MURCIA. El Salón de Grados de la Facultad de Veterinaria de la UMU acogió este martes un seminario que tenía como fin analizar las "Aguas residuales urbanas en la contaminación costera: Mar Menor", como así se llamaba el foro, organizado por el grupo de Investigación de la Universidad de Murcia de Química de Plaguicidas, Contaminación Agroindustrial, Ecoeficiencia y Toxicología de la Facultad de Química.
Una de las principales conclusiones es que las aguas residuales se sitúan como "el principal riesgo de eutrofización del Mar Menor". También se puso de manifiesto que la detección de cafeína en las aguas del Mar Menor "es un indicador de vertidos de aguas residuales". Y señalaron que la biomonitorización humana en la zona ribereña del Mar Menor puede contribuir a establecer indicadores sanitarios de evaluación de riesgo por contaminantes emergentes.
Se trata de la segunda edición de este seminario. En esta ocasión han participado Argelia Castaño, profesora de Investigación en el Instituto de Salud Carlos III y Coordinadora del área temática de biomonitorización humana del Plan estratégico de Salud y Medioambiente; Yolanda Valcárcel, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Publica de la Universidad Rey Juan Carlos y Pedro Fernández, Dr. Ingeniero Agrónomo y consultor medioambiental.
La Dra. Castaño ha indicado la importancia de la biomonitorización humana como herramienta para determinar la exposición a sustancias químicas y sus consecuencias sobre la salud, ya que proporciona información concreta sobre la exposición a sustancias químicas a través de una valoración integrada de las mismas o de sus metabolitos en muestras de cada individuo. Estos estudios proporcionan una información relevante en salud pública, ya que permiten conocer el grado de exposición de la población y estudiar tendencias temporales y geográficas, identificando posibles fuentes y factores determinantes de la exposición.
De esta manera se puede establecer la relación causa-efecto entre contaminantes y problemas de salud o identificar los grupos de población más vulnerables a los efectos adversos de los contaminantes. En el caso de entornos contaminados, como el Mar Menor, la biomonitorización humana puede contribuir a establecer los umbrales de riesgo potencial debidos a contaminantes químicos emergentes procedentes de aguas residuales, así como metales pesados presentes por la antigua actividad minera del entorno. En este sentido indicó que la biomonitorizacion humana es una de las herramientas más apropiada para la vigilancia y evaluación de riesgos en ecosistemas especialmente contaminados como la Sierra Minera o el Mar Menor.
La profesora Yolanda Valcárcel, experta en vigilancia y evaluación de riesgos de los contaminantes emergentes ligados a la actividad humana y pueden suponer un riesgo para la salud y el medio ambiente. Estos compuestos, también denominados contaminantes de preocupación emergente, son sustancias químicas que se detectan en las aguas residuales y acaban incorporándose a ríos y mares.
Las sustancias que pueden considerarse emergentes incluyen fármacos de uso humano o veterinario, plaguicidas, antiparásitos, drogas, y productos del hogar como detergentes, cosméticos, fragancias, cremas. Ha expuesto los resultados de un estudio interuniversitario realizado sobre la importancia y posible uso de la cafeína como marcador de contaminación antropogénica de las aguas costeras de la Península Ibérica, que fue presentado en 2022 en Copenhague durante la reunión de SETAC Europe 32 Annual Meeting Las zonas evaluadas cubrieron tres áreas costeras de España y Portugal conocidas por su alta actividad turística durante los períodos de verano.
De todas las áreas estudiadas, el Mar Menor es la zona en la que se obtienen los valores más elevados respecto a la exposición porcentual en la que la concentración medida de cafeína o paraxantina (metabolito) excedería las concentraciones previstas sin efecto (PNEC) o la concentración aceptable (AC) estimada por los diferentes métodos (cociente de riesgo >1).
Los riesgos evaluados en un entorno costero, donde la dilución es máxima, implican que debería evaluarse con mayor atención a este indicador, ya que estaban presentes en concentraciones que podrían causar efectos nocivos en los ecosistemas acuáticos.
La presencia de los contaminantes emergentes en sistemas acuáticos indica la presencia en el mismo de aguas residuales insuficientemente depuradas y podría provocar interacciones con la flora y fauna del ecosistema e incluso en el caso de zonas de litoral con los seres humanos.
La evaluación del riesgo puede ayudar a articular medidas preventivas que ayuden a evitar vertidos de las EDAR al sistema marino, así como un diseño adecuado para actuar en origen y eliminar su amenaza. Por ello crear una red estable de vigilancia sobre la presencia de contaminantes emergentes en el Mar Menor contribuirá a fundamentar los criterios científicos en la toma de decisiones.
El Dr Pedro Fernández, consultor ambiental de la asociación Agroingenieros por el Mar Menor, expuso detalladamente los últimos análisis realizados tanto en la columna de agua de la laguna como los vertidos de las depuradoras de municipios costeros a ramblas que desembocan en el Mar Menor, poniendo de manifiesto el riesgo que supone "la aportación de nutrientes, sobre todo fosforo, y contaminantes emergentes para el ecosistema acuático".
Aportó datos sobre la paulatina disminución de la aportación de nitratos de origen agrícola debido a la alta tecnificación y digitalización de los sistemas de fertilización y riego. Y adujo que el principal problema para la laguna en la actualidad es el deficiente estado de la red de saneamiento y de los sistemas de depuración de las poblaciones costeras.
La alta conductividad de las aguas depuradas convencionalmente y la presencia de contaminantes emergentes pone de manifiesto que incluso sin lluvias que colapsen las EDAR se deben verter en cauces públicos que llegan hasta la laguna. Por ello, instó a corregir estas deficiencias mediante una gestión integrada del acuífero y la modernización de los sistemas de saneamiento y depurativos que impidan que el agua depurada llegue hasta el Mar Menor.