MURCIA (EP). Un grupo de investigadores de la Universidad Católica de Murcia ha aplicado tecnología 3D a la escultura del Cristo de la Sangre, titular de la Archicofradía de la Sangre de la ciudad de Murcia, para preservar la escultura de los daños que sufre cada año, el pie de la escultura, tras terminar la procesión de Miércoles Santo.
El objetivo del estudio es, por lo tanto, el de reproducir, analizar y demostrar las causas de esa grieta recurrente y tratar de aportar soluciones para que no se produzca. Para ello, y partiendo del modelo digital 3D obtenido en 2017 por Rafael Melendreras y del estudio de fuerzas al que se somete la talla portada a hombros en su trono durante la procesión, se ha realizado una simulación mecánica por ordenador, mediante la técnica de 'análisis por elementos finitos'.
Según han informado fuentes de la institución docente en un comunicado, este trabajo es parte de una tesis doctoral realizada por la ingeniera de la edificación Paloma Sánchez, dirigida por Rafael Melendreras, vicedecano del Grado en Ingeniería en Sistemas de Telecomunicación de la UCAM y camarero del Cristo de la Sangre, y la investigadora María Teresa Marín, y que ha contado con la colaboración del ingeniero industrial Jorge Martínez.
De este modo, los investigadores han aplicado ingeniería a la Semana Santa para resolver problemas que se originan en los desfiles procesionales.
A partir del procesamiento de imágenes de vídeo, se calcula la máxima aceleración que sufre la escultura, la cual se detecta en los tramos finales del desfile, cuando más cansancio acumulan los nazarenos estantes, y el trono para justo al salir de curvas.
En este sentido, la investigadora María Teresa Marín afirma que "los modelos 3D nos están permitiendo investigar en aplicaciones muy valiosas".
Los problemas en la escultura radican en que el Cristo de la Sangre, una de las imágenes con más devoción en la Semana Santa de Murcia, que data del siglo XVII, fue mutilada en más de 30 partes durante la Guerra Civil y posteriormente reconstruida por el escultor Juan González Moreno. Los resultados de esa simulación han verificado que, efectivamente, el punto que sufre una mayor fatiga es el pie derecho del Cristo.
Al respecto, presidente de la Archicofradía de la Sangre, Carlos Valcárcel, ha puesto en valor este estudio destacando que "la tecnología, por su condición como instrumento de conservación, es una gran aliada de la tradición", precisando Rafael Melendreras que "se están dando pasos muy importantes para que la investigación aplicada también tenga un hueco en la Semana Santa y en la preservación del patrimonio religioso".
A raíz de las conclusiones del estudio, se han lanzado unas propuestas con el fin de solucionar el problema y evitar que el pie de la imagen no vuelva a agrietarse en el futuro.
La más fácil y realizable sería la de acoplar la cruz del crucificado en el trono, liberándolo de peso y apoyos, dotando de mayor estabilidad e independencia a la escultura.
Otras, más drásticas, recomendarían incluso la reproducción parcial de la talla o el diseño de un nuevo trono perfectamente adaptado a la misma.