MURCIA. “Un viento caliente que venía de la nada”, “un estado de shock”, “una especie de tornado de arena”, “arena que quemaba”, son solo algunas de las expresiones que se han empleado para describir el desolador escenario que tenía lugar a las cuatro de la madrugada del fatídico viernes 12 de agosto en el Medusa Festival. Iba a dar comienzo la actuación de Brian Van Andel en el escenario principal, el Circus of Madness, una estructura “estable” con 60 toneladas de contrapeso que según asegura su creador, el artista Manolo García, "no se podía prever que volcara". Por desgracia una parte del escenario se acabó desprendiendo provocando la muerte de un joven de 22 años y 32 personas heridas, entre ellas, una joven de 19 años que se encuentra en la UCI con una fractura en la columna vertebral. Este diario ha recopilado declaraciones de aquellas personas que vieron y vivieron esta situación desde dentro del festival, ahora cancelado. Asistentes y trabajadores relatan cómo vivieron la noche del viernes 12 de agosto, cuando fueron sorprendidos por un “reventón cálido” causante de la tragedia. Un viento que parecía un “huracán de arena”. Por ponerlo en un contexto temporal, explican los testimonios que el episodio consistió, en un primer momento, algo de lluvia, después una racha de viento abrupta levantó tanto polvo que nubló la visión de manera casi total durante algo más de un minuto, y después, cerca de 10 minutos de rachas de viento mucho más violentas de lo habitual.
Público situado en el escenario principal
Las figuras públicas y los invitados especiales al festival eran sin duda los que gozaban de una mejor vista del escenario principal, como fue el caso de P.G., una influencer que solo revela sus iniciales para permanecer en el anonimato, se encontraba en la zona de la noria, preparada para contemplar el espectáculo cuando vio “todo volando: la arena y la gente”, la situación le supuso un shock absoluto pero agradece a los servicios de seguridad su rápida actuación: “Poco a poco fueron desalojándonos e intentando que mantuviéramos la calma”.
Su acompañante, que también prefiere no desvelar su identidad, asegura que quedó muy impactada al ver a uno de los chicos heridos, y que se puso a llorar directamente debido a la angustia de la situación: “Fue una situación de shock total”. Otro de los perfiles que se encontraba también al lado del escenario principal, debido a la ilusión por ver actuar a Brian Van Andel, comenta que vivió una situación de gran incertidumbre y angustia: “Sentíamos todos muchísimo calor, y vimos un huracán de arena, de repente la gente empezó a ponerse muy alterada”, comenta J.J, otro testigo en primera persona. Aclara también que no se debería responsabilizar al festival de lo ocurrido, y agradece su estrategia de actuación: “Ellos no han tenido la culpa de lo que ha pasado, es muy fuerte todo. Me da mucho miedo porque podríamos haber sido nosotros”.
Dos testimonios de personas que se fueron antes del episodio alertaron ya "de fuertes vientos" en las horas previas. De hecho, parte del sombrero del arlequín se desprendió en otra actuación sobre las 23h, si bien no cayó sobre el público sino sobre unos altavoces de otra parte del escenario.
Otros escenarios
Algunos asistentes del festival prefirieron esa noche quedarse en otros escenarios, como fue el caso de Sergio Romero, quien se encontraba en la zona de reggaetón, en el escenario Rainbow, cuando sucedió todo: "Estábamos ahí bailando cuando pararon la música de golpe y nos pidieron que saliéramos. Al ubicarnos en la avenida principal vimos a un montón de gente corriendo hacia las zonas de salida, no sabíamos qué era lo que estaba pasando". Este escenario se encontraba cubierto y “cerrado por los laterales”, por lo que desde el interior era imposible predecir la situación climatológica que azotaba fuera: "Hacía calor pero no nos esperábamos ese torrente de aire caliente, estaba ardiendo y la arena picaba en el cuerpo", explica.
Al encontrarse más distanciados de la zona de salida pudieron ver como esta había desaparecido de su lugar habitual en apenas unas horas, provocando que se les desalojara por otras zonas: "Donde de normal estaba el cartel de bienvenida del Circus Madness, al lado de los baños, ya no quedaba nada. La policía vino y nos indicó por dónde salir, intentaron guiarnos a pesar de que no veíamos nada por la arena, íbamos todos con los ojos cerrados y tapándonos la cara con la ropa".
Trabajadores del festival
Uno de los trabajadores del festival, quien aseguraba que en el momento del incidente llevaba más de 20 horas trabajadas, comenta que la situación era totalmente impredecible: “El pórtico de la entrada se tumbó por completo y la gente se volvió loco”. En su previsión podría haber más de 40 heridos debido a la caída del pórtico, y aclara que lo que queda a partir de ahora es poner mucha atención en las medidas de seguridad para que no vuelva a ocurrir nada similar.
A.C., estaba trabajando bajo una carpa que había justo a la entrada del festival. Estaba atendiendo a alguien cuando de repente, "empezó a hacer un aire extremo que levantó un polvo que anuló la visión durante más de un minuto". Tras ello, llegaron las fuertes rachas de viento. La gente se refugió en la carpa (que tras un traslado rápido horas antes, no estaba fijada en todos los puntos que debería). Ella avisó a la gente de que no utilizara esa infraestructura, a la que finalmente no le sucedió más que deformarse. La misma nos cuenta, que hubo partes del festival en el que no notaron nada: "había gente en la zona de comida sentada en suelo, comiendo tan tranquila".
Otro trabajador del festival, en este caso cercano a una barra de la zona VIP, explica como el reventón térmico acabó tumbando contrabarras y tumbando todo el alcohol: "Dejamos de servir cuando llegó la tormenta de arena. Después se desprendió un cartel de la zona VIP que cayó encima de la gente. "Seguridad nos indicó que hiciéramos de cordón para ir evacuando al público y así hicimos", concluye.
Zona del camping
Tal y como se confirma a través de Europa Press la delegada del Gobierno, Pilar Berbabé, ha explicado que durante los próximos días los efectivos de la Guardia Civil estarán durante dos días trabajando de forma coordinada con la organización para “favorecer la salida de las personas que queden en el recinto”.
¿Se valoró en algún momento la suspensión del Medusa?
Según agencias el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, el Medusa contaba con “todos los permisos y garantías jurídicas y administrativas”, y a pesar de las alertas de la aemet por la ola de calor y de viento explica que el ayuntamiento había expedido “una autorización completamente ajustada a la ley” y explica que se reitera que haya una investigación sobre el caso. El pasado viernes Ximo Puig convocó una reunión para abordar la ola de calor, en la que la Agencia Estatal de Meteorología había trasladado previsiones de altas temperaturas y vientos huracanados más hacia el interior de la provincia. Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat, el Juzgado ha abierto diligencias previas para investigar los hechos y para solicitar los informes periciales correspondientes para investigar lo sucedido.