MURCIA. (Mercedes Salas/EFE) La inflación, el alza de los costes por la guerra de Ucrania y los problemas de abastecimiento de materia prima ponen a prueba la resistencia de la industria conservera española y la rentabilidad de productos básicos de la cesta de la compra como el atún en lata o el tomate frito.
Los fabricantes conmemoran este 23 de octubre el Día Mundial de la Comida en Lata entre la incertidumbre por la evolución de los precios y las estrategias empresariales para mantener la facturación y el comercio de unos productos que España exporta a numerosos mercados.
Las patronales de conservas de tomate (Agrucon) y de pescado (Anfaco) han confirmado, en declaraciones a Efe, la inquietud por el abastecimiento de materia prima y por el comportamiento de los consumidores ante el encarecimiento de la cesta de la compra.
El presidente de Agrucon, Manuel Gonçalves, ha asegurado que para sus industrias la situación es "peor" que la del año pasado, si bien ha confiado en que mantengan su "resistencia histórica" demostrada en otras crisis.
Después de un 2021 con bloqueos logísticos, la invasión rusa apuntaló el alza de costes energéticos, del material de las latas o del aceite de girasol, según el secretario general de Anfaco, Roberto Alonso.
El material de envase se ha encarecido un 60 % pero "lo más crítico" es el coste de gas y de electricidad, lo que ha duplicado los costes, según los datos de Agrucon.
Alonso ha subrayado que en estos momentos la mayor preocupación es que el consumidor pueda adquirir y "siga recomendando productos del mar" porque está "mirando con lupa" su gasto en alimentación.
Las conserveras han sufrido un retroceso del consumo, tras el "boom" que supuso para sus ventas el confinamiento y el acopio de este tipo de productos no perecederos. No obstante, están a la expectativa del último trimestre y de la campaña de Navidad -momento clave para la facturación pesquera-, según Alonso.
El responsable de Anfaco ha apuntado la salida de la exportación, a destinos como los del resto de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, para que el "golpe" en los ingresos sea más leve. España es el primer productor europeo de conservas de atún y el segundo mundial, por detrás de Tailandia.
Por su parte, el presidente de Agrucon advierte de que de alguna forma el incremento de los costes por fabricar latas va a tener que repercutirse en el precio final y confirma también la preocupación por la demanda.
Para las conserveras pesqueras, problemas como las mareas rojas y su impacto en los mejillones, añaden inquietud sobre la oferta.
En el caso de los fabricantes de tomate frito, la sequía ha mermado las producciones considerablemente, en torno a un 30 %, según Manuel Gonçalves (Agrucon).
La bajada de oferta de tomate en lata es mundial y España es un país exportador, pero precisamente por el abastecimiento sus industrias afrontan una situación "delicada".
El cultivo tomatero para industria se localiza sobre todo en Andalucía, Extremadura y en el Valle del Ebro y el agua es "el principal elemento limitador", ha dicho Gonçalves, quien ha defendido el valor socio-económico de este sector y su impacto en las zonas rurales.
El sector de conservas de pescado y de marisco español (incluye latas y otros envases) produjo 330.429 toneladas (-8 % anual) por valor de 1.651 millones de euros (-5,9 %).
En cuanto a la transformación de tomate, genera un volumen de negocio situado entre los 700 y los 800 millones de euros, de los que un 80 % se obtienen por las exportaciones, según Agrucon.
En 2021 los hogares españoles redujeron un 6,8 % la compra de conservas pesqueras, con un descenso en el gasto del 4,7 %, hasta las 209.082,6 toneladas y 2.211 millones de euros, según el panel de Consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El consumo de frutas en conserva cayó un 13,3 % y en valor un 9,3 %, mientras que el de verduras en lata bajó un 8,5 % en valor y un 9,6 % en volumen.