA DESFACHATEZ DE CREERSE QUE LA ENSEÑANZA PÚBLICA ES SUYA"
Licenciada en Historia del Arte, debutó en el mundo laboral como directora de la Oficina de Información del Consumidor (OMIC) de Fuente Álamo. Ejerció durante tres años. Durante mucho tiempo se dedicó a la hostelería en Totana, en el hotel La Torreta, cuyo palacio modernista rehabilitó, mientras su marido gestionaba el hotel La Santa. Antes de dar el salto a la política, desempeñó como voluntaria en el Centro de Atención Integral a la Familia de Cartagena (CAIF). Apasionada de la lectura -su autor de cabecera es Antonio Muñoz Molina-, los viajes, el tenis y el flamenco -es una asidua del Cante de las Minas-, confiesa que Esperanza Aguirre es una de sus referentes en política: "Me gusta la gente que no tiene miedo a defender sus ideas".
Su vinculación con la política empezó en 2004 tras los atentados del 11M. Se sumaba a todas las manifestaciones por toda España contra el terrorismo en favor de las víctimas; también se unía a las protestas contra la implantación de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Formó parte de los 'peones negros', leyó manifiestos en Murcia y fue también apoderada en el País Vasco, pero nunca se afilió a una formación política hasta 2014, con la irrupción de Vox: "Por primera vez surgía un partido que encajaba con mis convicciones".
Vivió con Vox todas las experiencias posibles en política: la gloria y el dolor, el éxito y la caída; desde los duros inicios hasta la traumática salida del partido, pasando por el triunfo electoral de 2019. "Esa victoria nos la trabajamos nosotros: Santiago Abascal se presentó en toda España pero sólo ganó en Murcia", recalca. Campuzano formó parte de la ejecutiva regional que lideraba Pascual Salvador, el candidato de 2019 y cuya relación se quebró tras la crisis interna de Vox que acabó con su expulsión (junto con Juan José Liarte y Francisco José Carrera). "Somos apestados para el partido. Los afiliados tienen prohibido hasta saludarnos", asevera.
"lópez Miras es una persona cercana y equilibrada en sus ideas; me ha dado todo su apoyo"
El último giro del destino llegó con la moción de censura: su grupo parlamentario, que parecía condenado a perder peso en la Asamblea Regional, se convirtió en decisivo para que López Miras conservara el poder. Definitivamente, todo le ha sucedido muy rápido en política: soñaba con que Vox "tuviera un representante en el Congreso"; ahora las ideas de Vox se cuelan en el Gobierno regional. Porque aunque ya no forme parte del partido, ella no ha renunciado a ninguno de sus principios políticos. Ni piensa hacerlo, sostiene.
-Su nombramiento ha provocado varias protestas en las puertas de San Esteban. ¿Cómo se toma estas manifestaciones?
-Era de esperar, porque los sindicatos siempre se han manifestado contra cualquier movimiento que hace la derecha. Tienen la desfachatez de creerse que la enseñanza pública es suya. Me acusan de querer acabar con la enseñanza pública, y eso no es así. Para nosotros es importantísima la pública; queremos que sea la mejor del mundo. Sin embargo, no está reñido defender la pública con defender la concertada y la privada. Pero no quiero entrar en polémicas con los sindicatos, porque no creo que estén en disposición de discutir sobre ideas. Ellos hacen sus ataques sin hablar y sin que podamos explicarles, por ejemplo, qué es el ‘pin parental’, pues ni siquiera saben en realidad en qué consiste. El 80% de los padres está de acuerdo en que se les pida autorización para acudir a las charlas, tal y como sostiene el barómetro del Cemop.
-¿Buscará el diálogo con los sindicatos? ¿Se sentará con ellos?
-Sí, por supuesto. Desde que llegamos a la Asamblea nos hemos reunido con todo el mundo. No tengo problemas en hablar con nadie. Buscaré el diálogo y hablaré todo lo que haga falta con ellos.
-UGT y CCOO han llegado incluso a amenazar con romper relaciones con el Gobierno regional.
-Si lo hacen, será su responsabilidad. A quien más perjudicaría esa decisión sería a los propios sindicatos.
"Somos apestados para el partido. Los afiliados tienen prohibido saludarnos"
-¿Le preocupa que las movilizaciones sean constantes durante su mandato como consejera?
-Estoy acostumbrada a las protestas. Desde que nacimos [Vox] hemos sido contestados por buena parte de la sociedad. Pero al final te das cuenta de que las algaradas en la calle no conducen a nada. Hay que trabajar para buscar las soluciones y obtener resultados. Ellos también tienen que aportar y nos puedan dar ideas para la educación y la cultura. Nosotros en la Asamblea hemos llegado a acuerdos con el PSOE y Podemos porque considerábamos que eran buenas propuestas. Igual que ellos nos han votado mociones de Vox que pensaban que eran buenas para los ciudadanos. Nos perdemos demasiado en el mundo de las ideologías cuando es muy fácil ponerse de acuerdo pensando en el bien común de la gente.
-PSOE, Podemos y los sindicatos acusan a López Miras de incluir a la extrema derecha en el Gobierno. ¿Es usted la ultraderecha?
-Nosotros nunca nos hemos considerado de ultraderecha. No pueden encontrar ninguna medida que hayamos planteado que sea de ultraderecha. También habría que ver qué se considera extrema derecha. Son etiquetas que te ponen para evitar el debate y descalificarte de salida. No me preocupa demasiado, aunque es cierto que influye en el pensamiento de la gente: evitan que los ciudadanos nos conozcan de verdad.
"Francisco lucas y yo hablamos en mi casa, pero Nunca negocié el 'pin parental' CON EL PSOE"
-¿Tiene decidida su primera media como consejera de Educación?
-La primera medida es que administrativamente la Consejería pueda seguir funcionando. Tenemos que organizar el final del curso y el curso que viene; es muy importante que este proceso no sufra el cambio de consejera. Esto está garantizado, porque no queremos entrar como un elefante en una cacharrería. También prepararemos la recuperación de la presencialidad para el próximo curso. Nos parece que sería muy precipitado para este trimestre. Es una tarea muy importante que no se debe hacer con improvisaciones.
-¿Implantará el ‘pin parental’ el curso que viene?
-Eso es algo que debió llevarse a cabo el año pasado, porque lo firmamos en un acuerdo. Lo implantaremos ateniéndonos siempre a la ley. No somos antisistema. En cuanto la ley nos lo permita, lo vamos a hacer.
-¿En qué consiste el 'pin parental' que quiere implantar?
-El 'pin parental' permite a los padres aprobar o no la asistencia de su hijo a las actividades complementarias que no están impartidas por un funcionario del Estado, al que se le presupone la neutralidad ideológica. Los padres reciben información sobre quién la imparte y su cualificación; reciben datos sobre qué consiste el taller. Así pueden decidir si quieren que su hijo acuda o no. Se ha puesto el foco en determinadas charlas, pero, por ejemplo, hay padres que son antitaurinos y no quieren que sus hijos reciban información sobre la tauromaquia. Pues esos padres pueden utilizar el ‘pin parental’.
-No obstante, se ha opuesto muchísima gente al 'pin parental'. Hubo también manifestaciones...
-El Cemop introdujo esa pregunta en su último barómetro y el 80% respondió que estaba de acuerdo. Al fin de cuentas, todos los padres quieren decidir sobre la educación de sus hijos.
-Otra medida estrella de su programa es el cheque escolar. ¿Lo pondrán en marcha?
-Esa es otra idea que se ha sacado de su contexto. Desde que estoy en la Comisión de Educación en la Asamblea sólo he pretendido abrir el debate sobre el cheque escolar. Se trata de una garantía de libertad y calidad educativa, pero sabemos que nuestro sistema ahora mismo no lo puede asumir. Cuando se habló de la gratuidad de los niños de 0 a tres años, nosotros planteamos: por qué no debatimos la posibilidad de que esto se haga a través del cheque escolar. Queríamos debatir sobre cómo implementarlo en la educación. Es lo mismo que cuando Vox decía que quería acabar con las autonomías: sabemos que eso no se puede hacer, pero sí puedes cuestionar si es la estructura territorial más óptima para organizarnos. Son debates que se deben hacer, porque la mayoría de las leyes nos las meten sin debatirlas siquiera.
"O dejamos de pelearnos entre nosotros o sánchez se adueñará de las instituciones"
-¿Qué objetivos se ha marcado como consejera de Educación?
-El mayor envite que tenemos es hacer frente a la Ley Celáa. PP y Vox hemos presentado recursos, que coinciden totalmente. Vamos a dar la batalla en estos dos años de legislatura. Tenemos que defender la educación especial y la libertad de los padres. La Ley de Educación no cuenta con el dictamen del Consejo de Estado, ni con la comparecencia de expertos competentes en la materia ni ha convocado a la Conferencia social de Educación. Y se ha decretado en medio de una pandemia y un estado de alarma.
-¿Y en cultura?
-Queremos dedicar mucho esfuerzo a nuestro patrimonio histórico, pues podría ayudar a la reactivación económica ampliando la oferta del turismo cultural. No se le ha dado la relevancia que merece. El patrimonio cultural se degrada por la falta de fondos y de políticas concretas de conservación, mantenimiento y disfrute de los ciudadanos.
-La cultura es de la gran olvidada de la política. ¿Va a hacer algo diferente a sus predecesores?
-Eso depende del presupuesto. Queremos impulsar la cultura lo máximo posible.
-¿Impulsará una ley autonómica de la tauromaquia como así recoge el programa de Vox?
-En principio no es una de mis prioridades. Defendemos las tradiciones culturales, pero no sé si hace falta una ley específica de tauromaquia. Defiendo las tradiciones culturales en general, no me limitaría a aspectos particulares.
-¿Qué es para usted la cultura?
-Es mucho más de que lo que nos atribuyen los sindicatos, que afirman que sólo queremos caza, pesca y toros. La cultura abarca todo el arte y las tradiciones culturales. La cultura tiene que estar en cada rincón de la Región. Apoyaremos proyectos, por pequeños que sean, que pongan en conocimiento lo que tenemos; apoyaremos todo lo que los creadores actuales planteen. La cultura no debe ser una herramienta ideológica, sino que tiene que servir como un canal que muestre la belleza de la creación artística de las personas.
-¿En qué se diferenciará de Esperanza Moreno (la anterior consejera)?
-Yo puedo ser más incisiva contra la Ley Celaá que un gobierno típicamente del PP. Somos más combativos. Ella debería haber implantado el 'pin parental', y no lo hizo; nosotros sí lo vamos a hacer.
-¿Hará usted su equipo de altos cargos o respetará la estructura que había?
-Lo estamos haciendo nosotros; será un equipo de técnicos. Las líneas políticas las marcaré yo pero serán los técnicos quienes las ejecutarán para que funcione lo mejor posible a todos los niveles.
-¿Cómo piensa corregir los preocupantes índices de abandono y fracaso escolar de la Región?
-Es lo que más nos preocupa. Una cosa buena de la Ley Celaá, que ya está en vigor, es que da más autonomía a los territorios autonómicos. Ahí tenemos una oportunidad para introducir modificaciones en los currículum para paliar los deficientes datos de abandono escolar. Hay muchas cosas que mejorar en la enseñanza. Podemos hacer de la necesidad, virtud. La calidad de la enseñanza es la base del futuro de España.
-Usted fue expulsada de Vox en 2020, junto con sus compañeros Juan José Liarte y Francisco José Carrera. ¿Se sigue sintiendo de Vox?
-Pienso lo mismo que antes de ser de Vox, que siendo de Vox y que después de mi expulsión de Vox. Mis pensamientos y mis ideas políticas son exactamente los mismos. Lo único que ha cambiado es que me afilié a un partido que me ha defraudado.
-¿Se va a afiliar al PP?
-No. En mi pensamiento no está volver a afiliarme a ningún partido.
"NO, no pienso afiliarme al PP ni a ningún otro partido"
-Entonces, ¿en qué consiste el lema 'reunificación del centro derecha', que tanto invoca Teodoro García Egea?
-Esa reunificación no supone que todo el mundo se tiene que afiliar al PP, sino que todos podemos luchar juntos por unas ideas en las que coincidimos. Necesitamos combatir todos juntos contra la imposición de este Gobierno (de España) que está acabando con el Estado de Derecho. O dejamos de pelearnos entre nosotros o se adueñarán de las instituciones, como están haciendo.
-Le ha defraudado Vox, decía.
-Sí, muchísimo. Nunca pensé que pudieran actuar de semejante manera. No sé si es culpa de la estructura provincial de Murcia, que es una banda, o si es algo que procede de más arriba y llega al presidente del partido [Santiago Abascal]. Ha sido vergonzoso lo que ha pasado en Murcia.
-¿Y qué ha pasado en Murcia con Vox?
-El asunto está judicializado. Quiero esperarme a que se pronuncien. Sí diré que lo dimos todo a Vox; creíamos que el partido era la oportunidad que necesitaba España pero nos dimos cuenta de que no era así. No sabemos a qué intereses atienden en la estructura territorial de Murcia. Pedimos una entrevista con Santiago Abascal y a raíz de esta petición nos expulsaron del partido. No hemos sido escuchados.
"vox sólo admite gente que no piense, que obedezca, que haga palmas con las orejas y que no cuestione la palabra del líder"
-¿Tiene relación con los dirigentes de Vox?
-No, no la tenemos. Somos apestados para el partido. Los afiliados tienen prohibido hasta saludarnos.
-Usted ha sido muy crítica con el líder regional de Vox, José Ángel Antelo. ¿Qué opinión tiene de él?
-Pues que es un jugador de baloncesto venido a más. Quieren hacer del partido su cortijo; sólo admiten gente que no piense, que obedezca, que haga palmas con las orejas y que no cuestione la palabra del líder.
-Entiendo que el trago no debió de ser fácil con Pascual Salvador -el único diputado oficial de Vox reconocido por el partido-. Ambos fueron compañeros de ejecutiva y compartieron muchas horas de trabajo, cuando Vox no era nadie.
-Teníamos una relación de muchos años, sí. Siempre lo consideré una buena persona. Pero al final es lo que el partido quiere de sus afiliados: obediencia ciega, sin planteamientos personales ni cuestionamientos. Así es como se sobrevive en el partido.
-¿Cómo les convenció el PP para que rechazaran la moción de censura?
-La clave fue que nosotros queríamos poder desarrollar nuestras políticas, y que además no están tan alejadas del PP. Ellos no habían sido capaces de cumplirlas a pesar de firmar un acuerdo de Presupuestos el año pasado. Y pensábamos que para que puedan salir teníamos que estar en el Gobierno. Era el momento de demostrar a España que, en una situación tan grave, nos podemos poner de acuerdo para hacer frente a todo lo que nos viene encima.
-¿Va a ser más fácil controlar al Gobierno como miembro del Gobierno que desde la oposición?
-Pienso que sí. De hecho, no me han puesto ninguna traba ni me han marcado ninguna dirección para la Consejería de Educación. También es verdad que estamos muy de acuerdo en los planteamientos.
-Piden, entre otras cosas, la eliminación de subvenciones a patronales y sindicatos. ¿Lo seguirán exigiendo en San Esteban?
-Sí. Y también la eliminación de las ventajas fiscales al juego.
-Ha habido mucha polémica entre los contactos de Vox y el PSOE. Liarte afirmó que el portavoz socialista, Francisco Lucas, visitó su casa para negociar con usted. ¿Es cierto?
-Sí, estuvo en mi casa y hablé con él, pero nunca hubo una negociación. Nunca negocié con él el 'pin parental'. Hemos hablado muchas veces, porque hemos votado mociones en común y hay cosas que compartimos, pero en ningún momento llegué a negociar con Francisco Lucas el 'pin parental'.
-Y qué tal el nuevo trato con Fernando López Miras. ¿Ha cambiado su percepción de él?
-En la oposición no tuve oportunidad de tratar con él, pero ahora sí hemos hablado en numerosas ocasiones. Ha pasado un momento crítico, con todo lo que se ha montado con la moción de censura. La verdad, él estaba dolido de que le pudieran hacer semejante jugarreta. Hemos hablado de la futura unificación del centro derecha para hacer frente a Sánchez. Me ha prestado todo su apoyo como consejera, y tengo que agradecérselo. Lo considero una persona cercana y bastante equilibrada en sus planteamientos.