MURCIA. La última medida tomada por el Gobierno regional para frenar la descontrolada tercera ola del coronavirus: adelantar el cierre de los comercios y el resto de la actividad no esencial a las seis de la tarde desde este miércoles en ocho municipios ha levantado a las asociaciones de comerciantes, que la ven como "innecesaria". Es el caso de la Federación de Comerciantes de la Región de Murcia (Coremur). Su presidenta, Carmen Piñero, asegura que "no es el momento de llevar a cabo esta medida", ya que con la actual situación económica que viven los pequeños establecimientos de la Región, el cierre anticipado "arruinará definitivamente a aquellos comercios que ya están en las últimas".
En este sentido, Piñero, resaltaba en declaraciones a Europa Press que el cierre a las 18 horas entre semana y por completo los fines de semana es una medida "poco acertada", al considerar que "en los pequeños comercios apenas ha habido contagios porque sólo caben dos o tres personas en su interior". Además, insiste la presidenta de Coremur, "los comercios de proximidad cumplen con todas las normas sanitarias porque son como nuestra propia casa".
La medida de cierre no afecta a los comercios declarados esenciales, entre los que se encuentran los de alimentación. Sin embargo, desde la Federación de Comerciantes señalan que otros establecimientos como los de ropa, eventos o agencias de viaje "pueden verse muy afectados por esta medida".
De hecho, Piñero calcula que "cerca del 40% de este tipo de negocios, en los municipios afectados por el adelanto del horario de cierre, puede cesar su actividad de mantenerse esta situación".
El mes de enero se ha convertido en una frenética carrera por frenar la curva de contagios y en el que las medidas que se han tomado han ido en evolución. Así, el 4 de enero el Gobierno regional decidía endurecer las restricciones para la hostelería por Reyes y que los bares cerrasen a las seis de la tarde los días 5 y 6 de enero con el fin de evitar aglomeraciones.
Esta era la primera de varias duras medidas, que, llevaba unos días después, el 7 de enero, a confinar los principales municipios y adelantar el toque de queda a las diez de la noche. Con los casos disparados, el lunes 11 de enero, el Comité Covid iba un paso más allá y confinaba prácticamente toda la Región, además de cerrar por completo la hostelería.
Pero la situación más dramática se produjo la semana del 18 al 24 de enero, cuando con los contagios disparados y para intentar frenar la pandemia, el Gobierno regional decretó el cierre de los comercios no esenciales a las ocho de la tarde. Fueron siete días marcados por el 'escándalo de las vacunaciones' irregulares que ha terminado la caída del consejero de Salud, y la crisis política surgida en Molina, que ha cerrado su capítulo con la dimisión de su alcaldesa, Esther Clavero, del PSOE.
Tras el cierre del comercio en los municipios , desde Coremur han comenzado a trabajar para elaborar, junto a la Dirección General de Comercio, un 'plan de rescate' del pequeño comercio para que "los más afectados por la crisis sanitaria reciban una inyección económica para que puedan resistir".
El plan consistiría en "dotar de los recursos económicos covid a esos comercios que están en una situación más apurada", según ha apuntado la presidenta de esta asociación. Piñero ha lanzado un 'S.O.S.' para que los consumidores acudan al comercio de proximidad, ya que este " está preparado para llevar a domicilio, está en redes sociales y reinvierte en la economía y vida de los barrios y localidades donde está ubicado".