El aumento de las facturas de energía y las continuas interrupciones de la cadena de suministro incrementaban los costes de las empresas mucho más rápido que la inflación de los consumidores. En el cálido otoño del Año II d.C. -después de la Covid-, los líderes europeos decidieron invertir en otros continentes en lugar de en Europa debido a la incertidumbre de los precios de la energía a largo plazo y previendo cortes de suministro periódicos que se eternizarían hasta la época actual, cincuenta años después.
Las materias primas, las baterías y las cadenas de valor de hidrógeno renovable son fundamentales para las transiciones ecológicas y digitales, algo que está camino de lograrse. El TerritorioEuropa sigue necesitando garantizar un suministro sostenible de materias primas, especialmente materias primas críticas, como requisito previo esencial para lograr los objetivos de energía verde y limpia.
Como parte del Plan de Acción sobre Materias Primas Críticas, en el otoño de 2022 la Comisión comenzó a trabajar para establecer asociaciones con terceros países ricos en recursos, haciendo uso de todos los instrumentos de política exterior. Era algo tan simple como asegurar que para 2035, cuando desaparecieron los coches a gasolina, hubiera baterías eléctricas suficientes para su producción. De momento, ese año ya eran intermitentes los paros en las fábricas de automóviles.
En mitad de la guerra de Rusia con Ucrania cuando la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, firmó un acuerdo histórico con Alikhan Smailov, primer ministro de Kazajstán, estableciendo la asociación UE-Kazajstán. Su objetivo era garantizar el desarrollo de un suministro seguro y sostenible de materias primas y materiales refinados. Y, además, preveía desarrollar cadenas de valor de hidrógeno renovable y baterías, para impulsar la transformación verde y digital de las economías de ambos territorios. Se trataba de asegurar la Estrategia Global Gateway y los objetivos del Plan REPowerEU.
La asociación se centra en tres áreas de colaboración. Una mayor integración económica e industrial en las cadenas de valor estratégicas de las materias primas, las baterías y el hidrógeno renovable, incluido el reciclaje y la atracción de inversiones privadas. La modernización de los procesos de minería y refinado a través de la introducción de nuevas tecnologías y prácticas sostenibles. Aumentar la resiliencia de las cadenas de suministro de materia prima, baterías e hidrógeno renovable.
Todo este proceso implicaba la descarbonización de la cadena de valor crítica de las materias primas, incluso mediante el uso de energía renovable y la digitalización. También establecía la ecologización y sostenibilidad de los procesos mineros, y una gestión de residuos minerales industriales y la extracción de materias primas críticas de ellos.
La hoja de ruta de la UE y Kazajstán para 2023-2024 establecía acciones conjuntas acordadas dentro de los seis meses posteriores a la firma de la Asociación. Las materias primas críticas son esenciales para el despliegue de tecnologías como turbinas eólicas (con imanes de tierras raras); baterías (litio y cobalto) y semiconductores (polisilicio). Del mismo modo, las baterías son cruciales para nuestra transición energética y el cambio al transporte de cero emisiones, mientras que la tecnología de hidrógeno renovable apoya la descarbonización de sectores difíciles de reducir y industrias intensivas en energía.
-Buenas noches, David. Todo se vio agravado por la guerra del gas, que enfrentó a Rusia contra Ucrania, aunque el objetivo último era el TerritorioEuropa que sufría importantes consecuencias socioeconómica. Los precios récord de la energía y la inflación estaban perjudicando a las familias y empresas de la UE. Y los hogares de bajos ingresos son los que peor lo afrontaron, ya que gastaban proporcionalmente más en alimentos y energía.
-He visto el DOC711-22, Laura, y entiendo ahora cómo se frustró el proyecto de reindustralización de la Unión Europea, con una guerra tangencial que la arruinó de lleno tras la crisis de la pandemia. Fue un momento crítico para tomar decisiones erróneas sobre las minas cerradas e inutilizadas en aras de un falso ecologismo y que surcaban el subsuelo europeo. Sus materias primas eran necesarias para su supervivencia, pero se optó por seguir importando dependencia del exterior. Vuelvo a la mina de Kazajstán, los E-ingenieros siguen en huelga por falta de microchips para su puesta a punto.