CARTAGENA. El Sindicato Profesional de Policía Local de UGT Servicios Públicos (SPL-UGT) ha denunciado que no se está adoptando una postura firme en materia de seguridad, ante la situación pandémica del municipio tras el decaimiento del estado de alarma, y la proliferación de numerosos focos de ‘botelleo’ en calles y plazas tanto del centro como de los barrios y diputaciones.
A esta circunstancia, se suma "el escaso e ineficaz dispositivo de seguridad pensado" para acometer esta excepcional situación desde la Policía Local, Concejalía de Seguridad dirigida por Juan Pedro Torralba, durante el pasado fin de semana, "dispositivo que no fue asegurado en el número de efectivos previsto, y que partió de inicio con carencias que podrían haber sido solventadas con personal localizable".
El responsable del Sindicato Policial de UGT en la Región de Murcia, José Juan González Salas, declara que "resulta inexplicable, no ya que no se adecue el dispositivo a las necesidades que todo el mundo conocía con el final del estado de alarma y el aumento del ocio, sino que ya sabiendo la situación no se asegure ni siquiera el mínimo servicio previsto haciendo uso si es necesario del personal localizable".
Para UGT es significativo que ahora los gobiernos regionales y locales "miren para otro lado ante la situación y no pongan todo lo que esté en su mano para controlar esta situación" que se trasladará a "una escalada de casos y podría poner al municipio en una situación alarmante, de no adoptarse medidas de control férreas".
Recordemos que actualmente "la cantidad de ciudadanos que frecuentan el centro histórico, en relación al ocio nocturno, se ha incrementado muy considerablemente y aun estableciendo el cierre de establecimientos no considerados esenciales, no se está controlando la venta de alcohol pasadas las 22:00 horas", y "el número de efectivos policiales es irrelevante en relación a la muchedumbre y a los factores a controlar".
SLP-UGT solicita un despliegue de efectivos durante las tardes noches de viernes y sábados de la envergadura de una Semana Santa, por lo menos hasta que la vacunación avance lo suficiente como para poder encontrarnos en una inmunidad de rebaño, y hacer subir la curva de contagios favoreciendo con unas lasas medidas de control del ocio nocturno en Cartagena.