MURCIA. Los divulgadores históricos Ad Absurdum presentarán en Murcia su nuevo y divertido libro, Homo Historicus. Descubre al historiador que llevas dentro, el próximo lunes, 20 de diciembre (19.00 horas), en la Biblioteca Regional de Murcia, en un acto en el que también intervendrá el divulgador científico Daniel Torregrosa.
"El ser humano es la única especie consciente de su Historia. La historia está en todas partes. En la cartelera del cine, en las novelas más vendidas, en las series de moda, en los videojuegos más conocidos, e incluso en las acaloradas charlas de sobremesa y discusiones estrambóticas de Twitter", explican estos divulgadores, quienes añaden que "aunque tiene cierta mala fama como asignatura aburrida en el instituto, la historia impregna nuestro entorno de las maneras más insospechadas".
Así, este trío de irreverentes, y a veces algo gamberros, historiadores -David Omar Sáez, Juan Jesús Botí e Isaac Alcántara- realizan en este libro un breve repaso a los vicios y virtudes de la Historia desde un punto de vista irónico y divertido con material imprescindible para evitar los "cuñadismos".
"Queremos hacer como puente entre lo académico y aquellas personas menos versadas", comentan los autores. "Homo Historicus es un libro en el que hemos tratado de volcar todo lo que hemos aprendido en estos años, incluidos nuestros desatinos y prejuicios, para poder reflexionar sobre la Historia y sus problemas. Hablamos de presentismo, de idealización del pasado, de maniqueísmo, de las fuentes y sus problemas... Todo ello de la mano del Homo Historicus y su archienemigo, el homeohistoriador».
Ad Absurdum está formado por tres veteranos divulgadores de historia que emplean el humor como herramienta didáctica. Este trío ha recorrido auditorios, museos, e incluso las ondas de la Cadena SER y Onda Cero y han sido asesores históricos de El Condensador de Fluzo, programa de divulgación histórica de La 2 de RTVE. Además, son autores de otros tres exitosos libros publicados en esta editorial, Historia absurda de España e Historia absurda de Cataluña y El pene perdido de Napoleón, donde ya dejaron claro que el rigor no tenía por qué estar reñido con las risas.
