MURCIA (MP/EP). El Prado puede que sea el museo europeo en el que las mujeres han sido más decisivas en su configuración, ya fuera como coleccionistas y promotoras o contribuyendo determinantemente a su fundación y preservación. De hecho, muchas de sus obras más emblemáticas no formarían parte de las colecciones de la pinacoteca sin el papel decisivo que jugaron mujeres que promocionaron, coleccionaron e inspiraron algunas de las obras de arte más emblemáticas de esta institución. Así lo puso de relieve la profesora titular de Historia del Arte de la Universidad de Murcia (UMU), Noelia García Pérez, en el itineratio 'El Prado en femenino' que creó a principios de año para el museo. La buena noticia es que El Prado ha anunciado que para este 2024 se presentará una segunda parte de este recorrido necesario para visibilizar una labor silenciada.
Así, en su ánimo de "seguir ofreciendo nuevas lecturas" de la colección permanente, el museo volverá a acoger este recorrido que busca poner la lupa en el papel de las mujeres en la Historia del Arte, un itinerario donde dejan de ser "señoras de" (aunque ese 'de' fuera un rey) para que se las pueda valorar individualmente por sus contribuciones.
Si en el primer itinerario la profesora murciana se centraba en el periodo que iba desde Isabel la Católica a Isabel Clara Eugenia (1451 a 1633), en esta ocasión avanzará en la cronología y centrará la mirada del visitante en nuevas protagonistas cuyas vidas quedan enmarcadas entre las figuras de las reinas Isabel de Borbón y Mariana de Neoburgo (1602-1700).
Como ocurrió en su primera edición, 'El Prado en femenino' ofrecerá numerosos datos y anécdotas relacionadas con el coleccionismos que llevaron a cabo estas reinas o grandes damas benefactoras del arte. Tendrán mucha importancia las cartelas que acompañan las obras, ya que algunas de las reinas retratadas y que fueron 'patronas' del Museo aparecían en los títulos vinculadas a las figuras de sus maridos.
Los cuadros que se podrán ver en este itinerario están vinculados a mujeres que no sólo destacaron en labores de patronazgo sino también en la promoción de los artistas que trabajaron a su servicio. Además, puede que se ofrezca la oportunidad de contemplar algunas obras que se conservan en los almacenes de la institución.
Los itinerarios del Museo del Prado se conciben como una invitación a contemplarlo de manera distinta pero rigurosa, que se fije en temas y asuntos diferentes a los habituales y, en esta ocasión, ofrezca la oportunidad de hacer protagonistas a las mujeres.
El arte social, la escultura, Zurbarán, Rubens y Polke son las principales propuestas del Museo del Prado para 2024, un año en el que la pinacoteca, buscara "consolidar algunas de sus principales líneas de actuación de los últimos años", según informa Europa Press.
En este sentido, 'Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910)', con el patrocinio exclusivo de la Fundación BBVA y comisariada por Javier Barón, jefe de Conservación del Área de Pintura del Siglo XIX, abrirá en el mes de mayo el programa expositivo del museo con una muestra que profundizará por primera vez en España en este género clave en la pintura del siglo XIX.
A través de obras de gran formato se invitará al visitante a conocer la sensibilidad, las exigencias y las denuncias que palpitaban en la sociedad española que servían de materia de expresión de pintores como Regoyos, Nonell, Fillol o el propio Picasso.
"Durante los últimos años del siglo XIX sucedieron en España importantes transformaciones sociales. Las carencias de la sanidad, la represión de las dos protestas obreras, la desigualdad de género o el abuso aparecen de manera expresa o subyacente en muchas de estas obras", ha explicado el museo.
La otra exposición temporal de gran formato, a partir del mes de noviembre, se adentrará en la relación entre la forma y el color, la pintura y la escultura. 'Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro', que cuenta con el patrocinio de la Fundación AXA y estará comisariada por Manuel Arias, jefe del departamento de Escultura del museo, ilustrará la búsqueda de realismo en el arte barroco del siglo XVII en todo aquello que afectaba a la envoltura de la figura.
A partir de un centenar de obras, la mitad pinturas y la mitad esculturas, se mostrará "cómo la tercera dimensión era la fórmula para que la divinidad fuera más creíble, y que sólo producía el efecto deseado cuando incorporaba el color".
Otra de las líneas expositivas trazadas por el museo en los últimos años se pondrá de manifiesto en la exposición comisariada por Gloria Moure que estará dedicada a Sigmar Polke, el artista alemán considerado como uno de los pintores más influyentes de la posguerra, y su relación con Goya.
'Polke/Goya' (título provisional), con el patrocinio de la Fundación Amigos del Museo del Prado y la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, incluirá objetos, fotografías, pinturas, films y dibujos en un conjunto heterogéneo que revelará la conexión de ambos artistas tanto en las temáticas como en las facturas.
El edificio Villanueva, sede de la colección permanente del Museo, acogerá igualmente dos propuestas temporales dedicadas a los grandes maestros y la pintura antigua: Rubens y Zurbarán. Por un lado, 'El taller de Rubens', que estará comisariada por Alejandro Vergara, jefe de Conservación del Área de Pintura flamenca y escuelas del Norte, alude a una forma de trabajar y también a un lugar físico: el obrador en Amberes donde el pintor realizaba sus cuadros.
La exposición, que contará con la colaboración de la Comunidad de Madrid, incluirá una escenificación de dicho taller, conformada por caballetes, lienzos, pinturas, pinceles, brochas, paletas, tientos y otros materiales y objetos (algunos del siglo XVII, otras recreaciones modernas), además de libros, bustos antiguos y otros elementos que evocarán la colección y los intereses de Rubens.
Asimismo, de marzo a junio, el Museo del Prado contará con el 'Bodegón con limones, naranjas y una rosa', de Francisco de Zurbarán, procedente del Norton Simon Museum de California como obra invitada, proyecto expositivo patrocinado, desde hace más de una década, por la Fundación Amigos del Museo del Prado.
Se trata de la única naturaleza muerta firmada y fechada de este autor, y ha sido reconocida en múltiples ocasiones como una de las obras capitales en la historia de este género en Europa. Su descubrimiento en la década de 1920 permitió avanzar desde una base segura en el proceso de reconstrucción del catálogo del pintor en este campo, en el que dio pruebas de gran originalidad y maestría.