Una imagen de un Carlos Berlanga emulando a la protagonista de Desayuno con diamantes, realizada por el fotógrafo Jesús Ugalde y titulada Audrey B, ya anuncia que la exposición Carlos Berlanga. Fondo y formas, que acoge la sede del Colegio de Gestores Administrativos de Murcia (calle Vinader) hasta el 8 de junio, está llena de la creatividad y del espíritu irreverente de los ochenta. En realidad, se trata de dos muestras que se sucederán en el tiempo y que, juntas, buscan mostrar todas las disciplinas artísticas que cultivó el que fuera uno de los icono de la cultura pop en España, conocido sobre todo por formar parte de grupos como Kaka de Luxe, Alaska y los Pegamoides y Alaska y Dinarama; y por haber compuesto canciones inolvidables como A quién le importa, Cómo pudiste hacerme esto a mí, Perlas ensangrentadas, Rey del Glam, Bailando o Ni tú ni nadie.
Pero las inquietudes de Carlos Berlanga iban más allá de la música y esta doble exposición, comisariada por artista visual onubense Pablo Sycet, ha reunido una selección de sus pinturas, dibujos y obra seriada, junto a piezas de diseño gráfico y originales autógrafos de letras de sus canciones, que pertenecen a la Fundación Olontia de Arte Contemporáneo. La primera parte del proyecto expositivo se centra, hasta el 27 de abril, en El arte creado por Carlos Berlanga; para mostrar seguidamente y hasta el 8 de junio El arte alrededor de Carlos Berlanga, con obras artistas como Alaska, Nacho Canut, Guillermo Pérez Villalta, Sigfrido Martín Begué, Pedro Almodóvar y Fabio MacNamara, entre otros
Con este proyecto, que reúne en total más de 200 piezas, pertenecientes a Olontia y a la colección privada de Pedro Almodóvar, se da a conocer el universo de Carlos Berlanga, hijo del cineasta Luis García Berlanga, en su faceta más poliédrica: como creador plástico, ilustrador, escritor, dibujante, músico y compositor de canciones que pertenecen a la memoria colectiva de varias generaciones y que se han convertido en auténticos himnos.
Pablo Sycet explica en el catálogo que “para Carlos todas las disciplinas que servían para encauzar su talento creador estaban situadas en un plano de igualdad y tenían la misma importancia. Y por eso, en todo momento se sentía tan pintor como músico, ilustrador, escritor o dibujante de cómics: el orden de los factores no alteraba el producto final, que dependía tan solo de sus circuntancias, del estado de ánimo y la disponibilidad material. O sea, de tener a mano lápices y acuarelas o un teclado, lienzo y papel o guitarra, ilusión y ganas de trabajar o su predisposición natural para descender los círculos del infierno”.
Asimismo, el comisario de la exposición destaca que “ese aire de libertad que regía su mundo creativo no le impedía someterse al rigor que exigían esas disciplinas, y del mismo modo que grabar una canción en estudio suponía un orden de prioridades -empezando por bajo y percusión, a modo de cimientos- estampar una serigrafía también obligaba a establecer una metodología de trabajo adecuada, un orden de tirada de las distintas tintas y colores, lo que nos permitirá contemplar -en esta exposición por primera vez- los calcos de cada uno de los colores y el proceso de estampación de Personajes en paisaje metafísico, la última de sus serigrafías, que concibió, supervisó y dejó firmada pocos meses antes de morir”.