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La Biblioteca Regional ya tiene su primer incunable: una obra de Diego Rodríguez de Almela de 1487

23/05/2023 - 

MURCIA. La Biblioteca Regional ha adquirido Valerio de las historias escolásticas de la sagrada escriptura, y de los hechos de España, con las batallas campales. Compiladas por Fernando Pérez de Guzmán, de Diego Rodríguez de Almela, el primer incunable que pasa a ser de titularidad de la Administración regional. Esta primera edición de la obra se publicó en Murcia en 1487 y conforma uno de los seis incunables murcianos de los que hay noticia. La edición corrió a cargo de Lope de la Roca, impresor alemán establecido en Valencia con estancias esporádicas en Murcia.

La obra tuvo muy buena aceptación, como muestran las numerosas ediciones posteriores, puesto que se realizaron más de diez sólo en el siglo XVI y se reimprimió en los siglos XVIII y XX, según han informado fuentes de la Comunidad en una nota de prensa.

Según los expertos, se trata de la cuarta obra impresa en la ciudad de Murcia, tras el Breviarium Carthaginense y dos obras del autor del Valerio: el Oracional y la Compilación de las batallas campales que son contenidas en las historias escolásticas y de España.

Son escasos los autores de Murcia en el siglo XV, así se tiene noticia únicamente de dos religiosos, tres miembros de la familia Fajardo y Diego Rodríguez de Almela, único autor que logró reconocimiento.

Diego Rodríguez nació en Murcia en 1426, hijo de un escribano del Cabildo catedralicio de ascendencia gallega, asentado en Murcia tras la conquista de Alfonso X el Sabio. Fue arcipreste, canónigo, capellán real y cronista real. Comenzó su formación en Burgos (Castilla y León), bajo la protección del obispo Alonso de Cartagena, que antes había ocupado varios puestos eclesiásticos en la diócesis de Cartagena.

Se sabe que en 1464 se encontraba en Murcia como canónigo de la Catedral; dos años después viajaría a Roma y a su regreso se instaló definitivamente en la capital de la Región. En esta ciudad publicó varias de sus propias obras y algunas de su mentor, Alonso de Cartagena, favoreciendo así el desarrollo de la imprenta. Pudo ser, pues, el promotor de la imprenta en Murcia y a su cargo correría la edición de la mayoría de incunables del Reino. Murió en 1489 y está enterrado en la capilla de la Visitación de la Catedral.

Antes del Valerio, Diego Rodríguez había publicado dos obras que le habían granjeado un cierto nombre y permitieron que fuese nombrado cronista de los Reyes Católicos. En el Valerio toma como modelo la obra del escritor romano Valerio Máximo.

El autor murciano respeta la organización, pero no el idioma, pues en lugar del latín se utiliza el castellano, con el objetivo de facilitar su difusión. Se trata de un tratado moral que contiene anécdotas y sucesos históricos tomados de la Biblia y de las Crónicas de España. Diversos expertos han destacado su erudición y la oportunidad de los ejemplos escogidos, donde aprovecha para referirse a la historia de Murcia.

Ocho ejemplares conservados

La impresión es en papel de gran calidad, no blanqueado, con tipos de letra gótica y espacio libre para decorar las letras iniciales del capítulo con posterioridad. La información sobre el autor y la obra constan al inicio y al final del texto, puesto que en esta época no se utilizaba la portada. No se encuentra paginado.

Que se tenga constancia, sólo se conservan ocho ejemplares de esta primera edición, que se encuentran en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca; la Biblioteca Pública del Estado en Lugo; la Biblioteca Nacional de España; la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del Escorial; la Biblioteca del Palacio Real de Madrid; la Biblioteca de la Real Academia Española; la Biblioteca de la Universidad Complutense; y la Biblioteca Capitular de Murcia. Algunos de ellos se encuentran deteriorados o incompletos.

En la Biblioteca Regional de Murcia se conservaba un facsímil de esta primera edición, ahora adquirida, publicado por la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia en 1994. Asimismo, la Biblioteca Regional disponía ya de la edición de esta obra que se imprimió en Toledo en 1541 por Juan de Ayala, cabeza de una familia de impresores toledanos.

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