MURCIA. "En un rincón privilegiado de la Región de Murcia, donde la tierra se vuelca sobre el mar, se encuentra una vivienda que se erige como un testimonio de la armonía entre la arquitectura y la naturaleza...". Así presenta el estudio multidisciplinar de arquitectura e interiorismo Muher (formado por, los también artistas, Francisca Muñoz y Manuel Herrera) esta impresionante casa en Bolnuevo (Mazarrón), donde cada elemento se integra en el entorno natural.
Propiedad de una pareja de holandeses amantes de la costa mediterránea, esta vivienda ha sido construida sobre un acantilado escarpado, de tal forma que parece abrazar el paisaje. Su diseño aterrazado se adapta a la topografía del terreno, permitiendo que la casa se fusione orgánicamente con el acantilado. El desafío para este estudio murciano con proyección internacional era transformar esta vivienda en un verdadero reflejo del entorno natural y la cultura local, respondiendo a tres cuestiones que siempre tienen presentes: cómo crear un espacio que inspire, funcione de manera eficiente y respete el medio ambiente.
Para lograrlo, utilizaron materiales naturales como piedra, madera, bambú y brezo, creando una fusión armoniosa entre la arquitectura y el paisaje circundante en las áridas colinas de Bolnuevo. Asimismo, destacan como elemento distintivo de esta vivienda su escalera exterior cobijada por una celosía de bambú. "Esta característica no solo sirve como un elemento funcional para acceder a las diferentes terrazas, sino que también se convierte en una pieza de arte en sí misma. La celosía de bambú filtra la luz del sol de manera suave y crea patrones de sombra en movimiento que dan vida a la estructura", explican.
La conexión entre el interior y el exterior es otro logro notable, según apuntan desde Muher. "Grandes ventanales y puertas corredizas se abren a las terrazas, fusionando la brisa del mar y las vistas panorámicas con el interior. Los espacios dentro de la casa son igualmente acogedores con un enfoque creativo en el uso de materiales naturales y una paleta de colores que se inspira en los tonos cálidos del entorno mediterráneo", señalan.
En esta rehabilitación el equipo multidisciplinar de Muher tuvo que resolver con creatividad e innovación las restricciones urbanísticas existentes en la zona, resultando una vivienda que celebra la arquitectura, el paisajismo y el interiorismo en una sola obra.
"Esta casa suspendida en el acantilado se ha convertido en una joya arquitectónica que muestra cómo la naturaleza y la arquitectura pueden coexistir en perfecta armonía. Representa una visión audaz y una ejecución impecable que inspira a aquellos que tienen la suerte de experimentarla en persona", aseguran desde Muher, donde añaden que esta combinación de arquitectura y diseño "nos recuerda a todos nosotros la importancia de abrazar la belleza de nuestro entorno natural y celebrar la creatividad que puede surgir cuando arquitectura y naturaleza se entrelazan".
