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los comercios se reabren en la región

Las peluquerías triunfan, las floristerías padecen y las librerías se desperezan

5/05/2020 - 

CARTAGENA. Las peluquerías fueron, de calle, el sector que mejor acogida tuvo este lunes en la reapertura de los comercios en la fase 0 del desconfinamiento. Acostumbrados como están a la cita previa, era raro no ver peluquería ayer repleta de vida y de actividad. Algunas con citas cerradas para semanas y con la esperanza de volver cuanto antes a la normalidad. Las floristerías no lo tienen tan claro: han sufrido como el que más esta primavera y lo seguirán haciendo afectados por la falta de celebraciones como comuniones, bautizos o bodas, una época ésta especialmente prolija en este tipo de festejos, ahora en el limbo. 

También se levantaba la persiana para las librerías de la Región, una auténtica liberación para los amantes del papel. Desempolvar los volúmenes y dar salida a los best-seller, a la literatura infantil, a los clásicos y a los autores de siempre ayuda a los libreros a desperezarse tras tanto tiempo esperando el momento de abrir la puerta.

En esta 'fase 0' ya está permitida la apertura de numerosos locales y establecimientos con cita previa para la atención individual de los clientes, y los restaurantes y cafeterías pueden ofrecer pedidos para llevar con encargo con antelación pero sin consumo en el local. 

Paloma y Patricia se pertrechaban con mascarillas y pantallas protectoras mientras sus dos primeras clientas permanecían sentadas a la espera del primer corte de pelo profesional desde hace dos meses. No se sabía quién tenía más ganas de llegar a la peluquería Belén Zapata situada en la calle Honda de Cartagena, si profesionales o clientas. Desde la semana pasada el teléfono no ha dejado de sonar, pero el ‘Día D’ llegó y por fin algunos pudieron sacarse esa ansiedad de encima cortando pelo, poniendo mechas o mirándose al espejo para ver una imagen renovada. Han tenido, primero, que ponerse al día limpiando de muebles la peluquería para tener más espacio de trabajo. "Mucha desinfección personal y para las clientas. Capas, guantes, toallas, hidroalcohol y mucho cuidado", decía Paticia mientras le aguardaba una habitual en la peluquería cartagenera.

Recortar la barba, un reto imposible con mascarilla

Javier Conesa está al frente de su peluquería en la calle Poeta Miguel Hernández de la ciudad portuaria. Cuenta que está dando cita para la próxima semana, que tiene toda la semana ya ocupada con sus clientes habituales, que estaban deseosos de poder entrar a cortarse el pelo. A pesar de tener que invertir en las medidas de higiene -batas, guantes, gel, capa de plástico o toallas desechables, ha decidido mantener los precios. "No lo vería lógico, con la cantidad de gente que se ha quedado en el paro", admite Javi, que ha decidido quitar las sillas de espera, las revistas, la prensa y que el siguiente espere en la puerta de la peluquería su turno. Reconoce que los más complicados son los mayores. "Vienen sin mascarilla y hay que volverles a explicar lo que se puede hacer", como también hay que indicar a los de profusa barba que no pueden tocarles. "Con una mascarilla es un auténtico reto cortar una barba", explica en tono irónico.

José María Marín, tercera generación de floristeros y propietario de la Floristería San Francisco, un clásico en la ciudad portuaria, atendía por cita o a domicilio aún ayer. "Nadie me ha dicho que podamos abrir hoy, ni tan siquiera desde la Asociación de Floristas. Yo tenía previsto a partir del próximo lunes”, indicaba a Murcia Plaza este floristero que ha trabajado todo este tiempo con servicio a domicilio principalmente. Este trimestre, según reconoce Marín, es el de mayor repercusión económica para su negocio. Cerca del 70% de la facturación llega entre marzo y mayo, pero todo se ha ido al garete. "Si este virus hubiera llegado en verano hasta lo habríamos agradecido, pero no ahora, que nos ha dado directamente en la línea de flotación". No solo a ellos, sino a agricultores y comerciales. "Nos hemos quedado sin el día del Padre, sin Semana Santa y sin la Fiesta de las Cruces. A eso hay que añadirle los entierros, cementerios cerrados, bodas y comuniones de estas fechas", se lamenta el dueño de la floristería, que tratará de aguantar estoicamente para no tener que echar el cierre.

Algunos casos, como la perfumería y droguería Vicente Espín, situado en la calle Canales de Cartagena, atendía solo a los clientes con cita previa. "Estoy recibiendo sobre todo a gente que necesita productos de droguería, como limpieza, o higiene personal; maquinillas de afeitar o incluso tintes para el pelo". Dice Vicente que añade que él no levantará la persiana de forma oficial hasta el próximo lunes día 11. "Eso es lo que yo tengo entendido", explica. "Esta semana puedo despachar aquellos con cita telefónica y el lunes próximo a los clientes habituales y con las medidas de seguridad e higiene necesarias".

La que sí recibía a sus clientes era Maite Nieto, dueña del Centro de Belleza y Bienestar ubicado en la Plaza Juan XXIII. Muy exhaustiva en su limpieza, solo atiende a una persona en su establecimiento y al acabar vuelve a higienizarlo todo. "Hemos decidido ampliar el horario porque necesitamos más tiempo para limpiar y desinfectar", dice mientras coloca bata, mascarilla y con espray desinfecta el calzado de las personas atendidas. "Además, tenemos sábanas desechables y nada de toallas, todo papel", añade Maite, quien dice que solo atiende a aquellas personas que han llamado por teléfono previamente.

María Ruiz, atiende, unos metros más adelante, en su mostrador de la librería que tiene también en esta misma conocida plaza cartagenera. El negocio lo tiene abierto desde el pasado 14 de abril, solo para atender a la necesidad de productos de papelería, pero ha sido este lunes cuando por fin ha podido poner a la venta los miles de libros de su establecimiento. Destaca María que si bien este lunes no ha sido especialmente bueno para el negocio, sí que ha podido ver más trasiego de gente en su librería y por la calle. "Ha entrado gente para echar un vistazo o hacer algún encargo", dice la dueña, que destaca el grado de concienciación que ha podido ver. "Si alguien observa que hay otra persona dentro, se espera en la puerta. He tenido cola por ese motivo, aunque aquí, en la librería, hubiera espacio para poder tener más gente". Gel desinfectante, guantes y mascarilla, lo mínimo necesario para mantener la higiene en su establecimiento.

Maite Martínez, que regenta la librería Ramón Jiménez, más conocida como ‘Los Soportales’ en Murcia, se ha reencontrado con sus 300 libros y, de momento, un cliente con cita previa con ganas de lectura. "Me llamó anoche y ha venido a por dos libros. Pero una reapertura con cita previa va muy despacio", lamenta. "Hoy tengo un cliente y mañana otro. Antes tenía al menos 20 o 30 al día. El ambiente ahora es muy tranquilo, se ve a la gente paseando pero comprar, poco", dice.

Galería de arte: "La gente tiene ganas de sentir la cultura"

La galería de arte Babel también ha abierto de nuevo sus puertas "con una gran ilusión", subraya Javier Cerezo, su propietario. "La gente tiene muchas ganas de volver a la calle y sentir la cultura. Cualquier puede visitarnos con cita previa y a partir del próximo lunes con aforo reducido. Nuestra galería es amplia y no tiene recovecos así que se puede mantener la distancia de seguridad perfectamente", asegura.

En la Gran Vía, con bastante más vida que en las últimas semanas, prácticamente nadie paseaba sin mascarilla. Igual que el tranvía, donde era obligatorio su uso, o en la deseada reapertura de las peluquerías, los establecimientos que más actividad han registrado esta jornada. Las medidas higiénico-sanitarias es algo que no falta en ningún sitio en esta nueva etapa de vida post-coronavirus. "Vamos a abrir con seguridad para cumplir con esas medidas de higiene que necesitamos, a cuidar mucho las recomendaciones, desinfectar a diario, tener dispensador de gel y repartir guantes. La entrada, por supuesto, con mascarilla", recalca Cerezo.

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